Habla el ganador del premio la otra orilla 2009, convocado por la editorial colombiana Norma. tomado de ElTiempo:
Jerusalem, una ciudad sitiada por la guerra y que ha sufrido el acoso de la destrucción y de la muerte, es el escenario que el colombiano Santiago Gamboa escogió para su novela más reciente, Necrópolis. La llamada 'Tierra de Dios' le sirve como punto de encuentro de historias de personajes que se entrecruzan en medio de una soledad interior, alimentada por drogas, sexo y la crudeza de la calle y la violencia.
A ese lugar es invitado un escritor colombiano para participar en el Congreso Internacional de Biógrafos y de la Memoria (CIBM), donde coincide con un biógrafo francés, una actriz porno italiana, un empresario colombiano y un ex pastor evangélico que tiene un pasado de drogadicción y delincuencia. Al principio, se siente en el lugar equivocado, pero la gente que conoce le cambia su perspectiva sobre la vida.
Ganadora del Premio La Otra Orilla, otorgado por Editorial Norma junto con la Asociación para la Promoción de las Artes (Proartes), la novela ya se encuentra en las librerías y será lanzada el próximo 28 de octubre en Bogotá y al día siguiente en Medellín.
"Este hombre trata de recuperar su vida de escritor, después de estar dos años enfermo, asistiendo al encuentro. No es su mundo, pero el lector conocerá las historias a través de él. Son personajes huérfanos, o mejor, una especie de comunidad de personas abandonadas", cuenta Gamboa vía telefónica desde Nueva Delhi, donde vive actualmente.
Para crear personajes más conocidos y verdaderos, Gamboa ha puesto elementos de su propia vida. "En Necrópolis, algunas historias son reales y otras no. Sin embargo, la novela siempre transforma en ficción todo lo que toca".
La obra está dividida en tres capítulos, trenzados por la llegada al congreso de los invitados, el relato de sus historias y el trágico suicidio de José Maturana, el ex pastor que había vivido en el mundo del hampa.
Gamboa dejó madurar a sus personajes durante cuatro años. "Uno de los caminos para entrar a una novela es imaginar y convivir lentamente con los personajes, hasta que uno puede escucharles la voz", asegura el escritor.
Son muchas las voces construidas por Gamboa en el libro. En ellas tiene cabida el lenguaje fuerte y de excesos para contar experiencias sexuales, criminales y de drogadicción. Según este viajero que no vive en Colombia desde hace 25 años, el descreimiento por muchos aspectos de la vida le ha dado voz a su pasión por las historias de ciudades, en las que siempre encuentra un protagonista. "Los personajes son seres desesperados, con vidas no convencionales. El centro es Jerusalén, pero cada historia ocurre en partes diferentes: Estados Unidos, París, Roma, Medio Oriente, Kenia y Colombia".
Es así como hombres y mujeres sobrevivientes tratan de proteger su existencia, contando historias crudas, excéntricas y con una estética ambiciosa que supera a la condena. "Soy venezolano y nací en Santo Domingo, en un lupanar de alcohólicos dementes que se escondían debajo de las mesas para limpiarse las heridas con la lengua", es la narración de la cual nace la historia de Maturana y que es el eje de la novela.
Necrópolis es el conjunto de historias sin fronteras que, con una elegante melancolía y con un estilo más atrevido, describe no solo las ciudades martirizadas, sino también el dolor de los que las habitan.
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