Una de las principales novedades que he visto en esta FIL Bogotá es la proliferación de libros para los padres. ¿Es que acaso nuestros progenitores lo hicieron tan mal? ¿O en verdad necesitamos asesoría "especializada"? ¿Basarnos en los libros para aprender a criar? Puede ser todas las anteriores. O ninguna. Lo cierto es que dos pabellones para literatura infantil resulta interesante. Los libros infantiles, aparte de ser en su mayoría de una calidad envidiable, superan por momentos a otras fuentes narrativas. Las ventas se han disparado desde hace algunos años, y todo parece indicar que seguirá creciendo. Aumentan, por supuesto, el número de autores dedicados a cubrir del sector. Bienvenido Celso Román¡¡¡ Bienvenido Taro Gomi¡¡¡ A propósito de la literatura infantil y juvenil, Natalia Blanc, para el periódico La nación, escribe acerca del "fenómeno del niño":
Con la confirmación del primer embarazo, se abre una puerta a un mundo nuevo. Descubrimos con asombro que la panza genera una atracción inexplicable en los desconocidos, que se sienten con derecho a opinar si está alta o baja, grande o chica, y a tocarla sin pedir permiso mientras preguntan con aire inocente por el nombre del niño en gestación para, inmediatamente después, dar su veredicto. En general, en contra. También descubrimos que muchos se hacen los dormidos cuando sube una embarazada a un colectivo y que otros bufan si se les pide el asiento, aunque la mujer ya esté en el octavo mes. Nunca faltan los profesionales de la salud, las vendedoras de ropa, los taxistas y las profesoras de yoga, para mencionar sólo a algunos, que te hablan con diminutivos: "mamita" (o su peor variante, "mami"), como si mientras te crece la pancita, se te achicara el cerebrito.
Junto con las opiniones sobre el peso y el volumen corporal, y las costumbres citadas arriba, llegan también las benditas recomendaciones: todo lo que hay que tener, sí o sí, si queremos estar bien preparados para recibir al primogénito. Claro que, según cada experiencia, los consejos pueden ser bastante contradictorios: sí al catre, no al moisés. O al revés. Sí al chupete, no a la mamadera. O al revés. Que el bebé duerma desde el primer día en su cuna o que lo dejemos dormir en la cama matrimonial. Todo, por supuesto, fundamentado con ejemplos catastróficos que ilustran lo que sucederá si uno hace una cosa o la otra.
Desesperados, los futuros padres -lectores al fin- recurren a los libros para informarse acerca de las últimas disposiciones científicas sobre los recién nacidos. Entonces se abre un camino sin retorno, no sólo porque existen tantas teorías como autores sino porque algunos proponen métodos tan estrictos que terminan por generar más angustia. En esta nota, proponemos un recorrido por los títulos más representativos, de especialistas locales y extranjeros, que se consiguen en las librerías argentinas.
Consejos para primerizos
Ahí, cerca de los rubros Autoayuda, Psicología y New Age, están los libros sobre maternidad. La cantidad dependerá del tamaño y la importancia de la librería, pero en las grandes cadenas suelen tener autores variados, más allá de los clásicos, los best sellers y las novedades. Para circunscribir la gran oferta, optamos por hacer un recorte temático y arbitrario: manuales médicos, libros psicológicos, títulos basados en métodos supuestamente exitosos para combatir problemas típicos como el sueño irregular de los bebés o la falta de hambre, y los que apelan al humor para contar experiencias propias relacionadas con la maternidad. Dejamos a un lado los didácticos (del tipo "101 ideas para estimular a tu bebé desde la panza"), los que apelan a la creatividad y el espíritu ecológico de los padres ("Cómo crear sus propios juguetes reciclados") y los que explican todo sobre un solo tema, con lujo de detalles y dibujos paso a paso ("Cuándo hacer el destete", "Cómo sacarle los pañales", etcétera).
Eso sí: todos -desde los más conductistas hasta los más "progres"- dedican algún capítulo al padre de la criatura: cómo se siente el hombre con la llegada del bebé, qué rol pasa a ocupar en ese triángulo familiar, qué debe hacer la mujer para integrarlo. En general, los autores coinciden en la importancia de la presencia paterna, pero le dedican escasas páginas al tema: el foco está puesto en la mujer y en su instinto materno. Un asunto sobre el que, según parece, todavía hay mucho para opinar.
Un clásico entre los manuales médicos es Concepción, embarazo y parto (Grijalbo), de Miriam Stoppard, una médica británica especializada en salud femenina, también autora de Guía para el cuidado de tu hijo y otras versiones, como El nuevo libro del embarazo y nacimiento y El nuevo libro del cuidado de tu bebé. Políticamente correcta, como la mayoría de los autores de estos libros, Stoppard dice en el prefacio de Concepción... que su objetivo general es que cada pareja tenga "el parto que desee, en las circunstancias que quiera, ayudada por cuidadores que tengan en cuenta sus necesidades y las de su bebé por encima de todo".
A partir de esa premisa, ofrece al comienzo del libro información médica detallada para afrontar la etapa de búsqueda del bebé y luego dedica los trece capítulos siguientes a cuestiones relacionadas con el embarazo: qué pasa en cada trimestre, cómo alimentarse en forma sana y qué estudios suelen indicarse. Además, habla sobre las distintas opciones de parto (hace un sobrevuelo por el parto en el hogar, una variante que tiene cada vez más fanáticos en todo el mundo, a pesar de los riesgos que conlleva). En los restantes capítulos, da consejos sobre cómo preparar el cuarto del bebé. "Coloque los estantes a una altura que le permita verlo y encontrarlo todo con facilidad"; "Tenga un cubo con abertura de pedal y una bolsa de plástico dentro, para los pañales sucios", explica en la página 240: ideal para madres primerizas que tal vez no sepan que los pañales descartables se tiran a la basura. Este apartado y otros como "Elegir el equipo del bebé" (cochecito, cambiador, bañera, entre otros elementos, como la cuna, sobre la que recomienda: "Procure que sea resistente y que no tenga pintura o barnices tóxicos") y "Elegir un nombre" ("Piense si hay alguna razón para que se burlen de su hijo debido al nombre que ha elegido") son los que delatan cómo imagina la autora a sus lectores promedio.
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