Como el dicho: nunca cambies Herralde. La mejor colección de literatura hispanoamericana indiscuti-blemente la tiene Anagrama, y su editor, Jorge herralde, tendrá varios conversatorios en Bogotá por estos días. Veamos apartes de la entrevista que nos deja en El Tiempo:
Hace 40 años, se respiraba en la bulliciosa Barcelona de los años sesenta un ambiente antifranquista, que buscaba incorporar esas nuevas corrientes del pensamiento que habían sufrido la censura durante muchos años.
Con la promulgación, en 1967, de una nueva ley de prensa, que relajó en parte esta situación, se vivió en la ciudad española un renacer de diversas editoriales y productoras de cine. En medio de ese ambiente de ebullición intelectual, el joven editor Jorge Herralde decidió fundar, en 1969, Anagrama, "una editorial muy participante en todas las inquietudes de aquellos tiempos del antifranquismo, la contracultura, el libro político y la literatura".
El sueño no estuvo exento de la prohibición y del embargo de libros. "Pero bueno, el catálogo de la editorial de los setenta es ilustrativo de cómo, a pesar de todo, publicamos libros impensables", recuerda su fundador.
Herralde, quien llega al país esta semana para participar, como invitado especial, en el Festival Malpensante, le contó a EL TIEMPO cómo se va dando ese proceso de enamoramiento con los textos que decide publicar, cuáles son las principales cualidades de un buen editor, cómo es su disciplina de lectura y su pasión por ciertos escritores, entre otros temas.
¿Alguna vez quiso ser escritor?
La verdad es que no. Como casi todo el mundo, en mi adolescencia perpetré algunos poemas y algunos relatos, pero entre ellas, mi autentica vocación es la de editor. Sin embargo, en estos años he escrito centenares de contraportadas de textos, que he ido recogiendo luego en volúmenes como Opiniones mohicanas, Por orden alfabético o Para Roberto Bolaño, pero no tengo vocación de novelista.
¿Cuáles son las principales cualidades que debe tener un editor?
Tener una idea muy clara de lo que quiere publicar. En el caso de Anagrama, es apostarle a la excelencia en la literatura en su doble registro de apostar por los clásicos del futuro, a menudo autores desconocidos, como es el caso de Bolaño, Vila-Matas o tantos otros. O también, un rescate de clásicos como Nabokov o Albert Cohen. Esto, por una parte. Además, el editor debe tener máximo rigor en la selección, no bajar la guardia y no publicar ni un solo libro por criterios que no sean literarios o de curiosidad y rigor en el ámbito del ensayo. Luego, un trabajo minucioso y artesanal en la edición propiamente dicha, con mucho cuidado en todo el proceso: desde los textos hasta el diseño y la escogencia de las imágenes; y luego, finalmente, el máximo ímpetu en la promoción.
¿Tiene alguna disciplina de lectura?
Es una disciplina relativa. Pero la máxima disciplina es los sábados y domingos, que no salgo de casa y es cuando hago la lectura de 10 y 12 horas de manuscritos con bolígrafo y pósit en mano. Y luego, naturalmente, como todo editor, aparte de leer -que es lo que más me gusta- también me gusta mucho participar en todo el proceso de edición.
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