Clausura del Festival de poesía de Bogotá.

Junto a Miguel Márquez, director de la editorial El Perro y la Rana, Venezuela.

Este blogger y Ron Ridell.

La preciosa Victoria Sur...

La culpa la tiene Betsimar...

Qué cara de pendejo la mía junto a Maruja Vieira...

Fin, no da más. Esas fueron las palabras casi literales que pronunció federico Díaz-Granados en el cierre del 17 Festival Internacional de Poesía de Bogotá. No porque estuviera aburrido con todos nocotros, o algo por el estilo, no. Más bien fue porque hubo tanto que hacer, tanto poeta que escuchar, que simplemente ya se hacía perentorio el cierre del festival. Me la gocé, y más porque este año fui oficialmente invitado. Hace un año estaba publicando mi libro, así que, tomando en cuenta este hecho, fue un gran logro el leer ante un público tan maravillosos como el bogotano. Conocí a poetas increibles, como el venezolano Gonzalo Fragui, cuya poesía jocosa y divertida me hizo reir demasiado. a Osuna, otro venezolano, quien se extendía en horas interminables con sus poemas largos y sesudos. Aplaudía cada vez que terminaba no por su intervención poética, sino más bien porque llegaba al fin, al nodamás de Federico. También conocí a la hermosa María Baranda. Vaya mexicana que me cautivó desde el comienzo. El brasilero Floriano Martins me cautivó con sus poesía casi amorosa, pero que dejaba cierto rumor de soledad y devastación. El loco del festival fue el neozelandés Ron Ridell, con quien compartí en Fusagasugá. La gente de la hermosa ciudad quedó asombrada no solo con la desquiciada poesía de Ron, sino de su entonación, que cantando sus poemas, hizo que todos se levantaran y le aplaudieran hasta el cansancio. Qué puedo decir, yo no sé cantar. Pero lo mejor de todo es que me reconcilié con el regordete de Juan Felipe Robledo. Dejamos atrás las absurdas disputas y volvimos a conversar, por lo menos a tolerarnos. Un abrazo querido Felipe, ya no te llamaré Regordete, para que vos no me digas más gafufo de...Decenas de poetas reunidos en un solo sitio. Vaya encuentro. Lo recordaré para siempre, por siempre...