Hoy Jueves 30 de Abril es la presentación para Colombia - ya había sido lanzado en Venezuela - el más reciente poemario de J. Mario Arbeláez, llamado Paños Menores. Será en el Gimnasio Moderno, a las 7 p.m. No tengo mucho que agregar, salvo que el último nadaísta de Colombia es uno de los mejores poetas de nuestra lírica.
Cuarenta años se tomó Arbeláez para hacer este reconocimiento a sus raíces, como lo esboza el poema 'El profeta en su casa', que escribió en 1964, cuando tenía 23 años. "Ahí comienza la historia del taller de sastrería que tenía mi papá en la casa. De ese poema se han ido desprendiendo una serie de flashes que muestran toda esa vivencia", explica.
Cuenta el poeta que la familia de su madre, procedente de Ambato (Ecuador), escuchó que Cali se había convertido en la meca de la sastrería. "En esta cálida ciudad, todo el mundo vestía trajes completos de paño -algo que hoy parecería de locos-". Entonces, sus abuelos empacaron todos los enseres y partieron para este atractivo destino.
Uno de los sastres que acompañaba al abuelo de Arbeláez falló en su labor, y entró a reemplazarlo aquel que "conoció a la niña de los ojos de aguja y que no tardó en ensartarla", como dice el autor al recordar la historia de amor de sus padres.
Con esa misma pasión está 'tejido' cada verso de 'Paños menores'. Hoy, cuando ya está próximo a llegar al 'séptimo piso', el autor no se arrepiente de la rebeldía que profesó en contra de los consejos incesantes de su abuela para que abandonara la poesía: "No escribas más poemas sal a la calle / a conseguirte una muchacha/ a conseguirte un fusil aunque sea/ Lástima, no pareces mi nieto / yo siempre he sido revolucionaria".
Y a pesar de que, desde muy niño, su padre lo contrató como maniquí en el taller familiar, la lectura de Walt Whitman y de Henry Miller, en esas largas horas de inmovilidad, lo fue estremeciendo hasta lo más profundo. Este delirio por la controversia dio sus frutos más adelante en el nadaísmo. "Cuando llegó Gonzalo Arango a reclutarme con ellos, escribió: Colombia ha perdido un sastre, pero ha ganado un poeta", recuerda Arbeláez.
Es un viaje al pasado a través de este conjunto de poemas herméticos que nacieron sobre la tapa de una máquina de coser y que narran la herencia familiar de este hombre citadino y sensualista.
3 comentarios:
Hellman, me sorprende leer semejante afirmación de un poeta colombiano de las últimas generaciones. Si Jotamario es uno de los mejores ¡Qué nos espera en materia poética?
Sencillamente lamentable.
Si no has leido "La lectura en tinieblas" de Jota Marío, entonces quizá debes leer otro tipo de géneros. Como cualquier poeta, todos tenemos buenos y malos poemas, pero...¿desconocer este poema, o otros suyos? Eso si es sencillamente lamentable.
Un saludo desde Lima-Peru, la poesia de Mario Arbelaez ha sido un descubrimiento, descubrir en palabras del poeta colombiano algo mas del surrealismo en latinoamerica, de la respiracion del sueño que sucede en esta parte del mundo, que buen poeta caramba.
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