El miércoles 22 de junio de 1994, a las 5:09 de la tarde, el locutor radial Pepe Calderón perdió la voz, de manera intempestiva, en plena transmisión desde el Rose Bowl de Los Ángeles, cuando el jugador colombiano Andrés Escobar hizo un gol en su propia portería.
El personaje ficticio de Calderón se apareció un buen día en la mente del escritor Ricardo Silva Romero, cuando ni siquiera tenía muy claro el argumento de su nueva novela 'Autogol', que presentó esta semana. "Tenía todos los detalles de su físico y su personalidad, pero entonces me demoré un par de años en encontrar por qué se le iba la voz. Y de pronto me encontré con que el trauma más grande que podría presenciar este hombre era el autogol de Escobar".
Luego, el escritor bogotano se trazó un plan de trabajo, pero sintió que tenía demasiado control sobre la vida del personaje central y necesitaba que se le saliera un poco de las manos. Para ello, envió un cuestionario a una cantidad de gente del mundo del fútbol. "Les pregunté: ¿cuál había sido su anécdota favorita con Pepe Calderón? Todo el mundo reaccionó como si lo conocieran con anécdotas de cocteles, de fiestas en Neiva (su tierra natal) o del Mundial del 90", comenta el también columnista de EL TIEMPO.
Entonces la novela tomó una estructura similar a la de un partido de fútbol, con un primer tiempo en el que se le derrumba la vida al protagonista, situación que lo obliga a salir a empatar en el "segundo tiempo" literario. ¿Y cuál es la mejor forma de lograrlo? Vengándose del culpable que lo dejó sin voz: Andrés Escobar.
"Alguien tenía que pagar por todo lo que le ha pasado a este locutor -explica Silva-. Pues perder la voz significa perder el trabajo y las posibilidades de reconstruir una familia que tiene medio deshecha en ese momento. Entonces, en el fondo, Calderón lo que busca es empatar el partido de su vida".
De allí que el título pueda mirarse en varios sentidos, como anota el autor de novelas como 'Parece que va a llover' y 'Tic'. "'Autogol' es la historia de Pepe, que tiene que aprender que la vida de uno está en sus propias manos y que uno no puede pasarse el resto de la vida echándole la culpa a los demás".
Sin embargo, Silva también deja en el aire la reflexión sobre esa doble moral que tanto mal le ha hecho a este país. "Yo creo que hay dos miradas morales ahí: la de la persona consistente como Andrés Escobar, que a pesar de estar en un mundo oscuro y sórdido, como era el del fútbol de ese momento, se mantuvo como una persona muy decente; y la de Pepe Calderón, ese tipo de personas que en algún momento recibe un regalito de algún dirigente, pero no le parece corrupto porque no es dinero".
'Autogol' es una invitación a preguntarse hasta qué punto se ha perdido la sensibilidad frente a determinadas situaciones que debieran horrorizar a cualquier sociedad. "Creo que la cosa moral es tan confusa que casi el referendo tendría que incluir la pregunta: ¿hay razones que justifiquen matar a una persona?", concluye el escritor.
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