Un articulo que me encontre en la Movida literaria:
Desde los años setenta los críticos han proclamando el fin de la novela. Con el aumento del acceso a la televisión y al internet, con los canales de noticias de 24 horas, muchos han opinando que los fieles lectores de ficción van a desaparecer. Según ese pensamiento, la novela sería reliquia del pasado disfrutada por una minoría, como los aficionados a la opera o el ballet, perdiendo su antiguo rol social; pero una nueva tendencia en Japón indica lo opuesto. Tal vez la novela ha tenido un renacimiento, gracias a un candidato inverosímil: el teléfono celular.
No debe sorprender nada que la última extraña función de los celulares venga de Japón, específicamente de niñas japonesas; sin embargo, no es un juego, ni un uyugoi, ni ikkachom, sino un nuevo género literario.
Además de su propia marca extraña de consumo, la novela en Japón ha tenido una historia más larga que en otras partes de Asia. Sus novelas han atraído e intrigado a lectores extranjeros desde la primera traducción del relato de Genji Monogatari. Ahora, uno de los traductores más famosos de aquél clásico, Jakucho Setouchi, una monja budista de 86 años, ha aumentado su rango literario este mes, publicando su primera novela en celular, El Arco Iris de Mañana. No se puede decir que ella sea la típica autora de una novela para celular; pues la mayoría son adolescentes anónimos que prefieren la suave sombra de la oscuridad que la fama. Con todo, no se les puede llamar aficionados, cuando 5 puestos en los 10 libros más vendidos en Japón en el año han sido novelas de celular.
El fenómeno telefónico no se limita a Japón. En Italia, Robert Bernocco ha terminado la primera novela italiana para celular, Compagni di Viaggio, con una narrativa de suspenso escrita exclusivamente para celular. Y en Finlandia, Hannu Luntiala ha hecho lo propio con una novela escrita en SMS sobre un ejecutivo que renuncia a su trabajo para viajar, mandando mensajes de textos a sus familiares sobre sus cambios internos.
Unos denominarán la nueva tendencia como una moda pasajera, como le nouveau roman, que treinta años después se ve como vanguardismo pendejo. Sorprende, entonces, saber que esa lectura por celular no se limita a libros novedosos. En Alemania por el bicentenario del nacimiento de Schiller crearon un programa en java que ofrecía sus poemas y su música para consumo simultáneo. Y por el mismo estilo, la empresa inglesa Dot Mobile, ahora Vidafone, ofrece ahora textos clásicos en SMS, en formato para estudiantes. El parlamento más famoso de Hamlet, y tal vez de toda la literatura, To be or not to be, that is the question?, se convierte en 2b? Nt2b? ???”.
El Kindle de Amazon.com, vino y se fue sin mucho fanfarreo, en parte porque no está disponible en muchas partes del mundo y también por su alto costo (U$359). Ahora el Kindle y el Sony equivalente son obsoletos, con el Itouch, Iphone y el Blackberry, donde uno puede instalar programas Adobe que leen .pdf, entre muchas otras cosas. Aprovechando esa innovación, Borders ha empezado a ofrecer a sus clientes la oportunidad de bajar muestras de sus publicaciones en sus celulares. Obviamente, ante ese monstruo del mercado japonés , Estados Unidos tenía que incursionar.
Hay dos páginas, quillpill.com y textnovel.com, que ofrecen novelas celulares en inglés para descargar. Quillpill, la más reconocida de las dos, ofrece su propio procesador de textos.
A diferencia de otros servicios públicos gratuitos como blogger o wordpress, en quillpill uno tiene que pedir una invitación para poder registrarse (en este momento sigo esperando el mío). Aparte de sus servicios, quillpill ofrece una revista literaria (U$7) que muestra lo mejor del sitio según los dueños. En contraste, en Japón, la mayoría de los cuentos y poemas no usan el lenguaje SMS, sino que se leen como microcuentos, escritos en una prosa minimalista, densa y monosilábica, a lo Hemingway o Carver.
Aunque los libros ofrecidos en formato para celular mayormente pertenecen a aquel género literario infame de la literatura juvenil, la novela celular es todavía literalmente juvenil. Vale la pena recordar que el cine no fue aceptado como arte durante mucho tiempo (menos por los Modernistas) por su estilo populista. Con la renovación de las serie televisas en Estados Unidos con programas como Los Sopranos, Lost y Héroes, etc., tal vez, ha llegado la hora de darles la respuesta literaria, con narrativas episódicas como en la época de Dickens y Balzac, solo que mucho, mucho más cortas.
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