26.2.09

LA VOLUNTAD DE BORGES


Fuente: Agencia EFE

A propósito de los restos de Jorge Luís Borges, que quería algún avivado llevarlos a Buenos Aires, nos comentan en la agencia EFE:

Jorge Luis Borges envió el 6 de mayo de 1986, semanas antes de morir, una carta a la agencia de noticias Efe en la que reconocía "la determinación de ser un hombre invisible" en Ginebra, una ciudad en la que se sentía "misteriosamente feliz". En plena polémica alrededor de la idea de la legisladora del oficialismo María Beatriz Lenz de repatriar los restos mortales de Borges a Argentina, este documento en poder de Efe cobra nueva importancia y arroja un poco más de luz sobre el apego del escritor a la ciudad suiza en los últimos días de su vida. En Ginebra había estudiado en su juventud y regresado en numerosas ocasiones, y desde allí se reabre, 23 años después de su muerte, el debate sobre si la voluntad del hombre como individuo debe ser superada por el hombre como patrimonio cultural de un país. "Soy un hombre libre. He resuelto quedarme en Ginebra, porque Ginebra corresponde a los años más felices de mi vida", explica la carta, enviada al entonces presidente de Efe, Ricardo Utrilla, y difundida el 21 de mayo de 1986. Borges, que había definido la muerte como "la gran esperanza que me queda", en una entrevista con Efe tres años antes, falleció el 14 de junio de 1986 y fue enterrado en el cementerio ginebrino de Plainpalais, pero la diputada argentina propuso trasladar sus restos al camposanto porteño de La Recoleta. "Mi Buenos Aires sigue siendo el de las guitarras, el de las milongas, el de los aljibes, el de los patios. Nada de eso existe ahora. Es una gran ciudad como tantas otras", le "responde" "avant la lettre" Borges en la carta. "En Ginebra me siento extrañamente feliz. Eso nada tiene que ver con el culto de mis mayores y con el esencial amor a la patria. Me parece extraño que alguien no comprenda y respete esta decisión de un hombre que ha tomado, como cierto personaje de Wells, la determinación de ser un hombre invisible", concluía. Estos testimonios actualizaban -y parecían contradecir- lo que defiende su biógrafo Alejandro Váccaro o lo que el propio Borges (nacido en Buenos Aires el 24 de agosto 1899) afirmaba en una entrevista realizada en 1969 para el documental francés "Le passé qui ne menace pas" respecto a su deseo de ser enterrado en Buenos Aires.
Nada qué decir. Lo más importante es que Borges descanse, al fin y al cabo.

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