Se lanza a nivel de hispanoamérica la novela Una bendición, de la premio nóbel Toni Morrison. Vale acotar dos cosas de este libro: 1. Vuelve la escritora a hablarnos de la esclavitud. 2. Es una de las favoritas de Obama. ¿Será un presagio?
Les dejo una muestra de la entrevista que le hace la Revista Ñ:
¿Por qué vuelve a tratar el tema de la esclavitud?
Me quedaba hablar de aquellos que fueron esclavos antes de que EE.UU. existiera. Uno de mis temas ha sido siempre la mitología de este país, abordar el cuento de hadas nacional sobre nuestros inicios. En los siglos XVII y XVIII aquí vino gente de todos los lugares de Europa: suecos, españoles, holandeses, franceses, ingleses... Quise hablar de un tiempo en el que la esclavitud todavía no se había asociado a una raza, la negra.
Muchos lectores van a descubrir, gracias a esta novela, que había esclavos de raza blanca...
Sí, así es. Los esclavos eran los parias, los más pobres, miserables y desafortunados, blancos, indios y negros. Después, el racismo se convirtió en ley y separó a los pobres blancos de los pobres negros. Pero en el siglo XVII los esclavos negros y blancos trabajaban juntos en las plantaciones de tabaco. La gran aportación de EE.UU. es que, por intereses políticos y de los propios blancos pobres, se estableció una jerarquía racial, plasmada en textos legales, con el fin de proteger a los ricos pero a la vez para que hubiera un tipo de pobres, los blancos, que miraran a otros pobres desde arriba. Y ese entramado cultural racista todavía opera en este país, perpetuando las divisiones en contra de lo que debería ser una verdadera democracia. El racismo no es natural, sino algo construido en función de intereses.
De hecho, en los años en que se desarrolla su novela, ni siquiera existía EE.UU.
Es un momento histórico muy poco conocido, previo incluso a la organización de las colonias. Había una recepción constante de gente, un movimiento de población humana enorme, muchas ciudades que cambiaban de nombre en función de la nacionalidad de sus ocupantes, todo fluctuaba, había un aluvión de gente venida de todo el planeta, atraída por los recursos naturales, por el oro, por una naturaleza generosa. Y fue en esa época en la que llegaron los domésticos blancos, tan esclavos como los negros. La única diferencia es que podían fugarse y confundirse entre la población, mientras que a los negros siempre los capturaban.
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