30.9.10

Overclocking


Juan Sebastián Campos.


Es la primera vez, y quizá última, que hablaré en este blog sobre ingeniería (una cuestión de agradecimiento por aquello que me ha dado ciertas satisfacciones, y trabajo). A veces me cuesta reconocer que soy ingeniero, y ello a pesar de que trabajo todos los días entre redes y ordenadores. Lo digo porque no considero que sea brillante en la electrónica. Apenas un engineer promedio, uno entre muchos, pero llegan noticias como esta y recuerdo uno de los dos motivos por los cuales elegí esta carrera: el overclocking (el otro motivo es la pasión por la matemática). El “overclocking” es la destreza de hacer más rápido un ordenador mediante hardware, llevándolo al límite de sus capacidades, justo antes de que la motherboard se incendie o que el procesador AMD (mi favorito, sin duda) se queme, soltando un crujido semejante a un golpe seco de un ladrillo sobre la ventana. Ni hablar de las tarjetas de video, que sueltan un humo espeso de un olor terrible. (En alguna ocasión, chamusqué un equipo de un compañero. Aun no me habla. Otra vez fue mi propio ordenador, el primero que tuve. Sólo “aguantó” dos meses hasta que echó humo). Escribo esto porque aún tengo duda de abandonar la ingeniería por completo, para dedicarme de lleno, o más bien, aventurarme, en la esquizofrénica tarea de escribir. Mientras ocurre, si es que ocurre, Juan Sebastián Campos, un joven ingeniero colombiano, nos representa en este interesantísimo “hobbie” que enloquece a millones de personas alrededor del mundo, y me incluyo. ¡¡¡Que viva el overclocking!!!! La nota en El espectador:

Faltan diez minutos para el final de la competencia. Este es el tiempo exacto que tiene Juan Sebastián Campos para demostrar por qué está ahí. Debe superar la marca que le dará los puntos necesarios para quedar entre los tres primeros puestos del mundo.

La presión se mezcla con el calor de la ciudad de Taipéi y el sudor se desliza por la frente de este bogotano. El computador se apaga. El nitrógeno líquido que ha vertido en una olleta de aluminio puesta sobre el procesador, ha cumplido su cometido. Éste tiene una temperatura de -170 grados centígrados y a esa temperatura el computador no prende, debe subirla por lo menos a -10 grados.

Juan Sebastián saca su pistola de calor y comienza a echar aire caliente dentro de la olleta. Una vez se calienta nuevamente, prende el computador y empieza a introducir en ella el nitrógeno. Simultáneamente hace cambios en unos diez parámetros del BIOS, el sistema básico de la computadora, el cual controla cómo el hardware y el sistema operativo (en este caso Windows) se comunican entre sí. Faltan cinco minutos para que se acabe su tiempo, uno de los jueces de acerca a él: “Debes lograr ese puntaje”, le dice y se aleja.

Sebastián abre el programa que mide las velocidades de ciertas partes del sistema, consigue el número que necesita, llama al juez, quien se cerciora que todo esté correcto. Para que el puntaje sea válido, el competidor debe guardar la imagen de la pantalla donde se ven los resultados. Campos toma la imagen, abre un programa para guardarla y como si nada, se apaga la computadora. Quedan sólo dos minutos.

Juan Sebastián Campos se encuentra en el Gigabyte Open Overclocking Championship, un campeonato mundial donde se reúnen los mejores overclockers del mundo para llevar la última tecnología en hardware al límite. El overclocking es una disciplina en la que se trata de manejar la temperatura de la computadora para que ésta ande a velocidades mucho más rápidas de lo normal. Al igual que BMW y Mercedes invierten grandes cantidades de dinero desarrollando autos de Fórmula 1 para posicionarse como los poseedores de las mejores tecnologías, empresas de hardware como Gigabyte y MSI elaboran productos exclusivamente para los overclockers, quienes los llevan al extremo y muestran la calidad de cada producto. Este evento sería el equivalente al Gran Premio de Mónaco del automovilismo. Este año participa el colombiano Juan Sebastián Campos al lado de otros 14 mejores overclockers del mundo.

La noche anterior, este estudiante de ingeniería industrial que practica hace dos años el overclocking extremo, aseguraba que iba a ganar aunque los suramericanos tienen una gran desventaja con respecto a los demás. Ellos deben comprar todo su hardware, procesadores de US$1000 y motherboards de US$300, con plata propia. Los europeos, asiáticos y estadounidenses son patrocinados por las marcas y reciben todos los productos sin gastar un centavo. “A ellos no les importa llevar el hardware al extremo hasta quemarlo. Nosotros debemos ser más cautelosos”, explica Nacho Arroyo, un overclocker argentino que también compite en Taipéi.

Los diez minutos finales se acaban y los competidores, que llevaban cuatro horas vertiendo nitrógeno líquido y tratando de conseguir las mejores velocidades posibles, se detienen. El colombiano va a tomar un respiro afuera del hangar en donde se llevó a cabo la competencia. Dos presentadores chinos se suben a la tarima y anuncian los tres primeros puestos para Rumania, Honk Kong y China, respectivamente. Juan Sebastián Campos, de 22 años, no logró su anhelada victoria, pero dice convencido: “El próximo año gano”.

29.9.10

Ojo en la tinta


El logo.


Comienza la próxima semana en Bogotá el 2do Festival "Ojo en la tinta", que convoca a escritores jóvenes nacionales. Este blogger es uno de los invitados. Les dejo la programación, para que se animen:


*MIÉRCOLES 06 DE OCTUBRE
6:00 P.M.

1º Encuentro: Universidad Central (Carrera 5 N° 21 – 38):

Conferencia: “Y rasguña las piedras” Sobre la poesía y el rock en español
a cargo de Federico Díaz Granados

Escritores invitados:
Poetas: Cesar Arriaga - Henry Alexander Gómez – Fabio Delgado – Carolina Martínez
Narradores: Jorge Osbaldo Barón –Andrea Figueroa - Sergio Rodríguez

Moderación a cargo de Jorge Valbuena


*MIÉRCOLES 13 DE OCTUBRE
6:00 P.M.

2º Encuentro: Librería Café-libro Luziérnaga (Calle 70 # 10ª-25):

Conferencia: “La Ezra prohibida” Sobre el poeta Ezra Pound y la música a cargo Cesar Arriaga

Escritores invitados:
Poetas: Leonardo Gil – Javier Moyano Rabiarte – Erick Rodríguez – Alejandro Cortés
Narradores: Emma Guerrero – Marcelo del Castillo – Oscar Salamanca

Moderación a cargo de Carol Contreras


* MIÉRCOLES 20 DE OCTUBRE
5:00 P.M.

3º Encuentro: Biblioteca Pública Parque El Tunal (Calle 48B sur No. 21-13):

Conferencia: “De crónicas marcianas” del rock progresivo a la literatura” a cargo de Henry Alexander Gómez

Escritores invitados:
Poetas: Patricia Paipa – Rodolfo Celis Serrano – Xavier de las Casas
Narradores: Vanessa Ruggiero – Ingrid González - Raúl Harper

Moderación a cargo de Yolanda Araque
Presentación del Grupo de Heavy Progresivo: Altered Symetry


*MIÉRCOLES 27 DE OCTUBRE
5:00 P.M.

4º Encuentro: Biblioteca Pública de Suba Francisco José de Caldas (Carrera 92 No. 146C-24):

Conferencia: “Los poetas malditos del rock” a cargo de Henry Alexander Gómez

Escritores invitados:
Poetas: Rodolfo Ramírez Soto – Francisco Joel Cruz – Jacobo Díaz - Andrés Acosta

Narradores: Carlos Gato Martínez – Diego Ortiz

Moderación a cargo de Yomar Liliana Rodríguez
Presentación de una agrupación de Blues invitada.


*MIÉRCOLES 03 DE NOVIEMBRE
6:30 P.M.

5º Encuentro y cierre: Biblioteca los Fundadores Gimnasio Moderno
(Carrera 9 No. 74-99):

Conferencia: Por confirmar

Escritores invitados:
Poetas: Jorge Valbuena – Hellman Pardo – Yomar Rodríguez
Narradores: Roberto Balbastro – Hamilton Linares

Moderación a cargo de Henry Alexander Gómez

La caída de los gigantes


La portada.


Ken Follet, uno de los autores que más vende libros en el mundo, lanza la primera de una trilogía de novelas, llamada La caída de los gigantes. Después de leer Los pilares de la tierra y y La clave está en Rebeca, debo decir que Follet entusiasma, pero no llega. Así comienza La caída de los gigantes, tomado de El cultural:

1
22 de junio de 1911

El mismo día que Jorge V fue coronado rey en la abadía de Westminster, en Londres, Billy Williams bajó por primera vez a la mina en Aberowen, Gales del Sur. El 22 de junio de 1911, Billy cumplía trece años. Su padre empleó su técnica habitual para despertarlo, un método que se caracterizaba por ser mucho más expeditivo y eficaz que cariñoso, y que consistía en darle palmaditas en la mejilla a un ritmo regular, con firmeza e insistencia, una y otra vez. El muchacho dormía profundamente y, por un momento, trató de hacer caso omiso de aquellos cachetes, pero los golpes se sucedían incesantes. Experimentó una brusca y fugaz sensación de enfado, pero entonces se acordó de que tenía que levantarse, de que hasta tenía ganas de hacerlo, de modo que abrió los ojos y se incorporó de golpe en la cama.

-Son las cuatro -anunció su padre antes de salir de la alcoba, y acto seguido se oyó el fuerte ruido de sus botas al bajar por los peldaños de la escalera de madera.
Ese día, Billy iba a empezar a trabajar como aprendiz minero, al igual que había hecho la mayoría de los hombres de su ciudad a su misma edad. Le habría gustado sentirse más ilusionado ante la idea de ser minero, pero estaba decidido a no hacer el ridículo: David Crampton lloró en su primer día en la mina y aún lo llamaban Dai el Llorica, a pesar de que tenía veinticinco años y era la estrella del equipo de rugby local.

Era el día después del solsticio de verano, y la luminosa claridad de los primeros rayos del alba penetraba por el ventanuco del cuarto. Billy miró a su abuelo, acostado a su lado, y vio que tenía los ojos abiertos. Cuando Billy se levantaba, el anciano siempre estaba despierto, invariablemente; decía que los viejos no dormían demasiado.

El muchacho salió de la cama; solo llevaba los calzoncillos. Cuando hacía frío, dormía con camisola, pero aquel año las islas británicas estaban disfrutando de un verano caluroso, y las noches eran suaves. Sacó el orinal de debajo de la cama y levantó la tapa.

No había habido ningún cambio en el tamaño de su pene, al que llamaba su "pito"; seguía siendo la misma colita infantil que había sido siempre. Tenía la esperanza de que hubiese empezado a crecerle la víspera de su cumpleaños, o si no, al menos, de ver brotar algún que otro pelo negro alrededor, pero se llevó una gran decepción. Para su mejor amigo, Tommy Griffiths, que había nacido el mismo día que él, la cosa había sido distinta: le había cambiado la voz y hasta le había salido una pelusilla oscura encima del labio superior. Además, para colmo, su pito era como el de un hombre hecho y derecho. Aquello era humillante.

Mientras usaba el orinal, Billy miró por la ventana. Lo único que se veía desde allí era la escombrera, un montículo gris pizarra de estéril, la materia inservible de la mina de carbón, esquisto y arenisca en su mayor parte. Aquel era el aspecto que debía de tener el mundo el segundo día de la Creación, pensó Billy, antes de que Dios dijese: "Produzca la tierra hierba verde". Una brisa suave levantó una fina capa de polvo negro de la escombrera y la derramó sobre la hilera de casas.

En el interior de su alcoba, todavía había menos objetos que contemplar. Se encontraba en la parte posterior de la casa, era un espacio angosto en el que a duras penas cabía la cama estrecha, una cómoda y el viejo baúl del abuelo. Colgado de la pared había un dechado bordado donde se leía:

cree en el
señor Jesucristo
y estarás
a salvo

No había espejo.
Una puerta llevaba a lo alto de la escalera y la otra al dormitorio principal, al que solo podía accederse atravesando la pequeña alcoba. La otra habitación era más grande, con espacio para dos camas, y allí dormían mamá y papá; incluso las hermanas de Billy habían dormido allí, varios años antes. La mayor, Ethel, ya no vivía con ellos, y las otras tres habían muerto, una de sarampión, otra de tos ferina y la tercera de difteria. También había tenido un hermano mayor, que compartió la cama con Billy antes del abuelo. Se llamaba Wesley y murió abajo, en la mina, arrollado por una vagoneta fuera de control, por uno de los carros con ruedas que transportaban el carbón.

Billy se puso la camisa, la misma que había llevado a la escuela la jornada anterior. Ese día era jueves, y solo se cambiaba de camisa los domingos. Sin embargo, sí tenía un par nuevo de pantalones, sus primeros pantalones largos, hechos de un recio algodón impermeable al que llamaban piel de topo. Eran el símbolo del ingreso en el mundo de los hombres, y se los puso con orgullo, disfrutando de la sensación fuertemente masculina de la tela. Se ciñó un grueso cinturón de cuero y las botas que había heredado de Wesley y, a continuación, bajó las escaleras.

La mayor parte de la planta baja estaba ocupada por la sala de estar, de unos veinte metros cuadrados, con una mesa en el centro y una chimenea en un costado, amén de una alfombra tejida a mano sobre el suelo de piedra. El padre estaba sentado a la mesa leyendo un ejemplar atrasado del Daily Mail, con unas lentes apoyadas en el puente de la nariz larga y aguileña. La madre estaba preparando el té. Dejó la tetera humeante en la mesa, besó a Billy en la frente y le preguntó:
-¿Cómo está mi hombrecito el día de su cumpleaños?

Billy no contestó. El diminutivo le había dolido en lo más hondo, porque seguía siendo pequeño y no era un verdadero hombre todavía. Se dirigió a la cocina, en la parte de atrás. Sumergió un cuenco de hojalata en el barril de agua, se lavó la cara y las manos y, a continuación, tiró el agua en la pileta baja de piedra. En la cocina había un caldero con una parrilla para el fuego debajo, pero solo se empleaba las noches del baño, que eran los sábados.

Les habían prometido que no tardarían en tener agua corriente, y las casas de algunos mineros ya disponían de ella. La familia de Tommy Griffiths se hallaba entre las afortunadas. Cada vez que iba a casa de Tommy, a Billy le parecía un milagro poder llenar un vaso de agua fresca y clara con solo abrir un grifo, sin tener que transportar ningún balde hasta el surtidor de la calle. Sin embargo, el milagro no había llegado todavía a Wellington Row, la calle donde vivían los Williams.

Volvió a la sala de estar y se sentó a la mesa. Su madre le puso delante una enorme taza de té con leche y azúcar. Cortó dos gruesas rebanadas de una hogaza de pan casero y le llevó un pedazo de manteca de la despensa, situada debajo de la escalera. Billy entrelazó las manos, cerró los ojos y dijo:
- Gracias, Señor, por estos alimentos. Amén.
Acto seguido, bebió un sorbo de té y untó la manteca en el pan. Los ojos azul claro de su padre lo miraron por encima del periódico.
-Échate sal en el pan -le dijo-. Vas a sudar bajo tierra.

El padre de Billy era representante minero de la Federación Minera de Gales del Sur, el sindicato más fuerte de toda Gran Bretaña, tal como decía cada vez que tenía ocasión. Lo conocían como Dai el Sindicalista. A muchos hombres los llamaban Dai, el diminutivo de David, o Dafydd en galés. Billy había aprendido en la escuela que el nombre de David era muy popular en Gales porque era el nombre del santo patrón del país, como san Patricio en Irlanda. No se distinguía a un Dai de otro por el apellido -porque allí casi todos se apellidaban Jones, Williams, Evans o Morgan-, sino por el apodo. Los nombres verdaderos se utilizaban muy rara vez cuando había alguna alternativa jocosa. Billy se llamaba William Williams, así que para todos era Billy Doble. A veces las mujeres recibían el apodo del marido, de modo que la madre de Billy era la señora de Dai el Sindicalista.

El abuelo bajó cuando Billy estaba comiéndose la segunda rebanada de pan. A pesar del calor, llevaba chaqueta y un chaleco. Cuando se hubo lavado las manos, se sentó frente a Billy.

-No estés tan nervioso -le dijo-. Yo bajé al pozo cuando tenía diez años, y mi mismísimo padre bajó a la mina encaramado a la espalda del suyo cuando tenía cinco, y trabajaba desde las seis de la mañana hasta las siete de la tarde. De octubre a marzo no veía la luz del sol.

-No estoy nervioso -repuso Billy.
No era verdad. Estaba muerto de miedo.
Pese a todo, el abuelo se mostró benevolente y no siguió insistiendo. A Billy le caía bien. Su madre lo trataba como un crío pequeño, y su padre era severo y sarcástico, pero el abuelo era tolerante y se dirigía a Billy hablándole como a un adulto. -Escuchad -dijo el padre.
Él era incapaz de comprar el Mail, un periodicucho de derechas, pero a veces se llevaba a casa el ejemplar de otra persona y les leía el periódico en voz alta, con tono desdeñoso y mofándose de la estupidez y la falta de honradez de la clase dirigente.

-"Lady Diana Manners ha sido objeto de severas críticas por acudir con el mismo vestido a dos bailes distintos. La hija menor del duque de Rutland recibió el galardón del "mejor vestido de señora" en el baile del Savoy por el cuerpo ceñido de escote barco y falda de miriñaque, y obtuvo un premio de doscientas cincuenta guineas." -Bajó el periódico y dijo-: Eso es, al menos, tu salario de cinco años, hijo mío. -Reanudó la lectura-: "Sin embargo, suscitó la reprobación de los connoisseurs al lucir el mismo vestido en la fiesta que lord Winterton y F.E. Smith celebraron en el hotel Claridge. En contra de lo que afirma el dicho popular, lo que abunda, y en este caso repite, en ocasiones sí daña, fue el comentario de los asistentes". -Levantó la mirada del periódico y dijo-: Así que ya lo sabes, mamá, será mejor que te cambies de vestido si no quieres suscitar la reprobación de los connoisseurs.

Aquello no hizo gracia a la madre de Billy. Llevaba un viejo vestido de lana de color pardo con los codos remendados y manchas bajo las axilas.

-Si tuviera doscientas cincuenta guineas, te aseguro yo que estaría mucho más elegante que ese adefesio de lady Diana Comosellame -dijo, no sin amargura.

-Es verdad -convino el abuelo-. Cara siempre fue la más guapa... igual que su madre. -La madre de Billy se llamaba Cara. El abuelo se dirigió entonces al chico-: Tu abuela era italiana, se llamaba Maria Ferrone. -Eso Billy ya lo sabía, pero al abuelo le encantaba relatar una y otra vez las viejas historias familiares-. De ahí heredó tu madre ese pelo negro tan brillante y esos hermosos ojos oscuros, y tu hermana también. Tu abuela era la mujer más guapa de Cardiff... ¡y yo me la quedé! -De pronto, una nube de tristeza le ensombreció el semblante-. Aquellos sí que eran buenos tiempos... -añadió en voz baja.

El padre frunció el ceño con aire reprobador porque, a su juicio, aquella conversación evocaba los placeres de la carne, pero la madre se sintió halagada con los cumplidos de su padre y sonrió contenta mientras le servía el desayuno.

-Huy, sí, ya lo creo -intervino-. A mis hermanas y a mí todo el mundo nos consideraba unas bellezas. Se iban a enterar esos duques de lo que es una mujer guapa si tuviéramos dinero para sedas y encajes...

Billy se quedó pasmado, pues nunca se le había pasado por la cabeza considerar guapa ni nada por el estilo a su madre, aunque cuando se vestía para las reuniones del templo el sábado por la tarde sí estaba radiante, sobre todo cuando llevaba sombrero. Suponía que debía de haber sido guapa alguna vez, hacía muchos años, pero le costaba imaginarlo.

Juan Gelman y La Muerte


Juan Gelman.


El poeta argentino guarda en su corazón varias muertes. Su hijo, desaparecido y asesinado en la dictadura, al igual que su nuera. Por ello asegura que "la muerte da bronca porque no puedes seguir amando". La Revista Ñ (que hace reingeniería en su página web) habla sobre Gelman:

Recién llegado a Barcelona, después de un vuelo de 17 horas procedente de México DF, Juan Gelman presenta el aspecto envidiable de un hombre de 80 años que aparenta sólo 60 - "que se joda el viaje"-aunque ha paseado ya por medio mundo y, encima, lo ha vivido, y sufrido, casi todo. Dispuesto a no anclarse en el pasado, este poeta colosal, delgado y fibroso que sigue bailando tango y milonga corrida, prosigue una pelea interminable que dura ya casi treinta y cinco años, desde que "aquellos asesinos" de la Junta Militar argentina que dieron el golpe de estado del 24 de marzo de 1976 le robaron para siempre a su hijo y a su nuera para torturarlos y desaparecerlos.

Mientras sigue derribando muros de silencio y de burocracias que ocultan complicidades, Juan Gelman dará un recital poético en Barcelona, acompañado con el bandoneón de su gran amigo y no menos gran músico Rodolfo Mederos. "Es un viejo proyecto que nunca conseguíamos llevar a cabo, hasta que la Casa América Catalunya que dirige Toni Travería lo ha hecho posible". Será, en cualquier caso, un acontecimiento insólito (L´Auditori de Barcelona, sala Oriol Martorell, mañana, día 28, a las nueve de la noche) en el que Gelman y Mederos, dirigidos por Cristina Banegas, hablarán Del amor.

El tema, la "obsesión", le viene a Gelman de antiguo, de cuando a los nueve años no se le ocurrió otra cosa que escribirle un poema de amor a una niña - ella tenía once y se llamaba Ana-que ni así le hizo ningún caso, quizá porque "era insensible a la poesía", aunque "ella se fue y a mí me quedó la poesía". Un regalo de la vida si pensamos que Juan Gelman está considerado hoy "el mayor poeta vivo de habla hispana", una valoración seguramente compartida por sus lectores en todo el mundo, además de haber sido honrado en el 2007 con el premio Cervantes y antes, en el 2000, con el Juan Rulfo.

Tiene Gelman otras "obsesiones", que no son otra cosa que el motor de su escritura poética, además de la amorosa, aunque, y a su edad, "todavía estoy averiguando qué es el amor".

"La niñez, el paisaje, el otoño, la muerte" forman parte también de su particular, y universal, repertorio de obsesiones, aunque la muerte, "que a mi edad ya se ve de cerca", no le asusta lo más mínimo y si le da bronca es sólo "porque no podré seguir amando a las personas que amo", y lo dice con voz triste, con ese tono oscuro de callejón y con voz de pena de bandoneón, como la de Malena (uno de sus tangos preferidos), la que cantaba el tango como ninguna.

"Para ser sincero, a mí me habría gustado que el recital de mañana fuera sólo con el bandoneón de Rodolfo Mederos, como en Villa Crespo en los años cuarenta, en las bodas y en las fiestas de la gente que no tenía plata para contratar orquestas pero tenían siempre en la familia o en el barrio un bandoneísta".

Aunque al músico le ardió la cabeza cuando le pidieron que musicara los poemas de su amigo y decidió elaborar más de cincuenta composiciones, adecuadas a cada letra y a cada verso, que podrán escucharse mañana, en rigurosa primicia mundial, en L´Auditori barcelonés.

Desde aquel poema infantil y primerizo, que el autor no quiere recordar, Gelman ha ido elaborando una densa obra en verso y en prosa que le ha merecido la consideración universal. "La lengua es ahora mi obsesión, espero que la última: explorar sus límites desde el fundamento, sólido como una piedra, del español".

27.9.10

Kant y el viaje


¿En qué momento regresar?


Un pequeño ensayo publicado en el más reciente número de la Revista Cronopio:


Cada viaje que realizamos a un lugar desconocido, sin importar el destino, cierto cosquilleo se instala en nuestro cuerpo. Nos agrada lo nuevo, lo inexplorado. Una repentina inquietud llega y comenzamos a imaginar las casas, las calles, los árboles apostados en algún parque no visto, la gente. Es difícil imaginarse a alguien no sonreír justo antes de agarrar el equipaje. Hasta los pesimistas esbozan un ligero gesto en la comisura de los labios.

Por eso aún me sorprende cómo el pensador más influyente de la filosofía moderna nunca abandonó su natal Königsberg. Siendo enfermizo y de estatura baja, no le interesaba (y quizá ni pensaba en ello) dejar sus casas, sus calles, sus árboles apostados a lado y lado, su gente. Si hubiese aceptado alguna de las decenas de cátedras que le ofrecían a lo largo y ancho de Europa, sin duda La crítica de la razón pura no sería aquel manifiesto libertario, o, lo que es peor, no se hubiera escrito nunca.

Hace poco encontré en uno de los anaqueles de una biblioteca bogotana su libro Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime. Etiquetado erróneamente en la sección AC (Cuento Adulto), me dispuse a leerlo con entusiasmo, como cuando emprendo un viaje. ¡Oh sorpresa! Immanuel Kant habla en el capítulo IV, en un pequeño párrafo, sobre los viajes, y anuncia que la naturaleza del hombre es el cambio, es decir, el movimiento. En una prosa que raya en la genialidad, el filósofo alemán nos dice que el placer extremo del ser humano ante lo sublime es la sensibilidad exagerada que nos ocasiona la tendencia a la admiración de la belleza.

No hay nada más sublime que un viaje, me digo. Viajar nos produce, generalmente, un placer que limita con la orilla de la sublimidad, incluso aquellos que son de negocios. El prusiano no necesitó aplicar, en este caso, lo que quería divulgarnos. Bastó su imaginación y la exégesis de aquellas largas charlas que sostenía con sus invitados a la hora del almuerzo, muchos de ellos ávidos viajeros, para escribir sobre el tema.

La única experiencia que requería Kant al respecto, era la caminata diaria que hiciera por las tardes para, según su propia interpretación, descansar el cuerpo de todo lo que pudiese someterlo a un estado de desperdicio imaginativo. Ese era todo el viaje que necesitaba.

HELLMAN PARDO

Festival de Poesía en Rosario


Inchauspe, tomado del Clarín.


Busqué a Junieles desesperadamente este fin de semana en Cartagena, y me entero por Juan, de la Carreta literaria (siempre está allí, con su carretita en la Plaza Bolivar de la ciudad caribeña) que ha sido invitado al Festival Internacional de Poesía de Rosario. Otro desencuentro. En cuanto a la fiesta de poesía que vive por estos momentos Argentina, uno de los poetas rescatados allí es Manuel Inchauspe:

Con una obra muy breve e intensa, exigente, melancólica y casi inhallable, Juan Manuel Inchauspe es uno de los poetas secretos más influyentes.

Escritores más jóvenes como Alejandro Rubio, Fabián Casas o Carlos Battilana han señalado la importancia que tuvo para ellos la lectura de Inchauspe, cuya Obra poética , su edición, constituye el principal acontecimiento del 18 Festival Internacional de Poesía que se está realizando en Rosario.

"La brevedad de la obra de Inchauspe no es un defecto: es el signo de un sistema de conocimiento literario. Su producción se retrae y se concentra, a partir, si se quiere, de la autoexigencia e incluso de la autodestrucción", señala Sergio Delgado, responsable del libro, junto con Francisco Bitar.

Salvo un corto período, que vivió en Rosario, Inchauspe nunca dejó la ciudad de Santa Fé, donde nació en 1940. Admiraba la obra de Juan L. Ortiz y de los poetas italianos: Ungaretti, Montale, Quasimodo, Pavese. Tradujo a Drummond de Andrade y a Manuel Bandeira, entre otros brasileros. En 1965 editó una revista, Alto aire, donde publicó sus primeros poemas.

En 1975 publicó su primer libro, Poemas (1964-1975), en una edición que lo incomodó bastante porque no se respetaron los espacios libres, los "blancos" de las páginas que él había establecido.

En su poema "La araña", escribió Osvaldo Aguirre, puede encontrarse una objetivación del ser del poeta tal como parece imaginarlo Inchauspe. Dice el poema: "¿Cuál es, exactamente, su mundo? No lo sé /... en medio de la oscuridad / y de las palabras, / ella, la araña, emerge de pronto hacia la luz / y se aquieta de golpe / atenta a todas las vibraciones / de la red. " En 1985 publicó su segundo y último libro: Trabajo nocturno, con apenas nueve poemas.

Para Rubio, "Inchauspe se atuvo a un repertorio limitado y lo ejecutó virtuosamente, indiferente a que se lo escuchara o no. Así logró una poesía que merece el nombre de sentimental (porque representa la realidad como objeto de aversión o bien el ideal como objeto de simpatía). Logró una poesía que no necesita apuntalarse en seguidores, antecedentes ni manifiestos y que deja su huella aunque no se compartan sus presupuestos estéticos. Como para confirmar que este cierto éxito póstumo no le hubiera importado ni mucho ni poco, dice por ahí: El centro oculto de nuestra vida / es lo que importa.
Y da por dicho todo".

Fue un poeta solitario que le escribió a la intimidad. Murió en el ´91. "No hago literatura", decía, "mi poesía está más cerca de la vida que de los libros" . La poeta Estela Figueroa señaló, sin embargo, que sus poemas "no contienen referencias al tiempo que le tocó vivir ni a los hechos particulares del devenir de su existencia".

Medio centenar de poetas de todo el mundo participan en Rosario de este festival, que se inició bajo la lluvia con una maratón de lectura que matizaron la recepción de unos versos escritos por twitter y las palabras del intendente Miguel Lifschitz. Este año, probablemente por una cuestión de edad de los participantes, predomina una poesía joven, con marcas de cierto sincretismo cultural, y una entonación rítmica un tanto oral.

Por la mañana los poetas realizan actividades comunitarias (visitas a escuelas, lecturas en la cárcel, en un centro toba), por la tarde leen en alguna de las sedes y por la noche leen en un bar.

Irene Gruss está dando una intensa clínica de poesía. "Cuando viene alguien y me lee unos versos donde cuenta cómo se emborrachó y se drogó en una fiesta, lo miro y le pregunto: ¿Y a mí eso qué me importa?".

Un abrazo para vos Junieles, visitante ocasional de esta Tierraliteraria...

Las afecciones de Porta


Eloy Fernández Porta.


De nuevo al ruedo. Cinco días lejos de la convulsa internet. Lejos del blog, lejos de Facebook, de Bogotá, de los e-mails, etc. Luis Diego Fernández, en la Revista Ñ, entrevista al gran ensayista Eloy fernández Porta, Premio Anagrama de ensayo por su extraordinario EROS:

¿Cuál es la hipótesis de la superproducción del mercado de los afectos que está presente en "ER0$"?

Yo parto de una premisa en el marco de la biopolítica que plantea que el capitalismo, a diferencia de otros sistemas políticos, más que reprimir la subjetividad, la produce a través de la dinámica de la compra-venta, en la moda, en las tendencias. Esta premisa puede llevar a conclusiones muy distintas, como la de sociedad de control, que señala Guattari. En este caso, mi punto de partida es distinto, pasa por la sociología de las emociones y otros elementos críticos que incluyen textualidades de fanzines, humor, sátiras. A mí me interesaba hablar de la dimensión reglamentista del mercado afectivo. Cuáles son las reglas del juego y quién las pone. Las nuevas normas presentes en la comedia romántica, la autoayuda, el consejismo. El espacio normativo, por un lado y, por otro, el espacio expresivo, que se puede consignar en el letrismo amoroso, las canciones, las subculturas afectivas, como la novela Snuff de Chuck Palahniuk.

¿Cuál es la lógica de ciertos dispositivos de Internet como Facebook o Craiglist? Un ejemplo puntual sería la idea del amigo de Facebook. ¿Esto implica una lógica relacional distinta a la que conocemos hasta el momento?

La amistad es incontable, decía Aristóteles. La base de la ética y de las relaciones personales es el prestigio desinteresado. Nosotros seguimos siendo hijos de la Etica a Nicómaco, porque decimos, no, esto no es la amistad. Yo optaría por una lectura menos humanista del asunto; lo que hace Facebook es objetivar una dinámica de la relación que antes no tenía esa logística o registro. La contabilidad de amigos en Facebook, la lista de hipervínculos en un blog y de seguidores constituye la estructura manifiesta y económicamente eficiente de las relaciones personales. ¿Estamos en un momento más economicista y materialista que los anteriores? Sí. Pero lo más instintivo es el carácter racionalista y logístico. La aplicación del carácter administrativo a la hora de elaborar criterios de amistad. Para mí la idea que mejor resume esto es: "Todo lo etéreo se consolida en la Red". Yo creo que el principio "todo lo sólido se desvanece en el aire" ya no vale para nuestra época. Aunque la vayamos de cínicos creemos muy firmemente en algunos valores como el número de amigos de Facebook o los seguidores de un blog. De modo que todos los elementos etéreos de una relación personal como los amigos de la infancia o las relaciones de una noche adquieren ese carácter contable.

¿Qué es exactamente el sentimiento Fox que aparece desarrollado en "ER0$"?

Una experiencia emocional distintiva de nuestra época es el conflicto entre materialismo y idealismo, un conflicto que se puede ver en cualquier periódico. Noticias que hablan de los problemas económicos, por un lado, y noticias que hablan de la caridad, de las donaciones, por el otro; son los sentimientos y actitudes extremas las que articulan el código sentimental de nuestra era. Para mí, las series de la cadena FOX constituyen en efecto la estructura del sentimiento de hoy, en la medida que articulan esos sentimientos extremos y hacen que el interior de la misantropía de House acabe brotando desde la emergencia de los pacientes. Lo que saca a la luz el sentimiento Fox, en última instancia, es que si existe una actitud benévola, angélica, esta no puede ocurrir por oposición al mundo capitalista, como el santo o el anacoreta, sino precisamente internándose hasta el extremo en ese mundo de interés impío, de modo que al final del descenso a los infiernos surge la benevolencia.

Otro tema interesante de "ER0$" es la lógica de los reality shows y pienso en figuras como Paris Hilton. ¿Hay una lógica especial en los reality shows, como sería la estructura del mercado sentimental ahí?

Los reality shows presentan una doble visión, una dimensión jerárquica y otra liberadora. La dimensión jerárquica del mercado afectivo consiste en poner en registro el carácter clasista y económico de las subjetividades, eso se ve en Paris Hilton pero también en el reality show de Tila Tequila para encontrar a su pareja. En ese sentido hay un elemento sintomático que las relaciones personales no son como nos hace creer el pensamiento socialdemócrata, un espacio de libertad sino que están tan jerarquizadas desde un punto de vista económico como otro tipo de relaciones. La otra parte, la liberadora, es muy interesante. Yo creo que el capitalismo no sólo vende latas de sopa sino que puede vender actitudes contraculturales. Esa es la dimensión liberadora y punk del capitalismo que me interesa. Y en efecto en esos reality shows cobran protagonismo y adquieren respetabilidad algunas figuras que ni en la cultura mainstream pop, ni en la alta cultura tienen legitimidad ni son consignados. Eso me parece un elemento decisivo. Los reality shows como un espacio de la cultura basura son espacios donde aparecen por vez primera figuras que en otros lugares no son considerados.

En su visión, los reality shows pueden operar como un espacio de crítica desde adentro.

Es una crítica que puede ser deliberada desde los directores de esos shows, pero en otros casos puede ser involuntaria. No intencionada. Indudablemente un director no quiere que los transexuales, las estrellas porno o los gays de un pueblo perdido sean reconocidos y aceptados pero resulta que eso ocurre porque en su búsqueda de esa audiencia, busca, con las peores intenciones, aquellas figuras que no han sido socialmente asimiladas. En ese sentido, incorpora figuras o actitudes que ni el humanismo, ni la alta cultura ni el pop de consumo están dispuestos a aceptar en primera instancia.

Uno puede ver al freak como un individuo que efectivamente genera rating pero por otra parte también como un elemento que genera una distorsión, ¿no?

Completamente. Aquí cuando se habla de reality shows, sea desde el humanismo o desde la sociología de Bauman, la crítica más usual es que es una expresión del yo narcisista, una critica moralista y estética. Se dice: "Eso no es un buen producto de consumo cultural". Yo propongo desplazar el asunto de la legitimidad estética a la legitimidad de las emociones. Qué personajes son legítimos y cuáles no. Por ejemplo, mis investigaciones me hacen ver que la primera vez que aparece en España un gay contando su mundo para heterosexuales es en la revista El víbora a mediados de los 90, de la mano del ilustrador alemán Ralph König, y esta surge en el contexto del auge de las llamadas cultura basura. Ahí se hablaba de las películas de Tarantino, de cine de serie Z, y de un gay que, en ese momento, era cultura basura porque eso no formaba parte del mainstream cultural. En segunda o tercera instancia eso aparece aceptado. La cultura basura no puede ser desdeñada estéticamente, porque siempre es un espacio de experimentación sociológica, un espacio que permite el surgimiento de figuras que luego empiezan a adquirir respetabilidad.

Si antes era el discurso de un homosexual algo distorsivo o experimental y hoy está incorporado como un discurso mainstream, cabría preguntarse ¿qué es lo trash hoy?

Yo diría que hay una parte del mundo gay que ha sido homogeneizada en el mercado como cualquier otra cosa, pero es sólo una parte. El trash en el sentido de lo que sale en ese tipo de programas estaría un grado más abajo, en ese caso sería el transgénero. Es una figura que sigue siendo problemática, incluso en esos programas.

¿Cómo entraría "ER0$" en el marco de su obra, teniendo en cuenta "Afterpop" y "Homo Sampler"? ¿Podemos hablar de un programa intelectual?

Las jerarquías, los elementos de respetabilidad y las legitimidades son elementos comunes a las tres obras, en Afterpop me interesó la jerarquía en el ambiente literario, la distinción entre literatura mainstream y underground. Así como en ese libro me había interesado la legitimidad de la expresión literaria, en los dos siguientes me he orientado a la cuestión de la legitimidad de las subjetividades de las emociones, de la jerarquía en el mundo afectivo y en la vida íntima. Creo que el paso de un punto a otro ya se puede ver en Homo Sampler, donde voy de una perspectiva más literaria y esteticista a una más sociológica, que es la que llevo ahora.

Sus libros delatan una especial atención en el cómo, además del qué. ¿Tiene en mente un formato en especial en función de cada enfoque?

Cuando un ensayista introduce elementos extraños a lo que se espera de un ensayo, lo que se dice es que es una mezcla que introduce elementos híbridos y rompe las barreas de los géneros. A mí me parece una lectura clásicamente posmoderna, que no me interesa. Yo creo que cada idea o cada ensayo requieren de una perspectiva y un estilo particular. Parte de la filosofía francesa para hablar de la cultura pop se refiere con conceptos como la banalidad o la fatuidad y me parecen términos inapropiados, porque en la inmensidad de lo banal se pierden diferencias entre las modalidades del pop, de los géneros. De tal modo que cada caso de estudio requiere de una aproximación estilística en particular. Esto también se puede ver en otra extensión de mi trabajo que es el spoken word donde incorporo videos y música. La manera en que presento mis libros es con este formato de evento audiovisual. He renunciado al formato de presentación clásica. Es algo así como un ensayo en acción donde la música y el video realzan el significado y la potencia literaria de las ideas.

22.9.10

Programación PoeMaRío


Barranquilla es la sede.


Antes de partir hacia Barranquilla, cuelgo aquí la programación del Festival Internacional de poesía del Caribe, PoeMaRío. Nos vemos pronto:

MIÉRCOLES 22 de Septiembre

1 p.m. Colegio Hebreo Unión. Cra. 43 Calle 85 Esq. Irina Henríquez (Cord.), Eugenia Sánchez (Cund.), Sonia Truque (Valle), Luis Mallarino (Atlco.), Luis Hernández (Cuba).

3 p.m. Biblioteca Piloto Infantil. Calle 36 No. 46-66. Poemas infantiles. Lectores: Zoila Sotomayor y Manuel Sánchez.

4 p.m. Colegio Metropolitano. Estadio Metropolitano. Hugo Donado (Atlco.), Gustavo Burgos (Ant.), Matilde Eljach (Cauca), William Jiménez (Cesar), Enmanuel Pichón (Guajira).

7 p.m. Plaza de la Aduana. Vía 40 No. 36-135. Lanzamiento de la antología Colombia en la Poesía colombiana. Presentación: Robinson Quintero Ossa / Joaquín Mattos. Recital de inauguración. Julio Olaciregui (Atlco.), Sonia Truque (Valle), Eugenia Sánchez (Cund.), John Better (Atlco.), Deth Guerreiros (Brasil), Diego Valverde Villena (Perú), Enrique Noriega (Guatemala), Luis Hernández (Cuba), Regina Swain (México), Tallulah Flores ( Atlco.)

JUEVES 23

10 a.m. Instituto Experimental del Atlántico. Calle 70 Cra. 38 Esq. Enrique Noriega (Guatemala), Annabell Manjarres (Mag.), Enmanuel Pichón (Guajira), Eliana Díaz (Atlco.), Julio Olaciregui (Atlco.).

3 p.m. Universidad del Atlántico (Sede Norte) William Jiménez (Magd.), Jairo Castillo (Bolívar), Winston Morales (Huila), María Clara Escobar (Atlco.), Esmir Garcés Quiacha (Huila).

4 p.m. Teatro Amira de la Rosa. Regina Swain (México), Danith Urango (Cord.), Nena Cantillo (Bol.), Alexandra Adress (Sucre), Juan Ensuncho (Sucre).

4.30 p.m. Taller de Poesía (1ª sesión). Biblioteca Piloto del Caribe, Vía 40 No. 36 – 135. Tallerista: Joaquín Mattos Omar. Poeta invitado: Luis Hernández (Cuba)

7 p.m. La Cueva. Cra. 43 No. 59-03. Diego Valverde Villena (Perú), Sonia Truque (Valle), Juan Ramírez Dawkins (San And.), Hellman Pardo (Cund.), Joaquín Mattos (Magd.).

VIERNES 24

3 p.m. Barrio Simón Bolívar. Colegio de Bachillerato. Eugenia Sánchez (Cund.), Carlos Polo (Atlco.), Annabell Manjarres (Mag.), Leider Utria (Atlco.), Limedis Castillo (Guajira).

4.30 p.m. Taller de Poesía (2ª sesión). Biblioteca Piloto del Caribe, Vía 40 No. 36–135. Tallerista: Joaquín Mattos Omar. Poeta invitado: Diego Valverde Villena (Perú)

5 p.m. Comfamiliar, Teatrino. Carrera 54 No. 59-167. Hellman Pardo (Cund.), Esmir Garcés Quiacha (Huila), Gustavo Arrieta (Mag.), Robinson Quintero Ossa (Ant.), Dankir Ortiz (Cesar).

7 p.m. Parque Cultural del Caribe. Calle 36 No. 46–66. Deth Guerreiros (Brasil), Winston Morales (Huila), John Better (Atl.), Tallulah Flores ( Atlco.), Gonzalo Márquez Cristo (Cund.).

9 p.m. La Sala Teatro. Sociedad de Mejoras Públicas. Luís Hernández (Cuba) Jorge Schultz (Atlco.), Juan Ramírez Dawkins (San Andrés), Julio Olaciregui (Atlco.), Vanessa Sánchez (Atlco.).

SABADO 25

9 a.m. Biblioteca Popular de La Paz. Carrera 13 Calle 104. NIÑOS. Poemas Infantiles. Lectores: Zoila Sotomayor y Manuel Sánchez.

10 a.m. Biblioteca Popular de La Paz. Carrera 13 Calle 104. Diego Valverde Villena (Perú), Robinson Quintero Ossa (Ant.), Alexandra Adress (Sucre), Rosa María Herrera (Atlco.), Hellman Pardo (Cund.).

10 a.m. Taller de Poesía (3ª sesión) Comfamiliar. Cra. 54 No. 59-167. Tallerista: Joaquín Mattos Omar. Poeta invitado: Julio Olaciregui (Atlco.)

4 p.m. Río Magdalena (Plaza del Río, Barrio Las Flores). Aníbal Tobón (Atlco.), Miguel Iriarte ( Sucre), María Clara Escobar (Atlco.), Luís Mallarino (Atlco.), Gonzalo Márquez Cristo (Cund.).

8 p.m. Barrio Abajo (Casa de Hierro). Carrera 50B No. 42-43. Enrique Noriega (Guatemala), Matilde Eljach (Cauca), José Luís González (Sucre), Danith Urango (Córd.) y Eugenia Sánchez (Cund.).

DOMINGO 26

3 p.m. Parque Sagrado Corazón. Calle 80 Carrera 42. Feria del Libro Poético. Recital Poesía Infantil: Miguel Iriarte y Aníbal Tobón.

4 p.m. Mesa de Jóvenes. Mayra Alejandra Díaz (Atlco.), Stefanny Santodomingo (Atlco.) y Keiko Liu Ripoll (Atlco.), Rafael Gómez Salcedo (Sucre).

5 p.m. Luís Hernández (Cuba), Deth Guerreiros (Brasil), Limedis Castillo (Guajira), Irina Henríquez (Córd.), Winston Morales (Huila), Juan Ensuncho (Sucre), Carlos Polo (Atlco.), Sonia Truque (Valle), José Luis González (Sucre), Luís Mallarino (Atlco.).

RECITALES EN EL ATLÁNTICO

Jueves 23. 8 p.m. Plaza de Salgar. Gustavo Arrieta (Magd.), Luís Mallarino (Atlco.), Vanessa Sánchez (Atlco.), Jorge Schultz (Atlco.), Jairo Castillo (Bol).

Viernes 24. 6 p.m. Casa de la Convivencia. Puerto Colombia. Irina Henríquez (Cord.), Jairo Castillo (Bol.), Regina Swain (México), Nena Cantillo (Bol.), Osvaldo Cantillo (Atlco.).

Sábado 25. 10 a.m. Casa de la Cultura. Galapa (NIÑOS) Poemas Infantiles. Lectores: Anibal Tobón y Luis Hernández (Cuba).

Domingo 26. 5 p.m. Casa de la Convivencia. Baranoa. Dankir Ortiz (Cesar), Matilde Eljach (Popayán), Gustavo Burgos (Ant.), William Jiménez (César), Danith Urango (Córd.).

20.9.10

PoeMaRío


El post del evento.


Faltan sólo dos días para que comience el Festival Internacional de Poesía del Caribe, o PoeMaRío, como es mejor conocido. He sido invitado este año, asi que, por esta semana, postearé poco. Luego colgaré la programación. Entre los invitados también están Piedad Bonnett y Giovanny Quessep. La ciudad de Barranquilla es la sede, pero también hay recitales en Puerto Colombia, Soledad y otros pueblos y ciudades cercanas. Les dejo una entrevista que concedió para Mediaisla Miguel Iriarte, uno de los organizadores:

¿Como van los ánimos para la tercera convocatoria de PoeMaRío, cuántos países se darán cita este año en el Festival de Poesía de Barranquilla?

—Bueno, PoeMaRío, para este año, y como en los anteriores, siempre se debate entre la euforia y el desencanto. Con excelentes razones para ambos sentimientos. Euforia por ver que la temperatura de la idea está consiguiendo buenos momentos y se respira una expectativa positiva. Así lo hemos percibido en las fechas preparatorias que se han realizado desde el mes de marzo, especialmente la exposición y tertulia sobre el poeta negro Candelario Obeso; el recital y conversatorio sobre Gómez Jattin en su pueblo natal de Cereté; el recital internacional con un poetas de Gambia, Turkmenistán y Colombia; y el recital de tres voces colombianas desde el Caribe con figuras como Harold Alvarado Tenorio, el poeta ciego Samuel Serrano y una joven voz de estos días llamada Katho Gómez.

Algunos nombres y expectativas. ¿De Colombia, internacionales?

—Este año tendremos poetas como Deth Guerreiros, de Brasil; Enrique Noriega de Guatemala; Regina Swain, de México; Diego Valverde de Villena, peruano que vive en Madrid; y Luis Hernández, cubano que también vive en Madrid. Dos de ellos, Brasil y Cuba, programados el año anterior pero que no pudieron asistir. Contamos también con poetas colombianos de la talla de Piedad Bonnet, Giovanni Quessep, Eugenia Sánchez, Sonia Truque y Robinson Quintero Ossa, por ejemplo, o los jóvenes laureados Hellman Pardo y Esmir Garcés; así como con poetas del Caribe colombiano como Tallulah Flores, Julio Olaciregui, John Better, Irina Henríquez, José Luis González o Danith Urango, para nombrar sólo algunos. Son 50 poetas que estarán leyendo en diversos espacios de la ciudad: teatros, auditorios, centros culturales, esquinas, centros comunitarios, barrios populares, bibliotecas, colegios, universidades, parques… Vamos a ver qué pasa este año. Yo al menos soy un pesimista disciplinado.

¿Como se ha ido integrando la ciudad a esta fiesta de la palabra, como lo siente, como lo vive?

—En realidad las respuestas de la gente que pueden medirse en asistencias a los más de 25 recitales programados en cada versión, con públicos que van de las 15 ó 20 personas pasando por las 40, 50, 60, 70, 100 hasta 200, permiten pensar que la gente identifica la propuesta, la reconoce y asiste, aunque siempre queda la sensación de que pudo haber sido mejor: pudo estar mejor organizada, pudo estar mejor balanceada en su poesía, pudo haber sido en un mejor lugar, pudo haberse hecho una mejor difusión, en fin… Lo cierto es que el evento ya hace parte de los eventos de ciudad que figuran en la guía oficial de cultura y turismo de la ciudad y la región. Aunque eso no necesariamente significa mucho.

A la vuelta de tres años, ¿cómo ven los organizadores que va tomando forma la idea de integrar a toda la comunidad en una monumental empresa como ésta?

—A solo tres años no es posible hacer balances demasiado optimistas sin caer en la tontería. Para lograr un verdadero impacto comunitario y de consideración en el sensorium de la ciudad hace falta persistir en los fracasos con verdadero entusiasmo y dejar que el tiempo madure el trabajo a través de las interpelaciones que el festival le plantee a la gente. La organización debe fortalecerse y ahondar en la gestión del proyecto.

¿Críticas, disidencias, desencanto? ¿Qué dice la gente de a pie, los poetas, el sector oficial?

—En realidad ninguna crítica seria, ni disidencia que duela. Diatribas, incomprensiones y calumnias que hacen parte de las emociones de este tipo de trabajos. Algunas recomendaciones de buena fe; opiniones respetuosas; uno que otro insulto; la gente de a pie lo vive y lo agradece, y muchas otras son indiferentes, pero siempre con excepciones maravillosas; los poetas en su caso leen, celebran, disfrutan, comparten, despotrican, valoran, desconsideran, echan vainas y abrazan. El sector oficial es parco en el apoyo pero es respetuoso y sabe lo que vale el evento en términos culturales.

Lo nuevo de Quiroz


Fernando Quiroz.


Luego de hablar con ciertos aspavientos del Opus Dei en su novela "Justos por pecadores", aparece "Como un bolero". Así lo publican en Eltiempo:

Hay cosas y momentos que marcan a las personas para siempre. En especial las primeras impresiones sobre algo: la primera borrachera, la primera bicicleta, el día en se conoció el mar y la primera vez que se montó en un avión. Pero de todos ellos, el
recuerdo más poderoso, quizás, que marca a los seres humanos es el del primer amor.

Esa es la génesis de 'Cómo un bolero', la novela que acaba de publicar el escritor bogotano Fernando Quiroz, en la que la que además rinde homenaje a la novela romántica, con todos sus ingredientes.

"La carga de todas las emociones del libro recae en Horacio, el protagonista, y es un largo recorrido desde cuando es niño y conoce a María, la más linda del barrio, a quien logra enamorar, finalmente, pero luego se le pierde en las vueltas de la vida
físicamente, aunque la siga llevando en su memoria", explica el autor, al destacar que se trata de un ejercicio de ficción literaria que no tiene ninguna base autobiográfica.

¿Es este un tributo a la novela romántica?

Sí, ese es otro de los puntos de partida del libro. Y el nombre de la protagonista es ciertamente un homenaje a la María de Isaacs, con todo el respeto y la distancia que puede haber. Como lector adoro esas novelas románticas y esa idealización. Los
amores verdaderos rara vez son fáciles y pienso que son más interesantes cuando hay tropiezos por superar.

¿De allí que el título también remita a uno de los símbolos clásicos del amor?

Curiosamente surgió de una conversación con mi esposa. De pronto dijimos: 'sería interesante buscarle el título de un bolero, porque la novela es como un bolero'. Es la típica historia en la que hay idealización, dolor, nostalgia, búsqueda, dificultades;
es raro encontrar un bolero sin vinagre en la herida. El bolero tiene algo que me gusta y es que no se mide a la hora de expresar el amor, aflorando incluso hasta la cursilería. Y la novela es un homenaje a ese tipo de amor.

O sea que la mudanza del protagonista al mar no es gratuita...

Es como un lugar común del romanticismo. En esa segunda parte de la novela está el mar, las flores, la poesía, yo quería rendirle un homenaje a todos esos símbolos del amor.

¿Recuerda su primer amor?

Guardo más como imágenes y sensaciones que toda una historia construida. Me interesaba mucho ir a misa a cierto sitio porque allá la veía. Después terminé hablando con ella, hasta que fue mi primera novia.

¿El primer amor nunca debería regresar?

Yo creo que hay imágenes y sensaciones que son maravillosas mientras se dejen en el cajón de la memoria, y que de pronto si uno las busca mucho y vuelve a enfrentarlas no son lo mismo. Los amores tienen un momento, que se dieron por una cantidad de
factores que confluyeron y que nunca más volverán a ser iguales. Pero además es algo que pasa con muchas cosas: libros, películas, canciones.

Tras las claves de un escritor

Hay una gran carga de nostalgia...

Yo soy nostálgico y creo que es una marca de lo que escribo. Me lo proponga o no, la nostalgia siempre aparece, aunque no necesariamente triste, a veces la nostalgia llega como vestida de melancolía.

Además, usted es muy cuidadoso con los detalles...

Es como una búsqueda. Creo que uno, a medida que crece, deja de sorprenderse con cosas maravillosas y creo que existe un esfuerzo por no perderlas aunque igual se diluyan.

El mundo mental de la niñez también está muy presente...

Yo creo que tiene que ver con el hecho de que tengo muy pocos recuerdos de infancia. Me da envidia, a veces, cuando la gente habla de la infancia como si la estuviera viendo. Escribir es como una necesidad interna y, quizás, la mía sea esa la de pescar
recuerdos de la infancia o evidentemente la de conocerme mejor.

FRASE "Creo que esta es una novela que le permite a los lectores también poner algo de su primer amor y de sus relaciones inolvidables en la piel de los protagonistas".
Fernando Quiroz, escritor bogotano.

Sobre Nam Le


Nam Le.


Tengan en cuenta este nombre. Sonará y sonará sin detenerlo en los próximos años. Y es que su libro, El barco, ha sido nominado a uno de los mejores tomos en el género del cuento en los últimos años, y eso, amigos, es mucho decir, en una época en que el cuento, afortunadamente, empieza a gozar de buena salud. He leido un par de cuentos de Le, y debo decir que su talento raya en la genialidad. De origen vietnamita, Australia lo ha acogido como hijo propio. Ganador del Dylan Thomas Prize. Aquí un aparte de uno de sus cuentos:

COMPASIÓN Y SACRIFICIO

Mi padre llegó una mañana lluviosa. Yo estaba soñando con un poema, el sordo clic-clac de las teclas de una máquina de escribir iba marcando las letras. Era un buen poema, quizá el mejor que había escrito nunca. Cuando me desperté, él estaba en la puerta de mi dormitorio, sonriendo de un modo ambiguo. Llevaba puestos unos pantalones negros y una cazadora de aviador, húmeda y arrugada, que parecía recién sacada de la lavadora. Enmarcado por la puerta del dormitorio, daba la impresión de ser aún más pequeño, más delgado, de lo que yo recordaba. Aún traspuesto por el sueño, alcé la cabeza hacia el despertador.

-¿Qué hora es?

-Hola, hijo -dijo en vietnamita-. He estado llamando un buen rato. Después la puerta se abrió sola.

«Los campos son de cristal», pensé. Luego tum-ti-ti, un dáctilo, línea final, luego las palabras «excusa» y «amalgama» en la siguiente línea. «Oh, venga ya», pensé.

-Está lloviendo con fuerza -dijo él.

Fruncí el ceño. El reloj marcaba las 11.44.

-Pensaba que no llegabas hasta esta tarde.

Se me hacía extraño, después de tanto tiempo, volver a hablar en vietnamita.

-Me cambiaron el vuelo en Los Ángeles.

-¿Por qué no llamaste?

-Lo intenté -contestó con serenidad-. No respondiste.

Me volví hacia el borde de la cama y abrí la ventana. El sonido de la lluvia llenó la habitación. La lluvia caía en las calles, sobre los tejados, sobre la chapa del cobertizo al otro lado del aparcamiento, como petardos detonando a lo lejos. Todo olía a hojas mojadas.

-Cuando duermo desconecto el timbre del teléfono -dije-. Lo siento.

Él siguió sonriéndome, ostensiblemente, como si esperara una noticia importante.

-Estaba soñando.

Cuando yo era joven él solía despertarme, dándome suaves cachetes en las mejillas. Yo lo odiaba: la humedad y la aspereza de sus manos.

-Vamos -me dijo cogiendo una bolsa de deporte Adidas y un fardo enrollado que parecía un saco de dormir-. Un día vivido es un mar de conocimientos aprendidos.

Mi padre tenía la costumbre de hablar intercalando proverbios vietnamitas. Yo había aprendido a no hacer caso hacía mucho tiempo.

Me puse una camiseta y estiré el cuello delante de la única ventana. A través de la lluvia, el cielo parecía tan gris y estriado como el grafito. «Los campos son de cristal...» Igual que una figura de humo, el poema se difuminó y luego se disolvió en esta nueva, fría y extraña realidad: un aparcamiento azotado por el viento y acribillado por la lluvia; una habitación oscura casi completamente ocupada por mi cama; la pequeña silueta de mi padre goteando sobre el suelo de madera.

Me acerqué a él. Debajo del pijama tenía las piernas con la carne de gallina. Él me miraba con afable indiferencia mientras yo alargaba la mano hacia la suya, se la estrechaba y luego liberaba su otra mano de las bolsas.

-Debes de estar agotado -le dije.

Había volado desde Sidney, Australia. Treinta y tres horas sin dormir, haciendo escala en Auckland, Los Ángeles y Denver, antes de aterrizar en Iowa. Yo no lo había visto desde hacía tres años.

Abad Faciolince gana Premio en Portugal


Héctor Abad Faciolince.



El Premio es el Casa de América Latina de Portugal. Cada dos años se entrega este galardón. Así lo anuncia la agencia EFE:

El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince recibió hoy el premio de literatura Casa de América Latina a la mejor obra latinoamericana publicada en Portugal en los dos últimos años por "El olvido que seremos".

El premio, bienal y dotado con 10.000 euros (unos 13.000 dólares), fue otorgado con la unanimidad del jurado a la obra de Abad Faciolince, que competía con otras 20.

El acto de entrega estuvo presidido por el secretario de Estado de Cultura de Portugal, Elisio Summavielle; el presidente de la Comisión Ejecutiva de la Casa de América Latina y del Ayuntamiento de Lisboa, Antonio Costa; el presidente del Banco Banif, Joaquim Marques dos Santos, que patrocina el galardón, y el embajador de Colombia en Lisboa, Arturo Sarabia Batter.

"El olvido que seremos" es una obra que homenajea la vida del padre del escritor, Héctor Abad Gómez, un médico y activista de Medellín asesinado por paramilitares en 1987 cuando contaba con 66 años de edad.

"Cuando me di cuenta de que su memoria se estaba desvaneciendo poco a poco en mi mente (...) pensé que tenía la obligación, por mi profesión, de recordarlo, de evocarle a través de palabras", declaró Abad Faciolince al recibir el galardón.

En ediciones anteriores, habían sido premiados el escritor argentino Tomás Eloy Martínez por "El vuelo de la reina" y el cubano Senel Paz por "En el cielo con diamantes".

Abad Faciolince, escritor, periodista y traductor, nació en Medellín (Colombia) y tras su expulsión de una universidad católica partió para Italia, de donde regresó a su país en 1987.

Aquel fue el año del asesinato de su padre, mientras que él recibió varias amenazas de muerte.

Se refugió de nuevo en Italia hasta regresar años después a Colombia y comenzar su carrera de escritor.

Su obra está traducida al inglés, alemán, griego y portugués.

En Portugal, cuenta con tres libros publicados: "Tratado de culinaria para mujeres tristes" (Presenca, 2000), "Fragmentos de amor furtivo" (Presenca, 2001) y "El olvido que seremos" (Quetzal, 2009).

17.9.10

Poema del Viernes # 37


Paul Auster ( Newark, EEUU, 1947)



EFIGIES

Sendas de eucaliptos: un resto del pálido cielo
temblando en mi garganta. A través del zumbido
lastre del verano
la cizaña que acalla
incluso tu paso.

*

Los innúmeros fantasmas de luz.
Y lo que fue pérdida: memoria
de lo que nunca ha sido. Las colinas. Las imposibles
colinas perdidas en el brillo de la memoria.

Como si todo aún
esperara a nacer. Inmortal en el ojo,
allí donde el ojo
se abre
al ruido del calor: una avispa, un cardo oscilando en las púas
de alambre.

*

Nevada. Y en la veta
más profunda de la blancura: memoria
que añade tus pasos
a lo ya perdido.

Sin fin
yo hubiera caminado contigo.

*

Alba. La inmensa luz
aluvial. El carillón de nubes
al amanecer. Y los botes
amarrados en la niebla del muelle
invisibles.

15.9.10

Un premio, un ganador, un jurado


Carolina Sanín


El premio: Nacional de Novela Ciudad de Bogotá; el ganador: Humberto Ballesteros; la jurado: Carolina Sanín.

Sobre el premio: El Nacional de Novela Ciudad de Bogotá ha tenido grandes aciertos: "El eskimal y la mariposa", de Nahum Montt, y "Al diablo la maldita primavera", de Alonso Sánchez Baute. También grandes equívocos (¿o es que Adalberto Agudelo tuvo la suerte que ese año no se presentó una novela realmente interesante?), como el libro ganador del 2008, "Pelota de trapo". Este año afortunadamente, y según aquellos que han leído la novela aparte de los jurados, obvio, dicen que las editoriales deben fichar de inmediato al autor. Como siempre, habrá que leer "Razones para destruir una ciudad".

Sobre el ganador: Humberto Ballesteros Capasso. Poco se conoce de él. Que ganó el concurso de la desaparecida revista La Movida literaria hace algunos años; que estudia literatura comparada en Columbia University; que tiene 31 años.

Sobre la jurado: Que sea la misma Carolina Sanín quien nos comente su experiencia:

Trabajar da dinero, trabajar ocupa tiempo, trabajar cansa, trabajar produce obras. Durante el mes pasado tuve un trabajo extraño que me quitó mucho tiempo, me dio poco dinero, ni siquiera me cansó, y no produjo mucho más que una alternancia vertiginosa en mis estados de ánimo. Fui miembro del jurado de un concurso literario. Leí 89 novelas inéditas. Leía cuatro al día: muchos desahogos onanistas, fantasías parricidas, coloquialismos forzados y confesiones de toxicomanía. También algunos pasajes memorables. Y alguna obra buena. A ratos me reí. Me aburrí como una piedra. Cuando todavía me faltaba leer 5.000 páginas, sentí desesperanza. Si no lloré fue porque no tenía cerca a nadie que me viera. Leí todos los manuscritos sentada en un mismo sillón, sin cambiar de posición. Estaban firmados con pseudónimo, y me distraía imaginando a sus autores. Los veía en la fotocopiadora, encargando el triplicado. En sus escritorios, afanándose. Especulaba sobre las reacciones que los otros dos miembros del jurado estarían teniendo al tiempo que yo. El tiempo perdido me alcanzó para imaginar que yo misma había escrito cada una de las novelas. El esfuerzo perdido me dio campo para desdoblarme y sospechar que, si entre las concursantes hubiera estado una novela que publiqué hace algunos años, en el papel de jurado no me habría dado el premio. Me entristecí.

Caía en cuenta de que los tres del jurado seríamos los únicos lectores que tendrían casi todos esos libros, y entonces sentía que cada libro había sido escrito para mí. Que me hablaba. El trabajo tedioso se convertía en una labor de amor, y el amor amenazaba con derivar en paranoia. Oras veces maldecía. Los delirios de aquellos desconocidos estarían en mi inconsciente por el resto de mi vida. Me había vinculado a sus ambiciones en virtud de una promiscuidad avariciosa. Todo lo que entra sale, y temí que en unos años, en algún texto, me saldría una frase proveniente de esas páginas en las que no entré por placer ni por curiosidad sino sólo por dinero. Temo que ya me esté pasando: esta insistencia en staccato que estoy empleando hoy no era mía hace un mes.

Una tarde sentí que nunca podría volver a escribir una línea tras leer tanto de aquello. Otro día me sentí culpable: toda esa gente había terminado sus novelas mientras que yo no voy por la mitad de la que quisiera escribir. Leía durante horas sin saber lo que leía, y entretanto me parecía que descubría una nueva modalidad de meditación. Pero esa modalidad ya estaba descubierta, en los mantras. Los sueños se me enrarecieron. Una mañana, tras haber leído la víspera mil páginas con pocas tildes y demasiadas comas, me desperté con la sensación de que la noche anterior había cometido un acto abominable para el que no encontraba ni explicación ni descripción. Me pareció que había descubierto una manera de perder el juicio. Pero ya estaba descubierta, en El Quijote. Me pregunté cómo sería la vida de un personaje que enloqueciera de tanto leer novelas inéditas enviadas a un concurso. ¿Acabaría creyendo que es un psicoanalista? ¿O un sacerdote? Quedé demasiado aturdida, atiborrada, para formular preguntas más complejas.

Siento que he hecho algo tan irresponsable como participar en el experimento de una nueva droga psiquiátrica. Y me abruma la circularidad inútil de mi esfuerzo. El producto de ese trabajo que consistió en producirme estados de ánimo diversos durante un mes será la producción de otros estados de ánimo: alegría en el ganador y desilusión en los 88 concursantes que no ganarán. Poco más, salvo que alguien lea la magnífica novela ganadora del Premio Ciudad de Bogotá.