Tal día como hoy, hace 40 años, nos dejaba Jack Kerouac, uno de los máximos exponentes de la «generación beat» y escritor de culto gracias especialmente a su novela «En el camino», que se convertiría en la referencia de numerosos jóvenes y no tan jóvenes que soñaban con esos aires de experimentación y libertad que ruzumaba la obra.
Jack Kerouac nació en Lowell (Massachusetts) el 12 de marzo de 1922 en el seno de una familia canadiense de lengua francófona y no aprendió a hablar inglés hasta los seis años.
A la literatura llegó pronto. Con diecisiete años ya estaba escribiendo sus primeros textos, influenciado por autores como Hemingway, Thomas Wolfe o Jack London. Antes había tenido tiempo de descollar en el fútbol americano, pero una lesión en la pierna le impidió desarrollarse en este campo profesionalmente. Un sueño frustrado que le llevó a enrolarse en la marina mercante, donde esperaba vivir grandes aventuras. Cada vez que atracaba su barco, Kerouac cogía lápiz y papel y se dejaba llevar por su pasión literaria.
Posteriormente se trasladaría a Nueva York, ciudad en la trabaría amistad con Allen Ginsberg, William S. Burroughs y Neal Cassady, los otros grandes referentes de lo que no tardaría en conocerse como «generación beat». Un termino éste que nació de una conversación entre el propio Kerouac y John Clellon Holmes y que quedó inmortalizado gracias a un artículo publicado por este último en el «New York Times Magazine». El rechazo a los valores clásicos de la sociedad estadounidense, la influencia de la filosofía oriental la libertad en materia sexual y el uso de sustancias alucinógenas constituían algunas de las señas de identidad del movimiento.
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