Primero fue la poetisa peruana Blanca Varela. Hace menos de un mes despedimos a Meira Delmar, y hoy tristemente le tenemos que decir adiós a Mario. Un asunto, por demás, poco poético, aunque el tema de la muerte transcurría en sus versos, nunca llegamos a pensar realmente en ello. Mario Rivero instauró todo una escuela lírica en nuestro país, nos hizo acercarnos a la poesía urbana, lejos del trastabilleo emocional y romántico. Su poesía irrumpe con fuerza, nos muestra la realidad del mundo tal como es, con sus dejámenes, con todos sus defectos. Adiós a Mario. Hagamos un réquiem, donde a lo mejor lo estarán llorando en este momento sus más grandes amigos: el que tiene la culpa de haberme metido en la poesía, Jaime García Maffla; el maestro Jose Luis Díaz-Granados y mi gran amigo Federico. Un abrazo a todos, y me uno en esta tristeza, en esta desazón que por hoy se propaga y se disemina por Bogotá.
12.4.09
ADIOS A MARIO RIVERO
Primero fue la poetisa peruana Blanca Varela. Hace menos de un mes despedimos a Meira Delmar, y hoy tristemente le tenemos que decir adiós a Mario. Un asunto, por demás, poco poético, aunque el tema de la muerte transcurría en sus versos, nunca llegamos a pensar realmente en ello. Mario Rivero instauró todo una escuela lírica en nuestro país, nos hizo acercarnos a la poesía urbana, lejos del trastabilleo emocional y romántico. Su poesía irrumpe con fuerza, nos muestra la realidad del mundo tal como es, con sus dejámenes, con todos sus defectos. Adiós a Mario. Hagamos un réquiem, donde a lo mejor lo estarán llorando en este momento sus más grandes amigos: el que tiene la culpa de haberme metido en la poesía, Jaime García Maffla; el maestro Jose Luis Díaz-Granados y mi gran amigo Federico. Un abrazo a todos, y me uno en esta tristeza, en esta desazón que por hoy se propaga y se disemina por Bogotá.
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