Eso es lo que Angela Becerra ofrece en su novela, - en sus novelas - poco o nada interesante. Les dejo la información que nos presenta El Tiempo de la gira de la caleña en Colombia. No tengo más palabras que añadir...
Una libreta y un esfero, y los ojos bien abiertos. Ángela Becerra no necesita nada más para comenzar a darle forma a una novela. Por eso se llama a sí misma "una mirona empedernida de la vida".
Su última novela, 'Ella, que todo lo tuvo', le dio el Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa, y empezó cuando Becerra tenía los ojos bien abiertos en un bar de Florencia, al que llegó una extraña mujer. Con el esfero apuntó la imagen en la libreta: "noté que se abría la puerta y entraba una ráfaga de aire frío. Era un día de febrero a las seis y media de la tarde. Apareció una mujer rarísima, con un abrigo de visón, muy enjoyada y la cara triste. El hombre del bar le sirvió un Dry Martini, sin que mediara una palabra entre los dos. Ella se lo tomó y se fue. Pensé que allí había algo. Lo mismo sucedió durante los siguientes cuatro días. Imaginé que esa mujer había sufrido una desgracia. Y vi que en el bar había muchas personas solas. Eran soledades pegadas que no se rozaban.
La imagen, sin embargo, permaneció durante un tiempo en la libreta. No se hundió, como muchas que se quedan anotadas y nunca se convierten en historias. Pero tampoco nació inmediatamente. "La señora volvía a mi mente, pero le tenía respeto porque sabía que traía una historia de soledad y no me interesaba meterme en el tema en ese momento de mi vida, así que escribí 'Lo que le falta al tiempo'. Pero la mujer era persistente. Se asomaba por entre las hojas de la libreta. Finalmente empecé a trabajarla".
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