29.11.10

Bolaño es como el rock and roll¡¡¡


Punk.


Lo dice Patti Smith. También dice que Bolaño es revolución, pecado y energía sexual. Lo comenta es ABC:

Lectora voraz y escritora espiritual. Ciudadana radical y madre sensible. Poeta, maga, prestidigitadora de las artes y púgil de la palabra. A sus 63 años, la poeta residente en Nueva York que rechaza por su eterna juventud la etiqueta de «madre del punk» es puro hechizo. En un escenario (esta noche cierra la semana dedicada al escritor chileno, Roberto Bolaño, en Casa de América en Madrid), en rueda de prensa (en la de ayer recitó de pie, habló sentada, eructó), y en este cara a cara con ABC, Patti Smith es una experiencia multisensorial.
—¿Cuandó encontró Patti a Roberto?
—Le encontré a través del título de un libro: «Detectives salvajes». Lo leí y pensé, «alguien me ha robado mi título». Mi conexión con él es como lectora, pero también como escritora, leerle me activa las energías de la escritora que soy.
—¿Creo que está aprendiendo español para leerle?
—Lo intento, pero soy fatal con los idiomas. Pero si Dios me concediera el deseo de aprender un idioma, elegiría el español para leer a Bolaño. «2666» es la primera obra maestra del siglo XXI.
—¿Por qué gusta tanto en EE.UU.?
—Bolaño es como el rock and roll, al lector le da una sensación de revolución, de energía sexual, de pecado floreciente; juventud y tragedia. Te da todo lo que necesitas. Es el escritor perfecto para el nuevo siglo.
—Al recibir el National Book Award dijo que no se imaginaba un mundo sin libros. ¿Tiene miedo de que desaparezcan?
—No creo que haya un riesgo de que desaparezcan, pero cada vez más gente se suma a leer en formatos digitales. Será bueno para el medio ambiente, pero yo no me imagino sin los libros en mis manos. Como artista de estudio, cuando miro cómo desapareció casi el vinilo y cómo el CD ya se queda obsoleto sí me asusta un poco.
—¿Compra en Amazon?
—No, cuando quiero un libro voy a una librería. Aunque cuando no encuentro algo o busco libros descatalogados o rarezas sí que compro en «abebooks.com».
—¿Le molesta la piratería digital?
—No es mi problema. Yo siempre entendí un disco como una obra en sí mismo, quiero que la gente siga disfrutando de la portada, del librillo, de las notas… Es un problema para los artistas con menos recursos, pero a mi no me molesta. Sé que mucha gente se descarga o comparte mis discos, me alegra que escuchen mis canciones, el rock and roll es para ser compartido. Pero me alegra aún más cuando esa gente valora el objeto y se lo compra. Yo voy a hacer todo lo que pueda para deleitarles con mis discos y con mis libros, donde me detengo en cada aspecto de su diseño.
—¿Usa el iPad o el kindle?
- No. Tengo un pequeño Mac Air, pero escribo en cuadernos. Ayer compré un pequeño cuaderno y ya lo tengo lleno de cosas que he escrito, dibujos… Luego lo transcribo en mi portátil.
—¿Transcribe todo?
—Yo creo que el 70 por ciento de mis escritos siguen en un cuaderno, o en una transcripción en alguna caja en algún sitio. Espero que en el futuro podré publicar estas cosas.
—¿Qué música escucha?
—Mucha clásica, y a Glen Gould. Escucho todavía a Jimi Hendrix, a John Coltrane, REM, música que me inspire para escribir. Me gusta la música «ambient… y escucho también a mi hijo (Jackson) y a mi hija (Jesse), son muy buenos. Jackson es un músico de sesión importante, ha tocado con T Bone Burnett, es un gran guitarrista, como su padre...
El marido de Patti Smith, Fred «Sonic» Smith, guitarrista de los MC5 y fallecido en 1994, está presente a cada segundo. «Os cuento cómo se gestó “People have the power” (su himno musical más universal)», dijo la artista entre risas ayer. «Estaba yo en la cocina pelando patatas y entró Fred y me dijo, “¡Tricia! Apunta, el poder es de la gente”... le miré, dejé las patatas, apunté, y surgió la canción».
—Le vemos a menudo en España...
—Vuelvo siempre para ver el «Guernica» de Picasso.
—¿Por qué?
—Vi un picasso por primera vez cuando tenía doce años, y fue alquimia pura. Me ocurre así. Hay ciertos artistas con los que no necesitas una explicación. Escuché a Coltrane y ocurrió. Leí a Bolaño y ocurrió, Rimbaud… En el caso de Picasso, el «Guernica» es el gran símbolo antibelicista de la Humanidad. Cuando estaba en el MoMA en Nueva York iba a verlo a menudo, y ahora me gusta venir a visitarle.

26.11.10

Poema del Viernes # 46


Jorge Bustamante García (Zipaquirá, Colombia, 1951)


EL DESORDEN DEL VIENTO

Ese ir y venir. Ese oleaje.
Esos árboles que perdieron las hojas
Cuando apenas comenzaba el otoño.
Ese país de nadie donde las sombras de las víctimas
Anticipadas vagabundeaban por los campos;
Ese territorio que no es país, ni es nada. Recuerdos.
Ese abismo por donde se desbarrancó el amor
Para llegar, en la hora exacta,
A las vicisitudes de la desilusión.
Esos trenes que cruzaron tantos veranos
Visitando ciudades ilegibles.
Esos ojos que junto al invierno
Inventaron todo de nuevo, después del amor.
Esas pérdidas irreparables. Esa distancia.
Esas voces inaudibles en la memoria.
Esas causas que cada cual enarbola
Con imaginación y paciencia.
Ese navegar aquí y no allá
Y saber que allá, sería como navegar aquí.
Ese desarraigo y esa nostalgia
En fin, ese amado desorden del viento que alimenta
La vida.

25.11.10

Gardel gráfico


Carlos Gardel.


Dice Rodrigo Fresán que si el siglo XIX y XX ha sido y es de la novela, el siglo XXI será de la novela gráfica y del cómic. ¿Tendrá razón? La editorial española Zorro Rojo recuerda al cantante publicando una novela gráfica escrita por José Muñoz y Carlos Sampayo:

Dicen que los libros en papel desaparecerán. Lo pronostican esos gurús que parecen recién salidos de una audiencia privada con el Todopoderoso, quien les explica al oído qué pasará de aquí diez o veinte años. Ningún problema. También lo decían de la radio. ¿Pero qué libros desaparecerán? ¿Todos? ¿O los que únicamente ofrecen un texto que, de forma más económica y con más opciones, podemos leer desde la pantalla?

Recibir un ejemplar de la editorial Libros del Zorro Rojo es darse cuenta, de golpe, que el papel, el que se trabaja con elegancia y oficio, tiene largo recorrido aún. Ya se atrevieron a ilustrar, con la maestría de José Muñoz, "El perseguidor" de Julio Cortázar. Un regalo para los sentidos. Y ahora, cuando se cumplen 75 años de la muerte del "zorzal criollo", publican "Carlos Gardel, la voz del Río de la Plata".

La novela gráfica reúne a dos de los grandes del género. El citado José Muñoz y el guionista Carlos Sampayo llevan décadas dignificando las historias ilustradas y sus colaboraciones se han hecho célebres gracias a las aventuras del detective Alack Sinner. Aquí, de nuevo, su trabajo es de re-creación, construyendo un relato a partir de fragmentos de la biografía del mito que, alguna vez, también fue persona.

"Carlos Gardel, la voz del Río de la Plata" comienza de la mejor de las maneras posibles, con un sugerente texto de Julio Cortázar publicado en la revista "Sur" de Buenos Aires, en 1953, y en el que dice de "el mago" que "cuando canta un tango, su estilo expresa el del pueblo que lo amó".

La falta de datos reales sobre la vida de Carlos Gardel, y la polémica sobre si nació en Toulouse o Uruguay, facilita lo que tiene de ficción la propuesta del dúo Muñoz-Sampayo, que sitúan el inicio de su novela gráfica en un debate televisado en el que dos "expertos" enfrentan sus antagónicas visiones sobre el maestro de maestros. A partir de ahí, los personajes se van perfilando para preguntarse sobre su propia identidad, el desasosiego o la imagen que causan en los demás.

Dice Muñoz que dibuja "para poder tocar de forma concreta la vida, mi vida" y es que, en esta novedad de Libros del Zorro Rojo, la forma ayuda a explicarnos un fondo aún poco conocido por nosotros, un momento histórico en el que Argentina era, a la vez, refugio y eclosión.

El 24 de junio de 1935, el avión en el que viajaba Carlos Gardel, junto a otros músicos, chocó contra otro aeroplano justo antes de despegar del Aeropuerto Las Playas de la ciudad de Medellín, en Colombia. Entonces, su voz, que ya era un símbolo, se convirtió en leyenda. Ahora la fuerza de su vida y obra se ha empeñado en "volver" gracias a la tinta y la narración de José Muñoz y Carlos Sampayo. Y es que, con un recuerdo tan seductor, 75 años "no es nada".

24.11.10

A cielo abierto


Post del evento.


Un interesante encuentro de poesía chilena arranca por estos días: Poesía a cielo abierto. Del 25 al 28 de Noviembre se darán cita más de 50 poetas. La INFO, aquí:

“Poesía a cielo abierto” les da una cordial bienvenida y los invita a las actividades gratuitas que se llevarán a cabo los días 25, 26, 27 y 28 de noviembre en Valparaíso.

Dicho evento es financiado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y auspiciado por la Fundación Pablo Neruda, la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez, la Fundación Balmaceda Arte Joven, el periódico VmásV y LOM Editores.

Asimismo, contará con la participación de alrededor de 50 de los poetas más destacados del país y de la región, como Floridor Pérez, Elvira Hernández, Claudio Bertoni, Manuel Silva A., Teresa Calderón, Tomás Harris, Eduardo Llanos, Elicura Chihuailaf, Bruno Vidal, Erick Pohlhammer, Ennio Moltedo, Juan Cameron, Ximena Rivera & muchos más.

Entre sus múltiples actividades destacan los recitales poéticos en troles y en lugares emblemáticos de la ciudad, como el Museo a cielo abierto, la terraza de La Sebastiana, la Plaza Aníbal Pinto, el Palacio de Tribunales e incluso la bahía del puerto, a través de lecturas en botes en movimiento.

En este sentido, la idea esencial del evento, además de contribuir a la revisión reflexiva del acontecer poético nacional mediante la creación de ensayos sobre las obras de los poetas invitados y a la necesidad de regenerar espacios de comunión entre la poesía y el público, es pensar Valparaíso como un escenario natural para el despliegue poético, intentando generar, siquiera durante los días del encuentro, un paréntesis en el transcurso cotidiano de la ciudad.

In memoriam


Andrés Barbosa Vivas.


Andrés Barbosa Vivas sufrió en el ámbito poético bogotano lo que todos: hipocresía, falsas palabras, amistades "difusas", y otras tantas sinceras. No puedo considerarlo un amigo, o colega. Amigo es aquel con el que compartes una vida, y, lamententablemente, llegué tarde para conocerle realmente. Un poeta que estaba en el camino, persiguiendo un sueño, buscando que su lenguaje perdurara. Debo decir que se apresuró un tanto (hasta en su muerte), pero permanecía cerca, y sé que, de no habernos dejado, su poesía hubiese adquirido con el tiempo el tono necesario para ser un gran poeta en Colombia. La Fundación Transformemos y la Fundación "Andrés Barbosa Vivas" crean el I Concurso Nacional de Poesía que lleva su nombre. Aquí las bases:

Con el fin de continuar la obra de nuestro poeta, amigo, hijo, profesor y compañero de la vida Andrés Barbosa Vivas, la Fundación Andrés Barbosa Vivas con auspicio de la Fundación Transformemos, convocan a los jóvenes poetas de las distintas regiones del país a participar en el I Concurso Nacional de Poesía Andrés Barbosa Vivas, con las siguientes bases
:
1. Podrán participar poetas colombianos entre los 15 y 25 años con poemas inéditos inscribiéndose a la convocatoria dentro de los plazos definidos.

2. Las temáticas del concurso son: La muerte como esperanza de vida; la locura como momento en la vida del hombre; la exaltación de la mujer, como vehículo para la creación poética.

3. Cada participante debe enviar entre 2 y 4 poemas con un máximo de 20 versos a los correos. fundaciónandresbarbosa@gmail.com o a la dirección en la ciudad de Bogotá: Carrera 8c # 186 - 67 (Bloque 5 Apartamento 204).

4. Cada concursante debe adjuntar los siguientes datos personales ( Ver Archivo adjunto de ficha técnica, Click here to start download.. ), por favor enviar diligenciado el formato de inscripcion al concurso al correo fundacionandresbarbosa@gmail.com


5. Habrá tres premios: el primero puesto recibirá 1.000.000 de pesos, el segundo puesto 500.000 pesos, el tercer puesto 200.000 pesos.

6. El cierre de esta convocatoria se dará el día 6 de Junio de 2011.

7. Se recomienda a los autores registrar sus obras ante la Dirección Nacional de Derechos de Autor, con el fin de proteger sus derechos. Para más información se pueden contactar a través de los teléfonos 3418177- 286013, página web: www.derechodeautor.gov.co

8. La respuesta de los diez primeros seleccionados, se dará a conocer: el día 6 de Julio del 2011, por medio del blog del concurso y confirmación en sus correos electrónicos. ( el orden de los seleccionados no altera el resultado)

9. Se publicará un libro con los poemas de los diez primeros finalistas, que hayan cumplido con todos los requerimientos del concurso.

10. El jurado estará integrado por dos reconocidos poetas, cuyos nombres serán dados el día de la premiación, además de los directivos de la Fundación Andrés Barbosa Vivas, quienes harán una selección de los poemas.

11. El reconocimiento de los ganadores se hará en un importante centro cultural de la capital del país el 6 de Agosto, o si nó se entregará en común acuerdo con el concursante.

Coordinador del concurso: Mercedes Vivas
Teléfonos de contacto: 6736443-3125760311

Ana María Matute, Premio Cervantes 2010


La escritora española.


Un latinoamericano, un español, un latinoamericano, un español...estaba cantado. Que sería un escritor de la península, que sería mujer... Ana María Matute es galardonada con el Premio Cervantes 2010. Un merecidísimo reconocimiento a una vasta obra:

La escritora catalana Ana María Matute, de 85 años, ha ganado hoy el Premio Cervantes 2010, el galardón más importante de las letras hispanas, que concede el Ministerio de Cultura en reconocimiento al conjunto de la obra de un escritor.

El fallo de este premio, que está dotado con 125.000 euros, fue hecho público por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, tras la reunión que mantuvo el jurado, que ha explicado que se han producido seis votaciones y en la última se ha aprobado el nombre de Matute por mayoría.

De esta manera, la autora se convierte así en la tercera mujer distinguida con este galardón, después de la española María Zambrano en 1988, y la cubana Dulce María Loynaz en 1992.

Ana María Matute Ausejo (Barcelona, 1925) ha sido una de las eternas candidatas para este prestigioso galardón. Premio Nacional de las Letras y académica de la Lengua, está dama de las letras es considerada como una de las prosistas con mayor capacidad de fabulación.

Guadalajara Guadalajara


Margo Glantz, Premio FIL en lenguas romances.


Todo anda listo por la ciudad mexicana para la feria del libro más importante de latinoamérica:

Durante la FIL se entregarán ocho premios: el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, que este año fue otorgado a la escritora mexicana Margo Glantz; el Reconocimiento al Mérito Editorial, que recibirá el editor catalán Jaume Vallcorba, fundador y director de Quaderns Crema y Acantilado; el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que será para la argentina Claudia Piñeiro; el Homenaje al Bibliófilo, otorgado a Elías Trabulse; el Homenaje al Bibliotecario, que recibirá Adolfo Rodríguez Gallardo; el Premio ArpaFIL y el homenaje del mismo nombre, que se dedicará al catedrático español Javier Rivera Blanco; el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez concedido a Hugo Gutiérrez Vega, así como el premio del mismo nombre, y el reconocimiento La Catrina al mexicano Rafael Barajas “el Fisgón”. En la FIL también se conocerá al ganador del Premio Tusquets Editores de Novela 2010; se entregará el Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil SM a la argentina María Laura Devetach y el Premio Isabel Polanco a Humberto López Morales.

La Feria recordará a tres grandes autores fallecidos en 2010. José Saramago recibirá un homenaje de sus lectores en una actividad que contará con la participación de su viuda, Pilar del Río, y su biógrafo, Fernando Gómez Aguilera. Rolando Cordera, Sergio Pitol, Braulio Peralta y Margo Glantz, amigos de Carlos Monsiváis, recordarán al escritor y cronista mexicano que recibió dos de los máximos galardones de la Feria: el Premio FIL de Literatura y el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez. El periodista y narrador argentino Tomás Eloy Martínez recibirá un homenaje en dos actos: Carlos Fuentes, Ezequiel Martínez, Sergio Ramírez y Juan Cruz recordarán su faceta literaria, mientras que Jorge Zepeda, Ezequiel Martínez y Alejandra Xanic hablarán de su trabajo periodístico. La obra del poeta cubano José Lezama Lima será recordada por Gonzalo Celorio, David Huerta y Marcelo Uribe en el centenario de su nacimiento.

Este 2010 se cumplen veinte años del Premio Nobel de Literatura otorgado a Octavio Paz, por lo que se organizó una mesa redonda para analizar la herencia del poeta y pensador mexicano. En esta sesión participarán Enrique Krauze, Fabienne Bradu, Enrico Mario Santí y Anthony Stanton. En el marco de la FIL también se realizará un homenaje por los cien años de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), que incluirá una mesa con la participación de su rector, José Narro Robles, Miguel León-Portilla, José Sarukhán, Margo Glantz y José Trinidad Padilla López. El homenaje incluirá la instalación de diez cabinas en la Feria, donde se podrán escuchar los discos de todos los autores iberoamericanos grabados por la Unam. Además, la Orquesta Filarmónica de la Unam ofrecerá un concierto gratuito en la avenida Chapultepec, con la participación de Yoav Talmi como director huésped y Beverly Brown en el violonchelo, y se proyectará un ciclo de cine en el auditorio Salvador Allende del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la UdeG.

Juliet, desnuda


La portada.


¿Recuerdan la película Alta fidelidad? ¿Recuerdan el libro? Fascinante los dos. Ahora aparece publicado por Anagrama Juliet, desnuda, del autor inglés Nick Hornby. Rodrigo Fresán hace una semblanza de la novela en Radar:

Las películas con Hugh Grant (que en realidad son películas de Hugh Grant; nada importa menos en ellas que el director) y las novelas de Nick Hornby (que, también, son novelas con Nick Hornby, ya que giran una y otra vez alrededor del universo de un autor que ya es casi protagonista subliminal de sus ficciones) tienen algo en común. Unas y otras se disfrutan como placeres más o menos culposos, como entretenimientos menos o más inocentes, como productos bien hechos y eficientes que, desde el principio, asumen el desafío y cumplen la promesa de hacer pasar un buen rato con historias agridulces que, además, ennoblecen un poco a la siempre bastarda condición del best seller.

Y es de ahí –volviendo al eje Hornby/Grant– que no sea casual que uno y otro hayan coincidido en la hasta ahora mejor novela del primero con la que probablemente sea la más elogiable película del segundo hasta la fecha: Un gran chico, título de 1998 y film de 2002. Digo hasta ahora porque es más que probable que esta Juliet, desnuda desbanque a aquella entre sórdida y epifánica postal doméstica con adulto/niño y niño/adulto acompañándose con un paisaje diferente aunque complementario. Porque —más allá de las variantes en sus tramas— las ficciones de Hornby (Londres, 1957) siempre silban una misma aria: la de frágiles machos golpeados por el correr de los años y acariciados por la permanencia de sus pasiones adolescentes.

Así, el castigado Peter Pan de turno en Juliet, desnuda es Duncan, residente en un deprimente pueblo costero del norte de Inglaterra, adicto a Internet, novio casi inercial por quince años de la sufrida Annie, pero en realidad respondiendo a una única pasión que ventila día a día desde su blog: el saberlo y poseerlo todo sobre el legendario songwriter Tucker Crowe. Responsable de un álbum antológico —Juliet, de 1986, especie de Blood on the Tracks dylaniano, canciones de amor/ desamor desesperadas por obra y desgracia de la fatal modelo Julie Beatty— Crowe ha desaparecido en acción, nadie sabe dónde está, muchos lo buscan y algunos registran imposibles avistamientos en la red. Lo cierto es que Crowe vegeta hace años en una granja de Pensylvania y, de pronto, autoriza el relanzamiento de su clásico de culto en su versión “desnuda” —incluyendo sus demos acústicos— como Juliet, desnuda. Sus fans —Duncan incluido— experimentan entonces ese ambiguo éxtasis que se siente ante el fin de una era que ayudaron a fundar desde sus computadoras. Y todos son felizmente infelices o infelizmente felices hasta que algo imprevisible ocurre.

Duncan y Annie se separan y Tucker entabla contacto vía email con Annie luego de que ésta suba a la red una tan intensa como desapasionada crítica de Juliet, desnuda. Y se hace realidad la fantasía más inconfesable de todo fan: el que tu héroe se enamore de tu chica y salga de su retiro para reclamarla. Lo que sigue es el típico, pero no por eso menos regocijante, minué marca de la casa. Otra comedia de (malas) costumbres con reverencias, desencuentros, risas y lágrimas entre los anónimos enchufados y la celebridad unplugged hasta alcanzar la inesperada certeza que, para sus perseguidores, un hombre de cerca es tanto menos interesante que un mito de lejos. Todo puntuado con ese don para la observación del que Hornby hace gala (a destacar su percepción de la red informática como eso que ya no permite el ser olvidado y sus siempre apasionadas y cerebrales parrafadas sobre el fino y difícil arte de escribir canciones) y haciendo de Juliet, desnuda una suerte de secuela lateral y contracara otoñal de la un tanto más veraniega Alta fidelidad (1995). Aquel debut en la novela de Hornby donde, también, la música y su consumo y el ser consumido por la música era lo que hacía girar a todos esos enamorados con un pequeño orificio a la altura del corazón.

Aquí, ahora, los tiempos han cambiado, el iPod y la descarga han suplantado al vinilo (por más que éste siga asomando la cabeza como fetiche de coleccionistas) y las viejas y tontas canciones de amor ya suenan a disco rayado. Pero aun así...

Lo que se mantiene intacto y nuevo, es ese talento de Hornby —admirador confeso de Anne Tyler— para el triunfo humilde antes que el soberbio fracaso. Así, sin pretensiones pero eficaces, sus libros siempre suenan bien, son perfectamente pegadizos, y su recuerdo se impone exactamente hasta ese momento en que comienza a escucharse el libro siguiente.

Fue Frank Zappa quien apuntó que “escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura”. De ser esto verdad, cabe reconocer que Nick Hornby, con Juliet, desnuda, se consagra como inteligente coreógrafo estructural de la partitura novelesca. Alguien más o menos parecido a ese personaje de Hugh Grant en su comedia pop Tú la letra y yo la música, cuyo director nadie recuerda pero que, sí, su guión bien podría haber sido firmado por un tal Nick Hornby.

21.11.10

La soledad del dromedario


Drom drom...


Interesante título, no? Pues con esta novela un gran amigo mío, Daniel, mejor conocido como Roberto Balbastro, ha sido el ganador del Concurso Nacional de Novela de la U Central. Desde esta Tierraliteraria te mando un fuerte abrazo, uno más después de conocer el fallo. Hablando del fallo, será mañana. Aquí los datos de la Premiación:

El Área de Creación Literaria (pregrado de Creación Literaria, Especialización en Creación Narrativa y Taller de Escritores), de la Universidad Central, invita a la sesión de "Noche de Narradores", con el escritor ecuatoriano Javier Vásconez, autor de la novela La piel del miedo (Planeta, 2010), y a la lectura del fallo de los Premios de Literatura Universidad Central 2010, en categorías Novela Corta y Cuento, el lunes 22 de noviembre de 2010, a las 6 de la tarde, en el Teatro de Bogotá, Calle 22 No. 5-66. Entrada libre.

Programa

1. Presentación del escritor ecuatoriano Javier Vásconez y de su novela, La piel del miedo.

2. Entrevista al escritor Javier Vásconez, a cargo del escritor Roberto Rubiano Vargas.

3. Lectura de un fragmento de la novela La piel del miedo, en voz del autor.

4. Foro con el escritor Javier Vásconez.

5. Fallo y premiación de Premios de Literatura Universidad Central, 2010.

6. Copa de vino.

Sobre Gómez Jattin


Raúl.


Paul Brito hace una semblanza sobre la obra de Gómez Jattín, que tanto ha influenciado a nuestra generación (debo decir que a mí no). Aparece en El heraldo del día de hoy. Aquí la cuelgo completa:

Aunque el poeta colombiano Raúl Gómez Jattin completó su proceso de autodestrucción: drogadicto, loco, mendigo y finalmente muerto trágicamente bajo las llantas de un autobús en Cartagena de Indias el 22 de mayo de 1997, su poesía siguió un proceso más elevado y sutil. “Mi poesía es metafísica”, decía él mismo. Su voz lírica podía descender a los niveles más ordinarios y conservar su equilibrio, su lucidez y su belleza.

La célebre procacidad de sus poemas estaba ya tan asimilada a su estética y a su metafísica que era otra forma de pensar la realidad: “La cocinera hace de todo Se levanta la falda/ y lo trepa a uno a su pubis Te pone las manos/ en las nalgas y te culea en esa ciénaga insondable/ de su torpe lujuria de ancha boca”.

Creía en un Ser único e indivisible repartido en todos los seres del mundo, al igual que Borges, Schopenhauer y la filosofía hindú. Esa convicción, más que pensarla o creerla, la sentía profundamente, de ahí que su individualidad le doliera tanto, como un desgarramiento permanente.

También se reflejaba en la pansexualidad que pregonaba y ejercía a fondo, en los diálogos telepáticos con otros escritores como Cavafis o como Platón, o en poemas como este, que vendía por mil pesos a estudiantes de la Escuela de Bellas Artes en Cartagena:

Estamos condenados
a amar un ser imaginario
que se asoma a través
de los ojos
de quienes lo anteceden
hasta mostrarse
él plenamente
y ya para siempre
en el Paraíso.

Necesitaba extender su sensibilidad a un ser único, volcarla en una sola llaga, como un electrón loco volviendo a su núcleo atómico, y lo intentaba con una “fuerza de tormenta amorosa y dolida”, como dijo refiriéndose a Juan Manuel Serrat. El camino que encontró muchas veces fue la pasión por su pasado y por la infancia. En el remoto pasado intuía no sólo el Origen sino el Final, el Paraíso perdido, desde allí lo miraban los primeros ojos en una mirada que lo abarca todo. “Hoy te digo que creo en el pasado/ como punto de llegada”, afirmó en un poema que se titula ‘El Leopardo’.

El pasado no era para Raúl un punto de salida, sino un regreso absoluto. “Sueños de un día trepando los peldaños de la eternidad”, dice en el mismo poema.

Su poesía fue una búsqueda constante de ternura y pureza, de ese tiempo en que todos éramos buenos. Sin embargo, sabía dolorosamente que no había otro camino de regreso que desandar el monte crecido de la indolencia y la maldad.

De modo que siempre estaba reviviendo en sus poemas ese pasado remoto y restregándoselo a los demás, y volviendo a ser un niño travieso cada vez que podía. En este poema le dice a una vecina de buena familia:

Lo más probable es que seas como los otros
Ignorante y mentirosa
No aquella que pobló mi infancia
No aquella de luciérnagas en los ojos
Querida
Cómo estás de cambiada
Lo más natural es que seas como ellos
Indolente y malvada
Lo más natural
No el endeble pájaro del verano
No las margaritas del jardín.

Esa naturaleza degradante del tiempo la contrapone Gómez Jattin a la naturaleza misma, una naturaleza sin tiempo que se respira en su Amanecer en el valle del Sinú, y que nosotros vamos manchando con adjetivos y distorsionando con el tiempo: “La parranda verraca es la del sol con la vida”, afirmaba en un poema. Y en otro que se titula ‘Poeta Urbano’ nos insta a ir al encuentro de esa “naturaleza, a contemplarla, a defenderla”; en otros finalmente a penetrarla, a unirnos a ella con “todo ese sexo limpio y puro como el amor/ entre el mundo y sí mismo”. La dirección del sexo es hacia dentro, la del tiempo es hacia afuera.

La maldad total es el final del camino, pero por lo menos esa condición pérfida y degradante del tiempo (representada muchas veces en aquella abuela monstruosa de su infancia: “A esa mujer malvada/ que me esquilmaba el pan/ a ese monstruo mitológico/ con un vientre crecido/ como una calabaza gigante/ yo la odié en mi infancia”) es una esperanza, una posibilidad de regresión, un camino de vuelta hacia dentro.

No desechaba entonces los escombros del presente, su miseria, y se revolcaba en ellos buscando la punta del hilo para salir del laberinto, aunque esa punta tuviera una filosa aguja.

No le importaba entonces enamorarse “de un amor malvado/ pero hermoso como un lucero en la noche de la muerte” o enfrentarse al “espejo oscuro de la vida, ese alcahuete, ese generoso prostituto que le regalaba una maldad”.

Aquel dolor metafísico que supuran sus poemas (en su esfuerzo por remontar la maldad y la indolencia, la ignorancia y la mentira acumuladas con el tiempo) eran su forma de autoconocimiento.

La amistad y el amor, por su parte, eran grandes saltos dentro de esa ruta ardua y minuciosa para volver a ser un Uno solo con Todos, y no solamente con sus congéneres, también con el gallo, la burrita, la paloma, la chiva o cualquier otro ser donde se agitara la vida, incluso el asesino o el parricida, al que le canta en un poema.

Los cuchillos de la poesía y la misma locura, donde condensaba todo ese dolor metafísico, eran el salto final hacia lo realmente esencial, un parto doloroso que podía regresarlo a la vida. A la vida verdadera.

Como advertencia sobre su propia condición, nos dejó esta sabia recomendación: “Antes de devorarle su entraña pensativa/ Antes de ofenderlo de gesto y palabra/ Antes de derribarlo/ Valorad al loco/ Su indiscutible propensión a la poesía/ Su árbol que le crece por la boca/ con raíces enredadas en el cielo./ El nos representa ante el mundo/ con su sensibilidad dolorosa como un parto”.

Sunset park


La portada.


Auster es un autor que está en permanente cambio, y así lo demuestran sus novelas. En un día se presenta Sunset Park en español, editada, como no, por Anagrama. Aquí cuelgo el primer capítulo:

I
Milles Heller
Durante casi un año ya, viene tomando fotografías de cosas abandonadas. Hay como mínimo dos servicios al día, a veces hasta seis o siete, y siempre que entra con sus huestes en otro domicilio, se enfrenta con las cosas, los innumerables objetos desechados por las familias que se han marchado. Los ausentes han huido a toda prisa, avergonzados, confusos, y seguro que dondequiera que habiten ahora (si es que han encontrado un lugar para vivir y no han acampado en la calle) sus nuevas viviendas son más pequeñas que los hogares que han perdido. Cada casa es una historia de fracaso -de insolvencia e impago, deudas y ejecución de hipoteca- y él se ha propuesto documentar los últimos y persistentes rastros de esas vidas desperdigadas con objeto de demostrar que las familias desaparecidas estuvieron allí una vez, que los fantasmas de gente que nunca verá ni conocerá siguen presentes en los desechos esparcidos por sus casas vacías.

Sacar la basura, llaman a ese trabajo, y él forma parte de un equipo de cuatro personas empleado por la Compañía Inmobiliaria Dunbar, que subcontrata sus servicios de «mantenimiento de viviendas» a los bancos de la zona que ahora son los dueños de las propiedades en cuestión. En las extensas llanuras del sur de Florida abundan esas estructuras huérfanas, y como a los bancos les interesa volverlas a vender cuanto antes, hay que limpiar, arreglar y preparar las casas desalojadas para enseñárselas a los posibles compradores. En un mundo que se viene abajo, abrumado por la ruina económica e implacables privaciones en incesante aumento, sacar la basura es uno de los pocos negocios florecientes en la zona. Sin duda tiene suerte de haber encontrado ese trabajo. No sabe cuánto tiempo podrá seguir aguantándolo, pero el salario es bueno, y en un país en donde cada vez escasea más el empleo, seguro que es una buena ocupación.

Al principio, se quedaba estupefacto por el desorden y la suciedad, el abandono. Rara vez entra en una vivienda que sus antiguos dueños hayan dejado en prístina condición. Lo más frecuente es que se haya producido un estallido de ira y violencia, una orgía de caprichoso vandalismo a la hora de marcharse: desde dejar los grifos de los lavabos abiertos y las bañeras desbordándose hasta muros demolidos a mazazos, paredes cubiertas de pintadas obscenas o agujereadas a balazos, sin mencionar las tuberías de cobre arrancadas, las alfombras manchadas de lejía, los montones de mierda depositados en la sala de estar. Son ejemplos extremos, quizás, actos impulsivos provocados por la rabia de los desposeídos, expresiones de desesperación, vergonzosos pero comprensibles, y aunque no siempre le da repugnancia al entrar en una casa, nunca abre la puerta sin un sentimiento de aprensión. Inevitablemente, lo primero con lo que hay que lidiar es el olor, la embestida de aire enrarecido que le penetra súbitamente por las ventanas de la nariz, los omnipresentes y mezclados olores a moho, leche agria, excrementos de gato, retretes con una costra de porquería y alimentos podridos en la encimera de la cocina. Ni con aire fresco entrando a raudales por las ventanas abiertas se elimina esa peste; ni siquiera la limpieza más atenta y escrupulosa puede borrar el hedor de la derrota.

Después, siempre, están los objetos, las pertenencias olvidadas, las cosas abandonadas. A estas alturas, ya tiene miles de fotografías, y entre su creciente archivo pueden encontrarse imágenes de libros, zapatos y cuadros al óleo, pianos y tostadoras, muñecas, juegos de té y calcetines sucios, televisores y juegos de mesa, vestidos de fiesta y raquetas de tenis, sofás, lencería de seda, pistolas de silicona, chinchetas, soldaditos de plástico, barras de labios, rifles, colchones descoloridos, cuchillos y tenedores, fichas de póquer, una colección de sellos y un canario muerto que yace en el fondo de su jaula. No sabe por qué se siente impelido a tomar esas fotografías. Comprende que es una empresa vana, que a nadie puede ser de utilidad, y sin embargo cada vez que pone los pies en una casa, siente que las cosas lo llaman, que le hablan con las voces de la gente que ya no está, pidiéndole que las mire una vez más antes de que se las lleven. Los demás miembros de la cuadrilla se burlan de él por esa manía de sacar fotos, pero no les hace caso. No cuentan mucho en su opinión, y los desprecia a todos. Victor el tarado, jefe del grupo; Paco, el parlanchín tartamudo; y Freddy, el gordo jadeante: los tres mosqueteros de la fatalidad. La ley dispone que todos los objetos recuperables que superen un determinado valor deben entregarse al banco, que a su vez está obligado a devolverlos a sus dueños, pero sus compañeros se quedan con lo que se les antoja sin darle mayor importancia. Lo consideran estúpido por desdeñar el botín -botellas de whisky, radios, reproductores de cedés, un equipo de tiro al arco, revistas porno-, pero lo único que él quiere son fotografías: no las cosas, sino sus imágenes. Lleva ya algún tiempo procurando hablar lo menos posible en el trabajo. A Paco y Freddy les ha dado por llamarle El Mudo.
Tiene veintiocho años, y a su leal saber y entender, carece de ambiciones. De ambiciones desmedidas, en cualquier caso, y de ideas claras en cuanto a labrarse un posible porvenir. Sabe que no se quedará mucho tiempo más en Florida, que está llegando el momento en que sentirá el impulso de ponerse otra vez en marcha, pero hasta que esa necesidad emocional madure y se transforme realmente en acto, se contenta con permanecer en el presente sin mirar hacia delante. Si algo ha conseguido en los siete años y medio desde que dejó la universidad y se puso a trabajar por su cuenta, es esa capacidad de vivir en el presente, de limitarse al aquí y ahora, y aunque no sea el logro más laudable que quepa imaginar, alcanzarlo le ha costado considerable disciplina y dominio de sí mismo. No tener planes, que es lo mismo que carecer de deseos y esperanzas, contentarse con su suerte, aceptar lo que el mundo ofrece cada día; para vivir así hay que querer muy poca cosa, tan poco como resulte humanamente posible.

De manera gradual, ha ido reduciendo sus deseos hasta lo que ahora se acerca a lo justo. Ha dejado de fumar y de beber, ya no come en restaurantes, ni siquiera tiene televisión, radio ni ordenador. Le gustaría cambiar el coche por una bicicleta, pero no puede quedarse sin él, porque la distancia que debe recorrer para ir al trabajo siempre es muy grande. Lo mismo puede decirse del teléfono móvil que lleva en el bolsillo, y que le encantaría tirar a la basura, pero también lo necesita para el trabajo y por tanto no puede pasarse sin él. La cámara digital ha sido un lujo, quizás, pero dada la monótona y agotadora rutina del trabajo de limpieza, tiene la impresión de que le está salvando la vida. Paga poco de alquiler, porque vive en un apartamento pequeño, en un barrio humilde, y aparte de gastar dinero en necesidades básicas, el único lujo que se permite es comprar libros, volúmenes de bolsillo, narrativa en su mayor parte, novelas norteamericanas, británicas, traducidas de lenguas extranjeras, pero en el fondo los libros no son lujos sino necesidades, y la lectura es una adicción de la que no desea curarse.

De no haber sido por la chica, probablemente se habría marchado antes de fin de mes. Tiene ahorrado lo suficiente para irse a donde le dé la gana, y no hay duda de que está harto del sol de Florida, del cual, tras mucho estudio, cree ahora que es más perjudicial que beneficioso para el espíritu. Es un sol maquiavélico en su opinión, un sol hipócrita, y la luz que genera no ilumina las cosas sino que las oscurece: cegando con su continua y excesiva refulgencia, machacándole a uno con sus ráfagas de vaporosa humedad, de-sequilibrándolo con sus reflejos de espejismo y trémulas oleadas de vacío. Todo es brillo y resplandor, pero no ofrece sustancia, ni tranquilidad, ni tregua. Sin embargo, fue en esa luz en donde vio a la chica por primera vez, y como es incapaz de renunciar a ella, continúa viviendo bajo ese sol al tiempo que trata de reconciliarse con él.

Se llama Pilar Sanchez, y la conoció seis meses atrás en un parque, un encuentro puramente casual a última hora de la tarde de un día de mediados de mayo, el encuentro más inverosímil que quepa imaginar. Ella sentada en el césped, leyendo un libro, y él también sobre la hierba con otro libro en la mano, que por casualidad era el mismo que ella tenía, en la misma edición de bolsillo, con idéntica portada, El gran Gatsby, que él leía por tercera vez desde que su padre se lo regaló al cumplir dieciséis años. Llevaba allí veinte o treinta minutos, enfrascado en la lectura y por tanto ajeno a todo lo que le rodeaba, cuando oyó que alguien reía. Se volvió, y en aquella primera y fatal visión, mientras ella le sonreía allí sentada señalando el título de su libro, él calculó que aún no había cumplido los dieciséis, sólo una niña, en realidad, y de poca estatura además, una adolescente menuda que llevaba vaqueros muy cortos y ajustados, sandalias, y una brevísima camiseta, el mismo atuendo de cualquier otra chica medianamente atractiva de la parte baja de aquella Florida destellante de sol. Casi una criatura, dijo para sí, y sin embargo ahí estaba con los tersos miembros desnudos y un rostro despierto y sonriente, y él, que rara vez sonríe a nada o a nadie, la miró a los ojos negros y vivaces y le devolvió la sonrisa.

19.11.10

Poema del Viernes # 45


Oscar Hahn (Iquique, Chile, 1938)


PAISAJE OCULAR

Si tus miradas
salen a vagar por las noches
las mariposas negras huyen despavoridas

Tales son los terrores
que tu belleza disemina en sus alas

Del Punk al Premio Nacional de Literatura E.E.U.U


Patti Smith en su época Punk...


Patti Smith, la madrina del Punk, es la ganadora del National Book Award, el premio literario más importante en los Estados Unidos. El libro se llama Cuándo éramos niños. Aquí la nota, en la Revista Ñ:

La cantante Patti Smith, conocida como la "madrina del punk", ganó el Premio Nacional de literatura de EE.UU. por el libro de memorias que relata su amistad con el fotógrafo Robert Mapplethorpe, informaron hoy medios locales.

"Just Kids", un retrato de la relación entre los dos iconos de la contracultura estadounidense y de la efervescencia cultural de los 70, se hizo anoche con el prestigioso galardón en la categoría de no ficción, en la que Smith era la clara favorita.

"Soñaba con tener un libro propio, con escribir uno que pudiera poner en mi estantería", dijo la rockera en su discurso de aceptación, señaló en declaraciones publicadas hoy por el diario "New York Times".

Durante la gala de entrega de los premios, Smith, de 63 años, pidió a su audiencia que, independientemente de los avances tecnológicos, "no abandone el libro". "No hay nada en nuestro mundo material más bello que el libro", opinó.

En "Just Kids", la polifacética artista retrocede hasta julio de 1967, cuando en San Francisco se celebraba el primer "verano del amor" y ella, con apenas 20 años, decidió mudarse a Nueva York en busca de algo distinto.

Allí conoció a Mapplethorpe, que años después le pidió que plasmara sobre el papel aquellos años de experimentación con el arte y con la ciudad de Nueva York como telón de fondo. Tras la muerte del fotógrafo, que perdió la batalla contra el sida en 1989, Smith comenzó a trabajar para cumplir su promesa y creó una romántica obra adornada por un compendio de fotografías, esquemas y dibujos de los dos protagonistas.

"Just Kids", publicado en Estados Unidos en enero de este año, no es la primera incursión en la literatura de la musa del punk, que dejó una huella indeleble en ese género musical con su disco de 1975 "Horses".

Centrada principalmente en la poesía, la cantante imprimió su admiración por Arthur Rimbaud en su ópera prima "Seventh Heaven" en 1972, y desde entonces ha colocado escritos como "Witt", "Babel" o "The Coral Sea" en las librerías de medio mundo.

La cantante sigue además muy activa en el terreno musical, a través de su grupo "Patti Smith & Her Band", con el que dedicó recientemente una canción al escritor chileno Roberto Bolaño, fallecido hace siete años. En la categoría de ficción, la ganadora fue la novela de Jaimy Gordon "Lord of Misrule", publicada por una editorial independiente y ambientada en el estado de Virginia Occidental, que narra los entresijos del "despiadado" mundo de las carreras de caballos.

17.11.10

Mañana se anuncia el Premio de Novela de la Javeriana


U. J.


Este jueves, a las 7 de la noche, se conocerá el ganador del Premio Nacional de Novela Corta convocado por la Universidad Javeriana. 10.000.000 millones de pesos para el galardonado, y la obra publicada. Aquí la lista de los finalistas, y algo más:

El concurso abrió su convocatoria el 3 de mayo del presente año y tras 5 largos meses de espera se conocen los 6 finalistas escogidos entre 68 concursantes de todo el territorio nacional.

Los concursantes participaron con un seudónimo y cuyo nombre real también será conocido el próximo 18 de noviembre día en el cual se entregarán los premios.

Los finalistas y sus obras son:

A. Senteno con su obra antes del susurro.

Inirida con su obra El llamado del silencio.

Ivette con su obra Una llama al viento .

Dhalia negra con su obra Malditos hermosos.

Miguel de Kamus con su obra El inquilino.

Juan de Cusa con su obra Tolkstoy o el arrepentimiento.

Los concursantes debían cumplir con un solo requisito, ser Colombianos, se recibieron obras de todo el territorio nacional con una gran calidad literaria que dificultaron la elección por parte de Rodrigo Parra, Roberto Burgos y Luz Mery Girarldo jurados del concurso.

El departamento de Literatura de La Facultad de Ciencias Sociales organizador del concurso espera que este concurso se convierta en un evento Bienal que reuna cada vez más talentosos escritores de Colombia.

Es ganador de este primer concurso de Novela corta sera conocido el próximo 18 de noviembre e a las 7 pm en el auditorio Félix Restrepo de La Pontificia Universidad Javeriana.

Jaramillo Agudelo, Premio de Novela José María de Pereda


El poeta y escritor colombiano.


Dotado de 30.000 euros, el colombiano Darío Jaramillo Agudelo se ha alzado con el premio de Novela José María de Pereda. Así lo anuncia la agencia EFE:

El fallo del galardón, dotado con 30.000 euros (40.990 dólares) fue anunciado hoy, en una rueda de prensa, por el consejero de Cultura del Gobierno autónomo de Cantabria (norte de España), Javier López Marcano.

El portavoz del jurado, Carlos Galán, indicó que "Historia de Simona" es interesante por la creación de los personajes y por la forma en que éstos evolucionan para compaginar sus vidas "en un mundo erótico".

Jaramillo ha publicado libros de poesía como "Historias", "Tratado de retórica", "Poemas de amor", "Del ojo a la lengua", o "Gatos", entre otros, además de prosa, con "La muerte de Alec", "Cartas cruzadas", "Memorias de un hombre feliz", o "La voz interior".

15.11.10

Sobre traducciones


Fabio Morábito.


Traducir poesía es quizá el oficio más difícil de realizar en el ámbito literario, ya que conservar las diferentes sensaciones y la naturaleza de cada voz es particularmente complejo. Al respecto, y sobre las ediciones de traducción bilingûe, El poeta mexicano fabio Moravito dice:

Siempre me han molestado los libros de poemas en edición bilingüe, sobre todo los que llevan el texto original a un costado. Gozan de un falso prestigio, el del rigor comparativo, y lo único que hacen es estorbar la lectura, convirtiéndonos en improvisados filológos, cuando sólo queremos leer poesía. Para los que quieren echar un vistazo a los poemas en lengua original, éstos deberían ir al final del libro, en letra pequeña por añadidura, y dejar en paz a la pobre traducción, que sólo pide respirar a sus anchas. Con los poemas originales a un lado se crea un tipo de lectura estrábica: ni se disfruta la traducción, porque se la mira como una especie de copia mal lograda, ni se penetra en los originales, que la mayoría de los lectores no puede leer (pues si pudiera hacerlo no necesitaría de la traducción). No sé otros, pero cuando leo un libro de poesía me gusta sentir que el poema que estoy leyendo está acompañado por el que lo precede, y con frecuencia interrumpo la lectura del nuevo poema para releer el anterior. La lectura, en vez de algo lineal, se va haciendo a base de avances y retrocesos, de contaminaciones entre los poemas, de mezclas e interrupciones que dan vida a una conversación apretada. Por esta razón, leer un libro de poemas es muy distinto a leer una antología de poemas, donde los nexos entre un poema y otro han sido cortados por el antologador. Pero esta conversación subterránea, que el autor ha construido ponderando cuidadosamente el lugar de cada poema en el libro, se ve todavía más neutralizada, por no decir estropeada, en las ediciones bilingües que traen la traducción a un costado, donde los originales se interponen como gendarmes entre un poema y otro, arrojando sobre la traducción una sombra de sospecha, parecida a la de un reo en libertad condicional. Por eso, pese a la cantidad estratosférica de traducciones que existen, seguimos traduciendo con pesar y no con alegría, como quien aplica una prótesis, un remedio extremo a un mal incurable, y no con la emoción de una segunda chance, de un recomienzo.

El error


Aira haciendo...


Mucho se ha hablado de El error, la nueva novela de César Aira. Sin embargo, lo más interesante hasta el momento es la entrevista que Soledad Gallego le hace para El país:

PREGUNTA.

El error es una novela de aventuras que pierde el hilo todo el rato.

RESPUESTA. Bueno, lo pierde, pero no tanto. En cierto momento hay un gran corte, cuando aparece ese bandolero, Pepe Dueñas, y sus aventuras. Ahí ya las sigo.

P. El personaje con el que arranca, Óscar, desaparece sin más a las pocas páginas.

R. Toda esa primera parte en la que el narrador está con su amiga en El Salvador se disuelve, sí. No sé bien por qué. Yo nunca le encuentro ni le doy explicación a las cosas que escribo, las dejo fluir y como salen, salen.

P. ¿Forma parte de su manera de escribir empezar contando una historia que después va abandonando?

R. Eso se me ha dado ahora, recientemente, porque he notado que muchas de mis novelas eran prácticamente una sola escena. Quise probar otras técnicas. Publiqué hace poco una novelita que se llama El divorcio, cuatro historias independientes metidas dentro de un marco. En este caso quise empezar con una historia y seguir con otra para ver qué pasaba, hacer una especie de díptico. Nunca son cosas deliberadas, voy improvisando las novelas a medida que las voy escribiendo, sin un plan.

P. ¿Arranca con la idea de una historia que quiere contar?

R. Sí, siempre empiezo con una idea. Tiene que ser una idea sugerente, no muy definida, de modo que me permita aventurarme en algo desconocido, pero siempre hay algo que me lleva a empezar. A veces es una idea más conceptual y a veces un lugar, los gimnasios, por ejemplo, o una ciudad.

P. Cuando empezó a escribir

El error, ¿existía el bandolero Pepe Dueñas?

R. No. La idea con la que empecé fue pequeñísima, la que está en las primeras líneas del libro, alguien que entra a la novela por una puerta que dice "error" y se justifica diciendo que era la única puerta que había. Esa fue una idea pequeñísima y tonta que se agotó en las tres primeras líneas, pero justamente es la clase de idea que me gusta porque me da completa libertad.

P. En sus novelas, cualquier suposición que pueda hacer el lector sobre lo que va a ocurrir será, con toda seguridad, incorrecta.

R. Eso es para mí parte del placer de escribir, de inventar. Ese bandolero, terror de los llanos y de las montañas, termina en su casa y, en ese momento, le puse el trabajo de lavar los platos, de llevar a los chicos al colegio.

P. Tiene sentido de humor.

R. Yo nunca hago humor deliberadamente, me parece peligroso. El humor depende demasiado del efecto que produce. Es ponerse a merced del lector, si le va a causar gracia o no; eso no me gusta. Pero me sale naturalmente en el curso de la invención, de la imaginación.

P. Es curioso que mucha gente diga que es usted un autor prolífico, porque la verdad es que usted publica mucho, pero escribe poco. Lleva unos 60 libros publicados pero, en total, no serán más de 800 páginas.

R. Sí, a veces llego a publicar cuatro libros en un año, pero uno tiene 14 páginas, el otro 80 y alguno llega a las cien, o las pasa. Es mucho menos de lo que escribe cualquier periodista con una columna semanal. Yo escribo muy lento, media paginita por día. Escribo a mano. Y escribo en un café; todas las mañanas hago mi horita de escritura y tengo todo un fetichismo de lapiceras, cuadernos, papeles. Me gusta eso.

P. ¿Escribe usted todo lo que se le pasa por la cabeza?

R. No, no todo. Muchas veces empiezo algo creyendo que tengo una idea genial y a las pocas páginas lo dejo. Me pasa con frecuencia. He empezado y abandonado muchísimas cosas; de cada cinco que empiezo, termino una. Tal vez escribo bastante, 40, 50 páginas, hasta que me doy cuenta de que no funciona. No me hago problema. Prefiero ese riesgo, ir a la aventura.

P. Una de las cosas que produce un gran placer al leerle es la simplicidad de las palabras. La historia nunca es simple, pero la manera en la que está contada lo es.

R. Lo he pensado más de una vez. Es por la necesidad que yo siento de que el lector vea exactamente lo que yo imaginé. Todo lo que escribo tiene un componente visual muy grande. Ese es el motivo por el que escribo tan despacio y tan poco, trato de ser lo más claro, transparente, posible para que se vea exactamente lo que yo imaginé.

P. ¿Cuál es su relación con la pintura?

R. Tengo más que nada una relación con el cine. Ha sido una pasión mía desde muy chico.

P. ¿Le gusta el cine de Almodóvar?

R. Tengo mucha admiración por Almodóvar. La última vez que estuve en Madrid me hospedé en un pequeño hostal. Yo no había visto Volver, y a la noche encendí un pequeño televisor que colgaba de la pared, sin control remoto, para ver si había algún noticiero. Estaba empezando precisamente esa película. Me pareció una obra maestra, de lo mejor que ha hecho Almodóvar. Lo consideré como un regalo del destino y me alegró una noche madrileña.

P. Usted hablaba mucho de la fantasía, ¿es la vida una fantasía en la que uno se mueve?

R. No. La vida es real, lamentablemente, diría alguien. Quizás me hice escritor por eso, para refugiarme en el mundo de los libros. Desde muy chico, por ser tímido o miope, me refugié en el mundo de los libros, de las aventuras, de la fantasía, de la imaginación. Y después seguí con eso.

P. A sus personajes les pasan muchas cosas, pero no dicen nunca lo que sienten.

R. Mis personajes, por lo general, no tienen psicología porque no me interesa. No me interesa la persona, me interesa la historia, la trama, los personajes tienen que ser simplemente funcionales a la historia. Creo que no tienen espesor psicológico, pero no lo busco. De hecho, me hacen reír esos escritores que hablan de sus personajes como si fuesen seres reales. Lo mío no va por ese lado.

P. ¿Se ríe mucho?

R. Sí, quizás es una defensa. Soy risueño. Salvo en gente que sufrió mucho de verdad, me parece que ser trágico es un poco impostar. Me acuerdo de una tira cómica que salía en una revista de alguien que se mostraba todo el tiempo muy torturado y angustiado y después se encerraba en un cuarto a reírse a carcajadas. Lo mío es lo contrario, yo me estoy riendo todo el tiempo y luego tengo mis angustias como todo el mundo, pero a puerta cerrada.

P. Dice que desconfía del humor, pero es fácil reírse en casi todas sus novelas.

R. Sí, es inevitable. Una vez escribí una novelita que se llama Cómo me reí, y está escrita contra la gente que viene a decirme "cómo me reí" con mis libros. Hubo un momento en que me sentí un poco harto de que el único elogio que me hicieran fuera ese. Como todos los escritores, quiero ser un buen escritor, quiero ser Baudelaire, Dostoievski, y a ellos la gente no iba a decirles "cómo me reí".

P. En cualquier caso, diría que a usted le va más Rimbaud. En el sentido experimental, de vanguardia.

R. Siempre lo he admirado muchísimo, todos los adolescentes que quieren ser escritores quieren ser como Rimbaud.

P. ¿Lee usted más poesía que novela?

R. Leo muchísima poesía, porque es una fuente de inspiración, de sugerencia. La poesía es como el laboratorio de la literatura, donde se prueban cosas nuevas, cosas distintas, lo arriesgado. La novela es más conservadora. El relato, en general, tiene parámetros más previsibles, la poesía puede ser una gran locura. Me gusta. Leo prácticamente todo lo que se publica; bueno, no todo, porque es un océano, pero todo lo que me llega a las manos lo leo con interés, con gusto y es una fuente de inspiración. (Aira está casado con la poetisa Liliana Ponce, con quien tiene dos hijos, de 30 y 27 años).

P. ¿Tiene más relación con poetas que con novelistas?

R. Yo me formé en un círculo de poetas. De ahí puede venir mi amor por los libritos delgaditos, pequeñitos, que hacen los poetas. A esas novelas gruesas, pesadas, enormes, me parece que les falta una cierta elegancia que tienen los libros de los poetas, y yo quise escribir mis propios libros delgaditos, pero, como no soy poeta, naturalmente escribo novelas.

P. De los poetas que lee, ¿hay alguno en particular que quiera usted nombrar?

R. Ahora estoy releyendo a Jules Laforgue, el poeta uruguayo-francés, que es muy difícil de leer porque tiene frases muy retorcidas. Estoy leyendo siempre buena poesía, clásicos y jóvenes nuevos. Estoy releyendo también la obra de un poeta que fue amigo mío y murió hace varios años, Emeterio Cerro. Era un genio, un genio raro.

P. He leído que usted se deja influenciar más por gente joven que por autores de su propia generación.

R. Ahora prefiero la compañía de los jóvenes. Es natural en los mayores ir a beber sangre fresca. Me gusta el entusiasmo, el empuje de los jóvenes, que se va apagando con el tiempo. La mayoría de mis amigos de mi generación, mis amigos de juventud, ya han perdido la llama. Yo trato de conservarla con el contacto con los jóvenes. La mayoría de mis amigos tiene hoy menos de 30 años.

P. ¿No tiene usted la impresión de que muchos de esos jóvenes son muy convencionales?

R. Sí. Algunos sí, pero otros no. Ahora hay un reflujo respecto de lo que fueron mis años juveniles, los sesenta, los setenta, donde era casi obligatorio para un joven ser algo de ruptura, algo nuevo, algo distinto. Hoy día puede ser que haya más convencionalismo, resignación a hacer lo que quieren las editoriales, que tienen la obligación de seguir publicando libros para mantener en marcha su máquina y hay gente que les da ese material. A mí me parece que ya hay suficientes libros buenos en todas las bibliotecas como para seguir escribiendo novelas iguales a las que ya hay, por buenas que sean. Por bien hechas que estén, son más libros. Nuestra misión, para darle un nombre un poco más místico, es hacer algo nuevo, algo distinto, y de eso hay poca gente que se ocupe.

P. ¿El deseo de experimentar?

R. Sí, pero ya no hablo tanto de experimentar desde que leí esa frase de William Burroughs tan buena: "Lo experimental es un experimento que salió mal". Está muy bien pensado. William Burroughs era un hombre muy inteligente. Así que ahora ya no digo más que lo mío es experimental.

P. Algunos críticos dicen que sus novelas son ligeras. ¿Cómo lo toma?

R. Según como se defina esta cuestión. El que no se ocupa de promover los valores humanos, históricos, sociales, el que se ocupa de la literatura como una pura actividad artística, puede ser tachado de frívolo. A mí me lo han dicho más de una vez. Y me lo tomo bien.

P. Ligero o denso, usted le dedica la vida entera.

R. Sí, y con mucho gusto y mucho placer. Durante muchos años pensé que me había dedicado a la literatura por descarte, porque no podía hacer lo que realmente había querido: hacer música, pintura, cine; no tenía talento, ni posibilidades de nada de eso. Así que lo más fácil era escribir, algo para lo que no se necesita más que un lápiz y un cuaderno, y saber escribir. Pero, con el tiempo, me di cuenta, muy a la larga, de que la literatura es el arte más difícil de todos; así que si lo elegí por descarte, hice un mal negocio.

P. ¿Por qué es el más difícil?

R. Es el arte más difícil porque hacer algo bueno en la literatura lo hace uno cada cien años. ¿Cuántos grandes escritores hubo en el siglo XX? Cuatro o cinco de decenas de miles que escribieron y publicaron libros. Yo estoy convencido de que la literatura es más difícil que otras artes y más grande, que en cierto modo las engloba. Yo mismo, cuando escribo, siento que estoy haciendo una obra plástica, musical, que lo estoy haciendo todo.

12.11.10

Poema del Viernes # 44


Hernando Guerra Tovar (La desaparecida Armero, Colombia, 1954)


TAL VEZ UNA SEÑAL

Abre las puertas y ventanas.
Deja que entre el viento
que trae noticias de la aldea,
donde el milagro de la vida
es una suerte.
Deja que te visiten los pájaros.
Comparte con ellos el pan de tu mesa,
las semillas que guardas con esmero,
y cierra los espejos,
oculta la jaula.
En la tierra de donde vienes
hay una sequía que convoca tu cosecha.
Hombres de piel curtida
desvían el hilo de los ríos,
elevan rogativas de lluvia,
pero las llamas del verano
queman la piel de las aguas.
Mujeres ofician rituales de limpieza,
invocan la virgen que desata los nudos,
cantan salmos y plegarias,
pero los grifos del cielo están sellados,
nadie responde.
Acaso una gota es imposible
en la esfera de los dioses,
tal vez una señal.
La sed y el silencio son caminos
que nacen y mueren en la boca.
Allí también el verbo,
la palabra imantada.
Abre las puertas, las ventanas
y cierra los espejos, baja la cisterna.
Una nube oscura
de palomas blancas
sobrevuela tu reino.

11.11.10

Sobre Menciones de Honor


A orillas de un árbol de caucho...


Es lo que más temo en la literatura, a decir verdad. Una Mención de Honor te clasifica como un escritor que lo hizo bien, pero no del todo. Te dice: puedes hacerlo mejor. O, quizá: Estás en el medio de todos y de nadie. Le temo a las menciones de honor porque después el poema o el libro no queda libre, como su lenguaje. No puedes luego participar en otro evento con el mismo texto, como si escribirlo hubiese sido cosa de una sola noche, de una sola sentada como sólo lo hiciera Carver o Plath. Y sí, hay flaquezas en el poema. Lo sé, lo sabía. Se lo comenté a un par de amigos. Tres versos flojos, sin sustancia, y ya está. Sanseacabó. Le temo a la Mención de Honor porque es un "pequeño" reconocimiento. Mejor, digo, es no haber participado. Que venga Memorias de Catalpa de una vez y que permanezca, aunque sea, en el corazón de mis hijos. Ese es otro temor, el más grande, en mi vida: que en mis hijos no quede ni un rastro de mi poesía...

El enlace de la Casa Silva, si quieren ojear:

http://www.casadepoesiasilva.com/ganadoresconcurso.htm

Grandes entrevistas


Portada del libro.


Hoy es el lanzamiento de Grandes entrevistas de la Editorial Común Presencia. Un gran esfuerzo de Gonzalo Márquez Cristo y Amparo Osorio. Vargas Llosa, Ciorán y Paz son sólo agunos de los nombres que aparecen en este flamante libro. Un fuerte abrazo para los dos artífices. La nota aquí:

'Grandes entrevistas de común presencia', de los escritores Amparo Osorio y Gonzalo Márquez, fue seleccionado como uno de los mejores proyectos que se presentaron este año a la Convocatoria ‘Literatura del Bicentenario’ que hizo parte del ‘Portafolio de Convocatorias de Estímulos 2010’ del Ministerio de Cultura.


Esta categoría tuvo como objetivo fortalecer la creación y la memoria literaria de origen local, en toda su amplia gama de géneros: poesía, ensayo, narrativa y dramaturgia


El evento de lanzamiento se realizará hoy, 11 de noviembre, a las 6:30 pm. en la Biblioteca Los Fundadores del Gimnasio Moderno (Cra 9 No. 74 - 99, Bogotá).


En este tomo de la Colección Los Conjurados, se reúnen por primera vez las legendarias entrevistas realizadas durante veinte años por Gonzalo Márquez Cristo y Amparo Osorio, para la publicación colombiana Común Presencia, varias de las cuales se han reproducido en importantes medios de diversos países e idiomas debido a la magnitud planetaria de los personajes asediados.

Es fundamental para el público hispanoamericano poder acceder al fin a esta compilación de documentos de gran factura filosófica, lúdica y estética, que son para muchos seguidores de estos acontecimientos verbales, un estremecedor legado de nuestro tiempo: la herencia de una secta de grandes creadores que nos entregan aquí lo más radical y sublime de sus reflexiones y de su experiencia vital, gracias a la deslumbrante conducción inquisitiva de los autores.


Por su bella intensidad y hondura —es oportuno enfatizarlo—, estamos ante una selección de piezas maestras del periodismo, pero además ante una forma singular de ejercer esta disciplina orientada a captar las obsesiones y el pensamiento de las más trascendentales figuras de la cultura universal. Los conjuro entonces al deleitoso reino de la entrevista ulterior.


El volumen contiene entrevistas con: E.M. Cioran, Octavio Paz, Roberto Juarroz, Jean Baudrillard, Salvador Elizondo, Juan García Ponce, António Ramos Rosa, Eugenio Montejo, Juan Goytisolo, Olga Orozco, Roger Munier, Carlos Fuentes, Jorge Luis Borges, Lawrence Durrell, Casimiro de Brito, Mario Vargas Llosa, Bernard Noël, Fernando del Paso, Alfredo Silva Estrada, Álvaro Mutis, Franco Volpi, Hans Magnus Enzensberger, Ernesto Sabato, Antonio Gamoneda y José Saramago.


El libro se distribuye actualmente en las más importantes librerías de Bogotá, Cartagena. Medellín, Barranquilla, Cali, Manizales, Pereira y Popayán.

10.11.10

Si los libros de papel mueren, será muy despacio...


Paul Holdengraber.


Es lo que dice el Director de la Biblioteca Pública de New York, y estoy de acuerdo. Lentamente, casi imperceptible, pero ocurrirá. ¿Cuándo? Es mejor no saberlo, y acaso no importa. Holdengraber dice para el ABC:

Se define como «agitador de lectura».
-Sí. Cuando llegué a la biblioteca, hace cinco años, me pidieron que la oxigenara. «Ya sabes -me dijo el presidente-, tenemos dos leones ante el edificio. ¡Quiero que rujan!». Y me empeñé en que una institución con tanto peso, con 52 millones de libros, sirva a la gente para cambiar su vida.
-Desde entonces no es una biblioteca al uso.
-Porque invito a casi todo el mundo. En estos días a Angela Davis y Toni Morrison, a Keith Richards de los Rolling Stones... Y también han pasado por aquí escritores españoles como Javier Marías o Antonio Muñoz Molina.
-¿Son tertulias a lo grande?
-Lo que quiero es que la palabra cambie a la gente. ¡Tú no te puedes hacer cosquillas a ti mismo! Pasamos un tiempo infernal delante de un ordenador y necesitamos tener conversaciones de tú a tú donde se puedan palpar la ironía y las sutilezas.
-¿Más españoles han toreado en su ruedo?
-Ferran Adrià. Y disfrutó mucho. Lo único malo es que en esa ocasión me invitó a su restaurante y dos meses después ya no había restaurante.
-¿Son necesarios estos «happenings» para que las bibliotecas no mueran en la era digital?
-Es verdad que la gente ya no lee de la misma manera. Pero yo digo que el mundo digital y el de papel pueden vivir juntos. Y muy bien.
-¿Hasta cuándo? La evolución es vertiginosa.
-A quien me habla de esto le recuerdo lo que dijo Paul Valéry: que el futuro ya no es lo que era. ¡Cambia siempre! Lo que nunca va a cambiar es la pasión de saber, porque es muy excitante, casi un afrodisiaco. Para mí, leer es una pasión privada, pero yo hago que durante un rato se haga pública. Así cuando Norman Mailer estuvo aquí con Günter Grass (fue la última vez que Mailer habló en público) la gente vino y después se fue a su casa a leerlo. Y escuchar al escritor cambia en buena medida la experiencia que tienes de sus libros.
-Encuentros con los autores aparte, leer en una biblioteca también es de por sí diferente.
-Naturalmente. Porque leemos en un espacio. Proust dijo en su ensayo «Sobre la lectura» que el libro es importante, pero el sitio donde lees también. Y como le molestaba tanto que su madre le interrumpiera con «¡Marcel, a comer!», decidió leer cuando todos estaban durmiendo. Y en un espacio público como una biblioteca también cambia la experiencia. «Oyes» a otras personas leyendo.
-¿Los e-books (libros electrónicos) están ya zampándose a los de papel en Estados Unidos?
-Ya Amazon vende más e-books que libros, pero creo que el futuro no hace que lo importante desaparezca. Yo soy un poco un dinosaurio y me gusta la experiencia táctil de los libros, tocarlos. Y hay negocios editoriales que desaparecen, pero otros crecen. Recibo cincuenta libros nuevos al día. Si los libros de papel se mueren, será muy despacio.
-Pero las bibliotecas pueden terminar convirtiéndose más en espacio para bibliófilos que para lectores en general.
-Nunca una biblioteca ha sido para todo el mundo. Ahora ha cambiado la manera en que tenemos acceso al conocimiento, pero no cambia ese momento magnífico en el que un libro te da placer.
-Dieciocho millones de visitantes al año. ¿Quizá porque la institución en la que trabaja se ha convertido. además. en atracción turística?
-Puede. Y la conversión, ya sea religosa o a la lectura, no les sucede a todos. Pero esta biblioteca es también un lugar en el que la gente se siente en su casa. Hay turistas, naturalmente, pero hay mucha gente que viene aquí porque es un tercer pulmón para ellos, otra manera de vivir.
-En todo caso, al que entra intenta captarlo.
-Siempre. Me considero una especie de «intelectual público» y estoy convencido de que un libro puede cambiar tus contingencias y la manera en la que ves el mundo.