Libros desplegables hay muchos, y claro, para niños y hasta para jóvenes. ¿por qué no hablar de libros desplegables para adultos? A todos nos gustan, y nos divierten. No digan lo contrario.
El principito, la obra maestra de Antoine de Saint-Exupéry, tiene sus fanáticos y sus grandes detractores. Para algunos es un cuento universal ante el que resulta casi imposible resistirse, es uno de esos relatos que les acompaña a lo largo de toda su existencia, cuyos personajes aparecen una y otra vez al hilo de los avatares de la vida. Para otros, es una cursilada insufrible. Sólo se me ocurre una cosa: ellos se lo pierden. Negarse a amar este relato de un aviador perdido en el desierto que se encuentra con un niño triste que huye de su planeta es como renunciar a tratar de descubrir el sencillo secreto de los cuentos, es como aburrirse con la primera trilogía de La guerra de las Galaxias.
En su última, inacabada y difícil obra, Ciudadela (1948), Saint-Exupéry escribe: "La ocasión perdida, ésa es la que cuenta". En el fondo, El principito es una larga y universal reflexión sobre eso, sobre las ocasiones perdidas de la vida. También sobre la mirada de la infancia ("por favor, dibújame una oveja"), sobre el amor ("gano a causa del color del trigo"), sobre la soledad ("me gustan las puestas de sol cuando estamos tan tristes"), sobre la vida y sobre la fascinación del desierto...
Durante años, El principito se ha quedado recluido en la clásica edición con las acuarelas del autor. Sin embargo, el actual responsable de los derechos de esta obra maestra ha decidido abrir la mano y permitir nuevos productos, demostrando que un libro así es capaz de sobrevivir a todo. Sfar hizo una versión en cómic, que fue un enorme éxito en Francia y que Salamandra editará este año. Sin embargo, no resulta una experiencia fácil sumergirse en el libro con otros dibujos diferentes de los que todos tenemos en la cabeza cuando pensamos en el asteroide B-612, en los baobabs, el zorro, la rosa y el propio niño rubio. También ha permitido que se haga otra versión cinematográfica (existe una musical, poco conocida, aunque bastante pasable, dirigida por Stanley Donen y con Bob Fosse y Gene Wilder en el reparto).
También ha autorizado la edición de una joya, que ha llegado a las librerías este invierno: El principito en pop-up, con los mismos dibujos de siempre (y la traducción impecable de Bonifacio del Carril), pero desplegables. Otra forma de no olvidar el color del trigo.
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