30.12.09

Último post de 2009


El último árbol, el último post.

Este blog nació de la nada, o bueno, casi de la nada. Antes posteaba en alguna página que nadie leía y que llevaba mi nombre. El ego del escritor. Afortunadamente ya no funciona, o eso creo. Una página sin un sentido claro, sin ninguna trascendencia. Hasta hace poco, tengo que confesarlo, no tenía idea cual sería la función de Tierra literaria. ¿Postear noticias? Eso lo hace cualquiera. ¿Generar opinión? Tal vez. ¿Entretener a algunos? Quizá. ¿Que por fin, alguien lea, aunque sea por encima, lo que escribo? Uhmmm, no sé. Lo que si sé ahora, con certeza, es que el jueguito de postear me ha transformado por dentro. Es otra manera de escribir, y de leer. He aprendido a conocer a los autores, a digerirlos, a acercarme a su literatura. Este blog, según las estadísticas que lleva el propio blogger y otros contadores, tiene más de cien visitas diarias, y para mí eso ya es un pequeño logro. Si el 2008 fue para mí el comienzo de todo, de este universo literario, de la poesía, de mi primer libro, el 2009 ha sido el de moverme desde adentro, el de las preguntas. ¿Dejaré la ingeniería por la literatura? ¿Dejaré la literatura por la opinión, por la crítica? ¿La poesía será más fuerte que la narrativa? ¿Estará mi familia dispuesta, Paloma y Laura, como yo, a arriesgarlo todo por dedicarme de lleno a esto? Ha sido el año de la incertidumbre. Comencé a escribir una novela y terminé escribiendo un segundo libro de poesía. En mi vida he escrito cuento, o por lo menos alguno que sea defendible, y terminé ganando un concurso nacional de relatos para la gloria pasajera, muy pasajera. Seguro terminaré la novela, cuyo título aún desconozco, va sola y lleva su camino. Ahí va. No sé por dónde, pero ahí va. No será en el 2010 cuando cuelgue la pluma en la última página de la novela. Quizá el 2011, y eso. No tengo afán con ello. El 2010, según creo yo, será para mí y para este blog el año de la evolución, de la transformación. Ya las dudas han sido despejadas. Y, cómo la novelita que ando custodiando hasta con el troyano que derribó mi portátil - ¡¡Vaya ingeniero!! - , voy destruyendo aquellos escritos que no tienen ninguna relevancia, desgarrando los papeles, y esos primeros poemas adolescentes que conservaba todavía, dejando sólo lo que considero rescatable. Unos cuantos relatos y una serie de poemas, aparte de este segundo libro. 47 poemas, ni uno más, ni uno menos. Un año de trabajo. De este libro, porque no me arriesgo a postear algo más, les dejo dos poemas. Volveré el 4 de enero.


CERTEZA DE UN HOMBRE MAR ADENTRO

Mañana
cuando flaqueé el último árbol
cuando muera
y se extinga con él las raíces del agua
otro viento será
el que venga y venza
nuestros cuerpos callados.

DESOLACION DE LA CASA

Hay una oscura pesadumbre en las paredes,
una amargura de cargar el cielo raso.

La verdad cansa.

Lo sabe esa humedad en las esquinas
que va sudando el moho parecido al hambre
invadiendo la casa.

Dicen por ahí
que los gritos permanecen adheridos a las paredes.

Aún se oyen las lágrimas como un aleteo
de los albatros.


Derechos reservados
© Hellman Pardo

El Asedio de Arturo


Arturo Pérez-Reverte.

Arturo Pérez-Reverte cree firmemente que un escritor "no puede renegar de lo que ha hecho", y por eso en su nueva novela, "El asedio", ha volcado todo lo que sabe hasta conseguir "una compleja" obra en la que conviven la historia, la ciencia, el enigma, el espionaje, la aventura y el amor.

"En 'El asedio' he intentado hacer una novela en la que se reconocieran mis otros libros; es una especie de balance o de botín final de veinte años de escritor", afirma Pérez-Reverte en una entrevista con Efe en la que desarrolla las claves de su nueva obra, que publicará Alfaguara el 3 de marzo en España y América y que sin duda es una de las novedades literarias más esperadas de 2010.

Por algo este escritor, que se considera "un leal mercenario" de sus aficiones, de sus sueños, de sus amores y sus odios, tiene cientos de miles de seguidores en España, en Hispanoamérica y en otras muchas zonas del mundo. Su obra está traducida a 35 idiomas y ha cosechado importantes premios.

29.12.09

Kindle: imparable


El desayuno perfecto.

La tienda en línea Amazon subió un 2,5 por ciento en su cotización al estrenarse en el mercado bursátil Nasdaq. Y es que el Kindle se ha convertido en el el objeto más regalado en la historia de la tienda. Para comprar el Kindle.

Tras comenzar la última semana del año con una subida del 2,5 por ciento en las primeras horas de negociación, la cotización de las acciones de esta compañía moderaba su avance hacia la media sesión en el mercado neoyorquino hasta el 1,9 por ciento, de forma que sus títulos se cambiaban este lunes a 141 dólares.

La tienda, que sólo vende a través de Internet, informó este fin de semana que ha registrado un importante aumento en sus ventas durante estas fiestas y que su lector de libros digitales ha sido el objeto más regalado en toda su historia.

"El día de Navidad los clientes compraron por primera vez más libros digitales que libros físicos. Estamos encantados de que hayan hecho que Kindle sea el objeto más regalado de nuestra historia", aseguró el fundador y consejero delegado de Amazon en un comunicado.

En cualquier caso, Amazon continúa con su política de no difundir datos concretos sobre las ventas de Kindle, por lo que está por ver si la compañía efectivamente lidera el mercado de los lectores electrónicos frente a otros competidores como Sony y Barnes & Noble.

Estas dos compañías también han tenido éxito con las ventas de sus lectores, llamados Sony Reader y Nook, respectivamente, hasta el punto de que no han podido atender toda la demanda y se quedaron sin existencias mucho antes de que llegaran la Navidad.

Por ello, es muy probable que el Kindle haya sido el lector electrónico más vendido estos días en Estados Unidos, para satisfacción de Amazon, que también ofrece una librería de 390.000 títulos de libros digitales.

En cuanto al resto de sus ventas, la tienda por Internet detalló que el pasado lunes 14 de diciembre fue el día de más ventas de la temporada, con más de 9,5 millones de objetos vendidos en todo el mundo.

Esa cifra quiere decir que durante ese día Amazon vendió una media de 110 objetos por segundo, lo que supone un incremento del 51por ciento respecto a la jornada de más ventas del año anterior.

Ese mismo día Amazon ordenó el envío de unos siete millones de objetos a sus respectivos compradores, un 25 por ciento más que en el día equivalente de 2008.

Entre los objetos más vendidos en el último mes también destacan el IPod Touch de ocho gigas de Apple (suficientes para reproducir música de forma continua durante 442 años); la consola Wii Fit Plus de Nintendo; el disco "I Dreamed A Dream", de Susan Boyle; el libro "Going Rogue", de Sarah Palin, y las pequeñas cámaras de vídeo que permiten directamente colgar en Internet las imágenes.

De estas últimas ha vendido tantas que con ellas se podrían suministrar contenidos al portal de Internet YouTube durante 50 años de forma ininterrumpida, según Amazon, que también ha comercializado estos días el equivalente a 43 kilómetros en reproductores Blue-Ray.

La compañía asegura que sólo a través de su portal Amazon.com (sin contar las ventas a través de sus versiones para Reino Unido, Alemania, Francia, Japón y Canadá) en estas fiestas ha vendido tantos computadores que, apilados, alcanzarían la altura del Everest.

Otro de los regalos estrella han sido los pantalones vaqueros Levi's 501, hasta el punto de que con ellos se podría vestir a todos los asistentes previstos en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010 en Vancouver, según Amazon.

Durante 2009 Amazon ha subido en bolsa un 180 por ciento, de forma que su cotización se mantiene en máximos históricos.

Arranca el Hay festival...bueno, casi.


Jordi Sierra, uno de los invitados.

"Porque vivimos, porque escribo, porque leéis, miles de kilómetros se convertirán en ninguno. De la pequeña isla donde nací y resido, Mallorca, en el cerrado, muy querido y muy viejo mar Mediterráneo, saltaré a vuestro joven océano de sueños y de árboles cimbreantes, de olas exaltadas y de esperanzas".

Estas palabras del escritor mallorquín Miguel Rayó expresan la alegría y ansiedad por compartir sus experiencias literarias con los niños de Cartagena. Él es uno de los participantes de la nueva versión del Hay Festivalito, una de las actividades paralelas del próximo Hay Festival, que se realizará en La Heroica del 28 al 31 de enero próximos.

Junto a Rayó, participarán en este encuentro literario infantil los escritores Jordi Sierra i Fabra (España), Màrius Serra (España), Celso Román (Colombia), Yolanda Reyes (Colombia), Antoni García Llorca (España), Emily Gravett (Reino Unido), Alfredo Gómez Cerdá (España), Tatiana Jaramillo (Colombia), el reconocido músico africano Manu Dibango (Camerún) y la compañía de teatro Xirriquiteula (España).

Todos ellos compartirán sus experiencias con los menores de colegios públicos y privados, y de las localidades más deprimidas del puerto caribeño.

"Hablar de Hay Festivalito es hablar de un público creciente y de uno de los públicos más importantes. Yo estuve hace dos años, y una de las mayores emociones fue encontrarme con una audiencia en la que había gente desde los cinco hasta los 89 años", comenta la escritora Yolanda Reyes.

Entre las actividades que habrá en esta nueva edición, se destacan las charlas entre escritores y niños, las presentaciones teatrales y los talleres de diferentes temáticas.

Por ejemplo, el escritor español Màrius Serra adelantará lo que él ha llamado 'Juegos Oulípicos'. En palabras de Serra, se trata de una especie de "declatón vervíbora con pruebas de letra, sílaba y palabra, a partir de las posibilidades que permite el juego verbal".

Por su parte, la escritora inglesa Emily Gravett, ganadora del premio McMillan, realizará un taller de ilustración, mientras que la colombiana Tatiana Jaramillo realizará otro de escritura creativa explorando la estructura del poema japonés haiku.

El músico camerunés Manu Dibango hará un taller en el que los niños del barrio Boston, de Cartagena, podrán explorar los diferentes ritmos y melodías del jazz y el funk.

Hay Festival en Bogotá y Riohacha

Además, el Hay Festival tiene previstas actividades alternas en Bogotá y Riohacha. Entre ellas están la charla de Ian McEwan y Peter Florence (Reino Unido), en la biblioteca Luis Ángel Arango (27 de enero); las presentación en la capital del espectáculo 'Girafes y Papirus', del grupo teatral español Xirriquiteula, y del músico africano Manu Dibango, en el auditorio León de Greiff (30 de enero), y un taller literario para jóvenes realizado por el español Alfredo Gómez Cerdá.

Por su parte, en la capital de La Guajira se realizarán, el 27 de enero, charlas sobre el vallenato como manifestación literaria, la literatura wayuu, un conversatorio con escritores guajiros y un concurso infantil de cuento. Allí participarán Juan Gabriel Vásquez, Héctor Abad Faciolince, Yolanda Reyes y Jordi Sierra i Fabra. Estas actividades alternas son posibles gracias al apoyo de las empresas Gas Natural y Cerrejón.

La invisibilidad de Sunset Park


Auster, al recibir el Príncipe de Asturias, en el 2006.

Hay dos narradores norteamericanos que están publicando como si tuviesen represados años de trabajo. Años de vigilia, años de escritura. Me refiero a Phillip Roth y a Paul Auster. No acaba Auster de lanzar Invisible y ya anuncia Sunset Park, su nueva obra. ¿Y vos, querido lector, que andas escribiendo? La nota En la Revista Ñ:
El escritor estadounidense Paul Auster dijo hoy en la ciudad española de León (norte) que ya tiene lista su nueva novela Sunset Park, que saldrá publicada en Estados Unidos el próximo noviembre.

Como buena parte de su producción literaria, la nueva novela transcurre en Nueva York y en ella se vale de múltiples narradores para contar la trama.

Auster explicó que se siente más cómodo contando así las historias y que antes usaba únicamente un narrador porque "igual no estaba preparado" para usar varios.

El Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2006 se refirió además a asuntos como la piratería y advirtió del peligro que supone no respetar los derechos de autor para la "creación" en general, no solo para la música, sino para la literatura, a través de los libros electrónicos.

"La gente joven piensa que se puede conseguir todo gratis" a través de internet y lo que se debería intentar es hacerles entender que "estas cosas están creadas por individuos, que cuesta sacrificio hacerlas y que necesitan ser compensados por el trabajo", ya que, de lo contrario, "la maquinaria puede pararse".

En cuanto al acto de escribir, afirmó que "es una manera bastante terrible de vivir" y reconoció que si alguien le pidiera consejo le diría que no lo hiciera, o por lo menos que no se preocuparan por el aspecto comercial.

Auster habló además de la soledad, que implica el acto de escribir, y consideró que para hacerlo "hay que tener cierto gusto para estar solo y cierta sensibilidad" para ello.

"La soledad es como un acto de desaparición", explicó el autor, que también se refirió a las palabras, que aunque nos definen como seres humanos, se puede vivir sin ellas.

La amplia producción de Auster abarca prácticamente todos los géneros literarios, desde el relato y la novela al ensayo y la poesía, sobre la que dijo que "hace casi más de 30 años" que no escribe un poema, a excepción de en reuniones familiares o para hacer a la gente reír y, aunque no puede predecir nada, de momento no tiene pensado escribir poesía.

Gonzalo Rojas recibe la Orden Gabriela Mistral


El poeta chileno.

Si tuviese la oportunidad de quitarle el Nóbel a algún escritor sería a Gabriela Mistral. Bueno, también a Camilo José Cela. Como poeta Mistral no me conmueve, no me llega, y sé que hoy día a casi nadie. De José Cela ya he comentado en anteriores ocasiones, así que, dejémolo así. El caso es que a Gonzalo Rojas, este sí, gran poeta chileno, le han condecorado con la Orden Gabriela Mistral. Dicen el Letralia:

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, entregó el pasado viernes 18 de diciembre la Orden al Mérito Docente y Cultural “Gabriela Mistral” al poeta Gonzalo Rojas, cuya poesía, dijo, “sigue ahí, viva y palpitante”.

“Cuando estaba a punto de cumplir 90 años, Gonzalo Rojas me dijo: me voy a morir joven. Me siento tan identificada con esa frase, porque la juventud es un tema de actitud, y yo comparto eso”, dijo Bachelet durante la ceremonia, celebrada en el Palacio de La Moneda.

“Quiero agradecerle esa energía, esa juventud, esa sabiduría de seguir escribiendo sin apuro y mostrando que aunque pasen los años y los premios, la poesía sigue ahí, viva y palpitante”, subrayó la mandataria chilena.

La Orden “Gabriela Mistral” se otorga en Chile a personalidades nacionales y extranjeras que se destacan por su significativa contribución a la educación y la cultura y expresa, además, el agradecimiento del país hacia el compromiso y mérito demostrado.

Desde su creación, en 1977, ha sido otorgada a diversas personalidades, entre los que se destacan los premios Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, Naguib Mahfouz y Darío Fo; el pintor Roberto Matta, el actor francés Marcel Marceau y el cantautor catalán Joan Manuel Serrat.

También los escritores Jorge Edwards e Isabel Allende, la soprano Verónica Villarroel, el director de orquesta Zubin Mehta, el ex Beatle Paul McCartney, el poeta español Rafael Alberti, la cantante argentina Mercedes Sosa y, de forma póstuma, la folklorista Violeta Parra.

Rojas fue propuesto al premio por los senadores Mariano Ruiz-Esquide y Víctor Pérez, con el respaldo de dos rectores universitarios y otras personalidades, que presentaron al poeta como “un hombre que tiene una inmensa trayectoria poética y que, tal vez hoy, es lo más grande” de las letras chilenas.

28.12.09

Entrevista a Rodrigo Fresán


El autor.

De El fondo del cielo he leido varias reseñas interesantes, pero la que más me acerca al libro, aparte de cierta veneración que tiene Rodrigo Bastidas por Fresán, ha sido la que hizo Iván Thays en su blog. Thays describe El fondo del cielo como dos libros, o más bien, como dos obras que se leen paralelamente. Ahora en ADN cultura le realizan una entrevista a Fresán:

Rodrigo Fresán no recuerda en qué año fue ni dónde. "Lo mío no son, las fechas", comenta desde la capital catalana donde lleva ya diez años asentado. Lo que sí recuerda es que le escuchó a Jonathan Lethem una anécdota sobre Ron L. Hubbard: el momento en que Hubbard, escritor de ciencia ficción de dudosa calidad y menospreciado por sus colegas, amenazaba, a modo de venganza, con fundar una religión y erigirse como un dios moderno. Ese momento, que con los años se ha mitificado, se considera un punto de partida para la creación de la cienciología (que hoy se conoce como la religión de los famosos).

Ese momento es uno de los tantos que aparecen en El fondo del cielo (Mondadori), la nueva novela de Fresán después de Jardines de Kensington (2003). Una historia en la que conocemos a Isaac Goldman y Ezra Leventhal, primos y fanáticos de la ciencia ficción, quienes deciden crear su propio club y quedan marcados por una chica que se hace presente una única y mágica vez en sus vidas. La historia, también, en que aparece Jeff, amigo de los pequeños Isaac y Ezra, a quien se le ocurre la idea de fundar un movimiento religioso. Eso más las típicas digresiones de Fresán, que nos llevan por la caída de las Torres Gemelas, la invasión de Irak, apariciones encubiertas de Philip K. Dick y Kurt Vonnegut, y otros destellos de ciencia ficción. Aunque, como el escritor advierte, El fondo del cielo no es una novela "de" ciencia ficción, sino una "con" ciencia ficción.

-¿Qué diferencia a ambas?

-La diferencia pasa por el trabajo que me interesa hacer con los géneros. No me interesa que el género marche delante de todo, sino que funcione como una atmósfera o un perfume. De hecho, es una novela de ciencia ficción más preocupada por el pasado que por el futuro.

-La historia es bastante nostálgica.

-Sí. No me interesa la ciencia ficción tecnológica y menos la anticipatoria. Uno de los héroes de El fondo del cielo es Adolfo Bioy Casares en La invención de Morel (otra historia de amor con reflejos de science fiction) y El sueño de los héroes (y ese intento de recuperar un momento perdido en el tiempo). Enorme escritor que, siempre, pero sobre todo en los últimos tiempos, es criticado y considerado una especie de idiota savant burgués por parte de la intelligentzia de mi país. Otro de esos grandes -pero tan pequeños- misterios argentinos, supongo.

-Isaac Goldman comenta la falta de amor en la ciencia ficción. ¿Fue ésta primero una historia de amor a la cual se le agregaron elementos de literatura fantástica o al revés?

-La primera idea era escribir una novela de amor de alcances cósmicos. Enseguida se anexó el desafío de invocar cierto espíritu sci-fi . Poner en práctica la teoría de que no hay nada más extraterrestre que la invasión del amor y que, cuando uno está enamorado, también está perdido en el espacio. Ésta es una historia de amor con traje de astronauta.

-En la novela el amor funciona como un parche para los personajes...

-Sí, pero en El fondo del cielo el amor es más que un parche: es el punto de fuga hacia el reencuentro final y la versión definitiva de todas las cosas. El amor funciona como posibilidad postrera de final feliz para personajes tan infelices. Y, de acuerdo, Ezra e Isaac aman a una mujer, se aman entre ellos y aman a un género. Pero lo que se impone es ese gran amor que trasciende a ellos y que, como escribió Dante, "mueve el sol y las estrellas".

-¿Qué descubriste sobre Ron L. Hubbard al ahondar en su biografía?

-A diferencia de lo que hice con James Matthew Barrie, el creador de Peter Pan, en Jardines de Kensington , donde los aspectos biográficos imponían la investigación de detalles a fondo, en El fondo del cielo las partes en plan true-story no lo son tanto. La realidad funciona en la novela como un ligero telón de fondo o velo casi transparente. Así, Ron L. Hubbard, que en parte inspira a la persona de Jeff, es apenas un punto de partida por el cual comenzar orientándose para, enseguida, ir a cualquier otra parte. Y lo que descubrí en su biografía es lo mismo que uno descubre leyendo la Biblia o Las mil y una noches o Mein Kampf : la desesperada necesidad del ser humano de creer en algo o en alguien y sentirse parte de eso.

-¿Por qué la elección de Nueva York como escenario?

-El ambiente judeo- sci-fi que se evoca en la primera parte del libro sólo se dio en Nueva York. Igualmente lo del 11 de septiembre de 2001. Siempre es un placer viajar a Nueva York. Más allá de los lugares de la Tierra donde transcurre, El fondo del cielo es un libro bastante extraterrestre. En ese sentido, también, me considero un escritor cada vez más solitario en lo mío y tan feliz de que así sea.

-¿Qué efecto tuvo la muerte de J. G. Ballard y de Kurt Vonnegut en esta novela? Ambos escritores, con sus matices, encajan dentro de esa etiqueta de escribir "con" ciencia ficción...

-Y el suicidio de David Foster Wallace entre uno y otro. Sí, siempre fueron tres modelos muy presentes. El modo en que piensan el futuro y los muchos otros planetas. La idea de que, al final, no hay nada más alien que los seres humanos. Y de que nos vamos transformando en nuestros propios extraterrestres.

-¿Cómo es eso?

-Hoy viajamos al interior del ADN como alguna vez viajamos a la Vía Láctea. No sé si es un buen cambio porque qué sentido tendrá vivir más tiempo si, por el camino, nos lo pasamos restándole años de vida a nuestro planeta. De seguir así, nos convertiremos en inmortales sin Olimpo, en viajeros sin destino.

-Recientemente se reeditó Historia argentina, libro que cumple 18 años. ¿Cómo lo ves al lado de tus otros libros iniciáticos, Vidas de santos y Trabajos manuales?

-Los veo con afecto y agradecimiento. Historia argentina es mi big bang y fue un parto-debut más que feliz. Vidas de santos fue un libro que desconcertó bastante a muchos e incluso a mí; pero con los años me parece que va envejeciendo bien y hasta mejorando a partir de los reflejos que proyecta sobre cosas que escribí después. Es el libro favorito de mis lectores más freaks , creo. Y Trabajos manuales va en camino de convertirse en mi "eslabón perdido" y está bien que así sea.

-Luego de seis años sin publicar, ¿cómo se siente ponerse el traje espacial de la ficción una vez más?

-Fueron seis años de no publicar pero de constante escribir. Antes de comenzar El fondo del cielo ya tenía otra novela terminada, que seguirá inédita por un tiempo. No será mi próximo libro. Así que el traje no me lo quité nunca. Todo este tiempo he estado flotando.

Roncagliolo habla sobre Onetti


Onetti en su casa de Madrid.

Dice en Babelia Roncagliolo:
Conocí la obra de Juan Carlos Onetti a comienzos de la década de los noventa, atraído por las leyendas que circulaban sobre ese autor. Mis compañeros de la facultad de literatura contaban que Onetti era un ermitaño, que se negaba a dar conferencias, y que vivía tirado en una cama con una botella de whisky.

El perfil del personaje resultaba exótico en cualquier caso, pero era especialmente inesperado en un escritor del boom latinoamericano. La mayoría de sus colegas vivían en olor de multitud, actuando en ocasiones más como políticos que como artistas. Mario Vargas Llosa había postulado a la presidencia del Perú. Gabriel García Márquez se había reunido con Fidel Castro y con Bill Clinton. Cortázar había defendido la revolución nicaragüense. Carlos Fuentes era México. Y en cambio Onetti, el mayor de todos, vivía metido en una cama aferrado a una botella de whisky.

Después averigüé que Onetti sí había sufrido una persecución política, pero gris, absurda y casi cómica: lo habían detenido por formar parte del jurado en un concurso de cuentos.

El cuento ganador se regodeaba en escenas sexuales que resultaron ser una referencia apenas velada a la homosexualidad de un miembro de la junta militar en el gobierno. En castigo, el autor del cuento y los miembros del jurado fueron detenidos por ofensas contra la dignidad de las fuerzas armadas. Durante los interrogatorios, un oficial inquisidor le preguntó a Onetti:

-¿Y usted qué tendencia política tiene?

-Ninguna, respondió el narrador.

-¿Pero por quién votó?

-Por nadie.

-¿Pero por quién habría votado?

-Nunca he votado.

-¡Ah! ¡Un anarquista!

Más aburrido que asustado, Onetti respondió:

-Y... Ponele anarquista si querés. ¿Puedo fumar?

Semanas después -siempre según las leyendas-, el escritor tuvo que ser evacuado a un hospital psiquiátrico debido al síndrome de abstinencia que le produjeron la falta de alcohol y tranquilizantes. Ahí terminó su gesta más heroica.

Recientemente, revisé la obra de Onetti para un encuentro sobre su obra organizado por la Casa de América, la Secretaría General Iberoamericana y la Fundación San Benito de Alcántara. Mientras leía, comprendí que el episodio de esa detención habría podido ocurrirle a cualquiera de sus personajes: quizá a Juntacadáveres, cuyo sueño dorado era regentar un prostíbulo de medio pelo. O a los protagonistas de El Astillero,Tierra de Nadie, que fantasean con huir a una isla que ni siquiera existe. Ninguno de ellos se enfrenta a grandes peripecias épicas, como los personajes de La guerra del fin del mundo. Ninguno es importante para la historia latinoamericana como El general en su laberinto. Sólo son gente ruin enfrentada a la mediocridad de la vida, como la mayoría de nosotros. Las novelas de Onetti serían graciosas si no exhalasen del deprimente humor de la mediocridad. que fingen mantener vivo su negocio mientras venden la maquinaria como chatarra. Incluso a los de

A eso se debe que Onetti sea el menos conocido de los narradores del boom. Este último mohicano del existencialismo no sólo desdeñaba la política, también le asqueaban el éxito, la fama o el glamour y sentía una genuina repugnancia por todo lo que apestase a figuración pública. En consecuencia, no se enfrentaba a diabólicos dictadores ni a intrépidos guerrilleros. Tal vez porque habitaba en Uruguay -uno de los países más prósperos, pacíficos e igualitarios de la región- sabía que en una democracia ejemplar también se puede ser infeliz.

Pero también por eso, y de manera involuntaria, Onetti se ha convertido en el autor más actual del boom. Hasta los años ochenta, durante el auge de la Revolución Cubana, la utopía real-maravillosa capitaneado por Gabriel García Márquez pasó como una apisonadora sobre las novelas latinoamericanas, llenándolas de mujeres con rabos de cerdo que salían volando por las ventanas. Tras la caída del muro de Berlín, el realismo urbano y frecuentemente violento de la literatura latinoamericana estaba teñido de Mario Vargas Llosa, cuyos personajes defienden su libertad ante los tiranos.

Pero veinte años después, ni un extremo ni otro del espectro ideológico producen grandes pasiones. La Revolución Cubana no ha mejorado la vida de la gente, y tras dos décadas sin dictadores en el resto de la región, la cantidad de pobres es la misma que antes. Los latinoamericanos votan democráticamente por gobernantes autoritarios -Chávez, Uribe, el PRI-. Y el fenómeno no es exclusivo de América Latina. A lo largo de la última década, en nombre de la democracia se invaden países como Irak y se toleran dictaduras como las de Libia, Egipto y Kazajistán.

Esa atmósfera de desencanto se ha reflejado en la literatura latinoamericana y europea. Dos de sus autores más destacados de los últimos años, Bolaño y Houellebecq, pertenecen a la generación que vio caer los grandes sueños de Allende y Mayo del 68, y su amargura recuerda a Onetti. Los poetas asesinos del chileno y los funcionarios onanistas del francés, los exiliados suicidas del primero y los turistas sexuales del segundo, podrían aparecer en cualquier novela de un novelista uruguayo que murió sin conocerlos.

Onetti no parece haber influido en estos autores. No es él quien logró que su obra perdurase a través del tiempo. Por el contrario, es el tiempo el que se convirtió en lo que sus novelas narraban. A lo largo del siglo XX, el planeta se dividía en dos grandes verdades. En el siglo XXI sabemos, como sabía Onetti desde antes, que las dos eran mentira.

Sin duda, es admirable ser a la vez el miembro más antiguo y más moderno del club más selecto de la novela latinoamericana. Pero sobre todo, es notable haberlo hecho desde una cama, con la única arma de una botella de whisky.

Los mejores libros del año, según Babelia


El libro del año en España.

La separata Babelia, del diario El país de españa, escoge los mejores libros del año... claro, en España. Aquí la lista:

1 Anatomía de un instante.

Javier Cercas (Mondadori). Ensayo

2 La noche de los tiempos.

Antonio Muñoz Molina (Seix Barral). Novela

3

Indignación.

Philip Roth (Mondadori). Novela

4

Aquí.

Wislawa Szymborska (Bartleby). Poesía

5

Historia de mi vida.

Giacomo Casanova (Atalanta). Memorias

6

Sudeste.

Haroldo Conti (Bartleby). Novela

7

Un armario lleno de sombras.

Antonio Gamoneda (Galaxia Gutenberg/Círculo

de Lectores). Memorias

8

Cartas.

Emily Dickinson (Lumen). Correspondencia

9

Aquí empieza nuestra historia.

Tobias Wolff (Alfaguara). Relatos

10

Mitologías de invierno. El emperador de Occidente.

Pierre Michon (Alfabia). Relatos

11 Poemas de amor.

Anne Sexton (Linteo). Poesía

12 Los días contados.

Miklós Banffy (Libros del Asteroide). Novela

13

Elevación, elegancia y entusiasmo.

Francisco Casavella (Galaxia Gutenberg/Círculo

de Lectores). Ensayo

14

El ruido eterno.

Alex Ross (Seix Barral). Ensayo

15

Mecanismos internos (Ensayos 2000-2005).

J. M. Coetzee (Mondadori). Ensayo

16

Nocilla Lab.

Agustín Fernández Mallo (Alfaguara). Novela

17

Ejemplaridad pública.

Javier Gomá (Taurus). Ensayo

18

El Día D.

Antony Beevor (Crítica). Ensayo

19

El factor humano.

John Carlin (Seix Barral). Ensayo

20

Tres vidas de santos.

Eduardo Mendoza (Seix Barral). Relatos

26.12.09

2.500 lectores


Ricardo Silva.

Catalina Holguín expone en Arcadia lo imprevisible que resultó el año 2009 en materia editorial. Según Ricardo Silva, sólo 2.500 lectores compraron su libro. Los mismos 2.500 lectores que compran todos los libros. Son palabras de él, no mías. Me pregunto si soy yo uno más de aquella estadística, porque sí, compré algunos libros, pero no tanto como en el 2008. Hasta en la biblioteca se ve la recesión. Otra cosa, y esto va para Ricardo. Si de algo sirve, no fui yo quien compró Autogol. Vos me la regalaste, acuérdate. Dice la nota:
Necesariamente, el balance editorial del 2009 es positivo, negativo o regular, según el entrevistado. Pero asumiendo el risego que conllevan todas las generalizaciones, se podría decir que el 2009 fue un año contradictorio y confuso para la industria editorial colombiana. El caso de Alfaguara refleja justamente la divergencia de percepciones. Unos opinan que la salida de Pilar Reyes fue un gran golpe para la editorial, pero un innegable triunfo profesional. Otros, en cambio, ven con muy buenos ojos la llegada del editor Rodrigo de la Ossa, quien recibió el cargo en un período de transición particularmente difícil por la honda crisis del Grupo Prisa. Los mismos críticos de Alfaguara hablan también de ocasiones perdidas: Demasiados héroes, la nueva novela de Laura Restrepo, pasó sin un fu ni un fa, y Autogol, de Ricardo Silva, fue lanzada en multitudinario evento para luego sumirse en un aparente silencio.

Silva, en cambio, está contento con las ventas del libro (más de 2.500 ejemplares), contento con la amplísima cobertura del libro en medios y contento con la oferta que le hizo Fox para adaptar el libro a una serie de televisión. No obstante, Silva siente que Autogol era una novela con la que la editorial pudo buscar nuevas audiencias y nuevas formas de difusión. Es como si la audiencia total de literatura colombiana, opina Silva, nunca pasara de los mismos 2.500 lectores y jamás lograra cruzar el umbral lector que fácilmente cruzan los libros de coyuntura y los libros infantiles. Afirma un Silva sorprendido de la inutilidad de los medios de comunicación tradicionales: “Usted puede salir en todos los medios del país, en todos los canales y noticieros, pero la gente pregunta: ¿Cuándo va a sacar otro libro?” Más contradicciones. Muchos autores colombianos lograron importantes reconocimientos: Santiago Gamboa ganó el premio de Norma aunque su novela ha recibido en susurros de corrillo críticas pobres, que parecen ratificar que las editoriales están apostando por nombres conocidos más que por Literatura con mayúscula; las traducciones de Los informantes, de Juan Gabriel Vásquez, y Los ejércitos, de Evelio José Rosero, muy elogiadas, y Rosero ganó el premio otorgado por The Independent y también fue finalista del premio iberoamericano de obra infantil S&M; Roberto Burgos Cantor ganó el premio de novela José María Arguedas, de Casa de las Américas; y Sin Remedio, de Antonio Caballero, fue traducida al francés y recibida muy bien por crítica y lectores. Pero a pesar de estos logros, el sentimiento generalizado entre los entrevistados es negativo; editores, escritores, libreros y lectores empedernidos sienten que acá, en literatura, no pasó nada.

Los grandes
Mientras en Santillana reina la incertidumbre, en Norma la llegada de un editor con la experiencia de Gabriel Iriarte revolucionó un poco el orden de las cosas: Norma logró tentar –en una movida comercialmente agresiva– al ex director de Planeta justo en el momento en que esta casa editorial anunciaba la compra de El Tiempo. Algunos opinan que el estilo editorial de Iriarte aleja la editorial de apuestas literarias interesantes, y que lo acerca a los hábitos más comerciales de los editores catalanes, sus antiguos jefes.

Con Planeta la cosa es más clara. Todos saben que apuesta a libros de coyuntura, que fabrica premios de poca credibilidad (como el otorgado a Mauricio Vargas) y que opta por un grandísimo volumen de publicaciones (164 libros publicados en el 2008 y 126 registrados en el catálogo de ventas de enero-octubre de 2009) siguiendo el modelo económico editorial que rige en el nivel mundial, tan bien profetizado por el editor norteamericano André Schiffrin en su mítico libro La edición sin editores.

De hecho, la editora y crítica literaria Margarita Valencia, miembro del Observatorio Iberoamericano de la Edición Independiente, parece seguir de cerca el análisis de Schiffrin cuando señala que el tamaño del catálogo no es medida de calidad, sino una tendencia comercial. “Los editores -afirma Valencia- dejaron de tener tiempo para sus libros, porque el tiempo transcurrido entre el pago de los anticipos y el momento de la publicación empezó a ser muy costoso, además de que los libros tenían tan corta vida en las librerías, que no valía la pena detenerse en los detalles”.

Tal vez una anécdota reciente pueda ilustrar la transformación del libro como contenedor de conocimiento a vulgar objeto de moda: Hilo de sangre azul, la más reciente novela de la periodista Patricia Lara, con su trama fácil y efectiva, se vendió bien gracias a los buenos contactos de la autora con la prensa, que le dio un buen cubrimiento. Ahora, de cara a la navidad, a Planeta se le ha ocurrido la pintoresca idea de publicar el libro con un folleto “extra” que incluye las recetas que la protagonista de la novela cocina a lo largo de la novela. Es como cuando te venden la película Shrek con el muñeco de plástico incluido.

Los números, por su lado, confirman el panorama que todos los entrevistados intuyen: poca literatura colombiana (Alfaguara publicó solo seis novelas colombianas), pronunciado énfasis en títulos nacionales de coyuntura (Confesiones de una guerrillera, de Zenaida Rueda), cañonazos navideños (Jaque al terror, de Juan Manuel Santos) y exceso de autoayuda (Secretos de la energía positiva, de Hilda Strauss). El catálogo comercial de Intermedio-Círculo de Lectores igualmente abarca un gran número de títulos (99 en total, con 32 autores colombianos) que en su mayoría cubren temas como culinaria, conflicto armado y jurisprudencia. Comer, pelear, defenderse y rezar parecieran ser las únicas narrativas al alcance del consumidor de libros colombiano.

Los independientes
Uno de los últimos títulos publicados por la colección Libro al viento –que ya lleva 61 títulos cuidadosamente seleccionados, diseñados y editados– trae por primera vez la siguiente leyenda: “Distribución gratuita. Prohibida su venta”. Estos libros, publicados por la Secretaría de Cultura de Bogotá, se distribuyen de manera gratuita y hacen parte de un programa más amplio de promoción de lectura. Que alguien quiera vender un objeto que recibió gratis no parece raro en el país del rebusque. Raro es que alguien quiera comprarlo, y que exista demanda por un objeto animado por una filosofía anticomercial. La (¿ilegal? ¿feliz?) venta de títulos de Libro al viento muestra el éxito de un plan editorial protagonizado por la literatura. A pesar de que Libro al viento ha inspirado el surgimiento de programas similares en Medellín y Buenos Aires, en el 2010 el plan editorial de Libro al viento reducirá en un 50% su número de títulos publicados. Más contradicciones.

Por su parte, el sector independiente continuó consolidándose bajo la Red de Editoriales Independientes Colombianas, y registró el aumento del 45% en ventas con respecto al año pasado en la FIL de Bogotá. El más reciente catálogo reporta un total de 458 libros (con 79 títulos publicados este año; solo cuatro menos que en 2008) de poesía, novela, historia, ciencias sociales, arte y fotografía, y literatura infantil. Fundada en abril de 2008, REIC es una asociación de 27 editoriales independientes que busca abrir un mercado. Justamente, REIC y la Fundación Gilberto Alzate Avendaño lanzarán en diciembre un programa para promover la bibliodiversidad.

La bibliodiversidad es una metáfora que busca comprimir en una sola palabra la diversidad de libros, lectores, editores y librerías en un espacio determinado. La bibliodiversidad es además como un club de las especies en vías de extinción. Tal y como lo dice la Declaración de Editores Independientes Latinoamericanos promulgada el 29 de noviembre de 2005, la misma globalización económica que favorece la actividad comercial de grandes grupos editoriales está poniendo en peligro la creación y la diseminación de riqueza cultural de la cual son responsables editores y libreros. Un índice de bibliodiversidad podría ser el apabullante éxito de la librería del pabellón de México en la última edición de la FIL de Bogotá. Tan solo en los primeros cuatro días se vendieron 5.500 libros, por cerca de 70.000 dólares. No es de extrañar que los grandes grupos editoriales se quejaran.

Detrás de los independientes está la labor de la gerencia de literatura del Ministerio de Cultura, que con pocos recursos ha dado apoyo a la edición independiente mediante estímulos a publicaciones (Perros Bravos, de la editorial paisa Tragaluz, es una lindísima edición de cuentos cortos de Rodrigo Mora). En el 2008 y el 2009 se entregaron en total doce estímulos a pequeñas editoriales. En el 2010, explica Melba Escobar, de la gerencia de literatura, se entregarán 30 estímulos diferentes a publicaciones regionales.

Dada la importancia del apoyo otorgado por el Ministerio de Cultura, importancia reiterada por la directora ejecutiva de REIC, Carolina Cortés, y por el editor de la casa editorial independiente La Silueta, es importante que el mismo Ministerio direccione recursos en ese sentido. El próximo año el Ministerio de Cultura recibirá un aumento del 23,67% de su presupuesto en relación con el 2009 (el presupuesto más alto de esta cartera en los últimos diez años), con lo que aumenta así la esperanza de que se continúe fortaleciendo el apoyo al libro y la lectura. De otra forma, los comentarios de Ricardo Silva sobre la promoción de la lectura podrían tornarse proféticos y la literatura tendrá siempre los mismos 2.500 lectores. Muy mal para el país de mega bibliotecas que tanto nos gusta mostrar en publireportajes de Medellín y Bogotá.

24.12.09

Los sopores de Nicolás Morales


El sopor de Nicolás.

Ya he comentado que Nicolás Morales tiene los pantalones bien puestos a la hora de realizar sus críticas sobre el ambiente literario. Comenta en Arcadia sobre los premios, sobre los escándalos, sobre el alcalde Samuelito, sobre el fracaso que ha sido el VivaAmérica en Bogotá (con todo y Andrés Neuman, Casacuberta y Alan Pauls a bordo, y tantos más). En fin. Juzguen ustedes:
En este cierre de año no pueden faltar nuestros acostumbrados sopores. Sé que estamos en tiempo de reconciliación, pero qué más da, el picante no puede faltar en nuestras comidas navideñas. Por cierto, recomiendo a mis amables lectores y mis acostumbrados enemigos un blog que compite bastante bien en maldad con esta humilde columna: la bobada literaria. Verán allí que mis sopores son puros juegos de niños. En todo caso, juguemos:

Los premios 2009 de papel moneda. La industria editorial colombiana descubrió una vieja práctica importada por galeones españoles: otorgar cheques anticipados bajo el falso nombre de premios. Los felices ganadores de tan innovadora práctica comercial fueron este año Ángela Becerra (Premio Planeta) y Santiago Gamboa (Premio La Otra Orilla). Dicen que a Mauricio Vargas (Premio Bicentenario) no le alcanzó con las tarjetas de llamadas de Telefónica para constituir un real anticipo. Se alcanzaron a salvar de este frenesí William Ospina (Premio Rómulo Gallegos), que no debe certificar ventas al Ministerio de Cultura de Venezuela, y Evelio Rosero (Premio The Independent) con un soberbio triunfo, ese sí, lejano a las intrigas de corsarios y filibusteros.

¡Pies de arcilla! Después de los globos de mil colores, prepárense: Samuel prometió hacer, para el próximo año y con los impuestos de los bogotanos, 2.800 figuras en bronce del tamaño de los guerreros de terracota para celebrar el Bicentenario. Todo indica que también será necesario contratar el mismo número de expertos para poner un poco de orden en el despelote de las instituciones culturales de Bogotá, que va para su cuarta reforma.

Los libros del año, según Arcadia


Hiromi Kawakami.

De la lista rescato a Kawakami, con una bella novela, con una poesía en cada párrafo del libro; Autogol, aunque sé que Ricardo Silva no alcanzó a dejarla tal como la idealizó, todo por aquello de la presión editorial; el libro del poeta Framb, Del otro lado del jardín, con una narrativa muy sugestiva, febril, escrita con gran maestría; y claro, cómo no, el mejor libro del 2009, La geometría del agua, de Fernando Denis. La lista completa en Arcadia.

Los libros más vendidos...en Gran Bretaña


No es sorpresa. Rowling encabeza la lista.

1 JK Rowling 29,084,999 (£225.9m)
2 Roger Hargreaves 14,163,141 (£26.6m)
3 Dan Brown 13,372,007 (£74.1m)
4 Jacqueline Wilson 12,673,148 (£69.9m)
5 Terry Pratchett 10,455,397 (£77.2m)
6 John Grisham 9,862,998 (£65.9m)
7 Richard Parsons 9,561,776 (£49.2m)
8 Danielle Steel 9,119,149 (£51m)
9 James Patterson 8,172,647 (£53.8m)
10 Enid Blyton 7,910,758 (£31.2m)

11 Bill Bryson 7,409,656 (£61.2m)
12 Patricia Cornwell 7,355,180 (£49.8m)
13 Jamie Oliver 7,244,620 (£89.5m)
14 Daisy Meadows 7,149,788 (£24.1m)
15 Ian Rankin 6,848,039 (£44.3m)
16 Julia Donaldson 6,621,594 (£33.7m)
17 Alexander McCall Smith 6,609,779 (£40.6m)
18 Francesca Simon 6,564,681 (£31.6m)
19 Bernard Cornwell 6,297,911 (£45.5m)
20 Roald Dahl 6,169,406 (£33.8m)

21 Martina Cole 6,021,960 (£41.7m)
22 Philip Pullman 5,544,376 (£35.8m)
23 Stephenie Meyer 5,487,313 (£32m)
24 Maeve Binchy 5,476,134 (£37.6m)
25 J R R Tolkien 5,280,406 (£50.6m)
26 Delia Smith 5,269,783 (£58.7m)
27 Stephen King 5,268,577 (£38m)
28 Marian Keyes 5,029,363 (£31.7m)
29 Jeremy Clarkson 4,913,989 (£35.1m)
30 Josephine Cox 4,651,166 (£24m)

31 Sophie Kinsella 4,528,095 (£27.7m)
32 Jodi Picoult 4,514,620 (£24.1m)
33 Terry Deary 4,495,655 (£21.6m)
34 Anthony Horowitz 4,304,041 (£23.6m)
35 Lemony Snicket 4,220,508 (£23.9m)
36 Andy McNab 4,123,633 (£30.4m)
37 Ian McEwan 4,040,887 (£27.7m)
38 Wilbur Smith 3,871,484 (£30.1m)
39 Michael Connelly 3,785,330 (£23.5m)
40 Sebastian Faulks 3,782,665 (£27.5m)

41 Kathy Reichs 3,514,087 (£22.2m)
42 Helen Fielding 3,473,003 (£22m)
43 Cecelia Ahern 3,422,899 (£19.5m)
44 Joanne Harris 3,392,198 (£21.2m)
45 William Shakespeare 3,333,670 (£17.8m)
46 Carol Vorderman 3,315,641 (£11.2m)
47 Chris Ryan 3,289,855 (£21m)
48 Lee Child 3,274,928 (£20.2m)
49 Dave Pelzer 3,217,905 (£20.2m)
50 R L Stine 3,096,584 (£13.1m)

23.12.09

Jorge Franco al teatro


Portada de Melodrama.

A Jorge Franco la idea de llevar su más reciente obra literaria 'Melodrama' al teatro lo tomó por sorpresa. Él, acostumbrado a que su prosa se adapte al cine -como pasó con Rosario tijeras y Paraíso Travel- le pareció insólito que el productor Joaquín Valencia (el mismo de Cabaret y El principito) le planteara la idea de llevar a las tablas la pieza literaria.

"Casi me voy de espaldas, pues todo me imaginé menos que se pudiera pensar para el escenario. La verdad, Melodrama es la obra más literaria que he escrito, en el sentido en que me planteé que no fuera tan fácil de llevar al cine", comenta Franco desde Medellín.

Según dice, lo que sí tenía claro era que no iba a caer en ningún tipo de encasillamiento o esquema de escritor de séptimo arte. "Melodrama cuenta la historia de una familia atípica colombiana, mejor dicho una familia disfuncional en la que se reflejan situaciones muy fuertes relacionadas con el maltrato, el conflicto de intereses, el incesto y hasta esos pequeños infiernos que se gestan porque sus miembros no pueden vivir juntos, pero tampoco pueden separarse", asegura el autor, que al final accedió a que se trabajara en el montaje teatral, que se estrenará a principios del 2010.

El autor adelanta que la pieza ofrecerá una mirada centrada en algunas situaciones puntuales de la familia y trabajará los diálogos y las acciones con una buena dosis de tecnología. "No podía estar limitada a las leyes del teatro tradicional, en ese aspecto tengo claro que buscará otros lenguajes para contar la historia y tendrá personajes virtuales que interactuarán con los que estén en escena", dice.

Franco comenta que Melodrama está influenciada de alguna manera por las tramas que se manejan en la telenovela; según dice, por esa cercanía y cotidianidad que él mismo experimentó con ese género televisivo en su adolescencia (ahora tiene 47).

"Las relaciones familiares tienen ese elemento dramático y un tanto exagerado que se planteaba en televisión, pero también ofrece detalles más sórdidos. Algo que se nota en las páginas es que todos los acontecimientos parecen estar marcados por un destino o consecuencia del que es difícil escapar", agrega.

El escritor también asegura que esta adaptación le dio la oportunidad de reencontrarse con las artes escénicas, más allá del papel de simple espectador. "Siempre me ha gustado el teatro. No pierdo la oportunidad de ver algunas de las obras que se programan y cuando vivía en Medellín, era de los que armaba viaje a los festivales nacionales como el Iberoamericano", cuenta.

En este momento, Franco asesora al director de la puesta en escena, Miguel Urrutia, mientras trabaja en un nuevo proyecto literario.

"Con esta experiencia, siento que el lenguaje teatral está más cercano a la literatura que al cine. Los diálogos y situaciones que se plantean en las páginas de Melodrama se han ido ajustando muy bien al esquema teatral, yo me acuerdo que en Paraíso travel tuvimos que hacer muchos cambios, es que el cine es más de la calle", finaliza.

Mil años de la poesía española


Francisco Rico.

Así se llama la nueva antología que recientemente se publicó en España, a cargo del académico Francisco Rico. Lo entrevistan en La vanguardia, publicado por la Revista Ñ:
¿Un antólogo es un notario de lo que el tiempo decanta, o bien reemplaza al tiempo en esa labor de ponderación?
La literatura es una tradición. Nadie se levanta y escribe un soneto sin haber leído antes muchos sonetos. Pero esa tradición está regida por la ley del péndulo, que hoy adora a unos poetas y mañana los desdeña: durante dos siglos, Góngora fue un autor despreciado. Al antólogo le toca reconocer el canon de la tradición a la altura de cada tiempo, los textos que permanecen y los que no se habían estimado y con la perspectiva histórica resultan ser más actuales que otros en su momento muy elogiados,

No es un ejercicio cómodo...
Juego con ventaja. De Quevedo hay media docena de piezas imprescindibles. Pero si uno se pone como límite una docena, la otra media queda al gusto del antólogo, y el lector le tolerará que muestre esas preferencias, aunque las suyas sean otras.

Pensaba más bien en la exclusión de algún autor.
Si he quitado a alguno, como Miguel de Barrios, un poeta judío que murió en 1701 y es muestra de la decadencia del Barroco, ha sido para hacer sitio a otros, por ejemplo a los que cultivaron la poesía erótica con tanto ingenio como desvergüenza.

Pero usted da más importancia a la "tradición" que a su aportación personal, que justifica como una licencia que ha de ser perdonada.
Es una forma de quitarme responsabilidades, de decir que los errores, unos son míos y otros de la tradición. El terreno más resbaladizo es el de los autores que he añadido en esta nueva edición, que ya llega hasta los nacidos en 1960, una Blanca Andreu, un Àlex Susanna o un Carlos Marzal. Ahí cabe no poca discusión, y la verdad es que no están varios que me gustan más que otros sí que he incluido. Pero también ahí he podido guiarme por algunos criterios objetivos. Por ejemplo, Google...

¿Por el número de entradas que tenga un poeta?
La labor de un científico, su reconocimiento, se mide hoy por el número de menciones que logra en los trabajos de otros científicos, y Google tiene incluso herramientas para ese objeto, de las que a menudo depende la valoración de un investigador. No hay que tenerle miedo a tomar esos datos como punto de referencia. Claro que existen otros, como las antologías hechas por votación de críticos y creadores. Y para los más jóvenes a mí me ha sido también muy útil fijarme en quienes ya han publicado unas "poesías completas".

De las últimas corrientes como tales que incluye en la antología, ¿cuáles le interesan más?
Entre la que llaman "poesía del silencio" y la "poesía de la experiencia", me inclino por la segunda, pero porque me tira más lo clásico. Si tuviera que recomendarlas, diría que la primera es más para poetas y la segunda para lectores que no son poetas.

Y con la poesía reducida a un mercado de élite, casi endógamo ¿siguen funcionando las capillas?
Hay casos raros de un poeta que se abre paso solo, pero lo común es que se dé a conocer como parte de un grupo. Casi desde siempre, en cada provincia hay una tertulia, que hoy a su vez publica una revista y cuenta con el apoyo de una institución local, y ese es el grupo que tiene el poder.

Pero la poesía apenas mueve dinero...
Que sí. También en la poesía hay grupos de presión y editoriales, algunas óptimas, con gran control del mercado. Una tertulia de poetas de Sansueña que tiene en sus manos una revista y dirige una colección es en sí mismo un grupo de presión.

¿A pesar de ser un mercado casi clandestino y de haberse convertido en un arte elitista, cuando fue una expresión artística puramente popular?
La poesía ha vivido un proceso paralelo al de las artes, un progresivo ensimismamiento. En otras épocas los poetas populares convivieron con las vanguardias. Luego la individualidad del autor se convierte en el centro de la obra de arte y los artistas, poetas incluidos, van encerrándose en sí mismos y reservando su obra a los iniciados

¿Se vende bien la poesía?
La poesía secreta tiene muchos agentes. Estoy seguro de que en este local [un pub de la calle Alfonso XII, muy cerca de la Real Academia de la Lengua, en Madrid] hay un buen porcentaje de ellos. Y los autores de poesía secreta, a menudo con cajones llenos de versos, son también lectores de poesía. Es cierto que, mayormente, se lee a los poetas clásicos y muy poco a los nuevos. Pero cada edición de un Rimbaud, Leopardi, o Shelley, se vende continuamente, siempre están en las librerías. Y si observa a las principales editoriales especializadas, Visor o Hiperión, por ejemplo, no son grandes imperios, pero no se arruinan ni pierden dinero. Piense que los sonetos de Joaquín Sabina han vendido quizá 25 ediciones.

Cierto. Es curioso, porque se trata de un escritor con una obstinación en la rima que ni siquiera es común en la música, a pesar de sus ripios.
La buena rima es siempre creativa. Tiene un punto de exigencia que hace que los versos surjan por asociación. Y, si lo piensa, todo es ripio y nada lo es. Verá... [Francisco Rico pregunta entonces al periodista sus dos apellidos y sobre la marcha compone una cuarteta perfecta con ellos]. ¿Lo ve? Todo es ripio y nada es ripio.

Tiene usted facilidad para la rima, está claro.
Hablando en serio, esa facilidad es indispensable para la poesía. Un poeta que tiene que contar la sílabas o buscar las tónicas de un verso, no es un poeta. Con Carlos Barral jugábamos a marcar el ritmo de un verso con golpes sobre la mesa y adivinar de qué poema clásico se trataba.

¿Es usted el niño travieso de la Academia?
No más que en otros sitios. Álvaro Pombo me dice: "Paco, tú lo que eres es ganso". Pero es que en los sitios serios hay que saber no tomarse a uno mismo en serio.

En los últimos años parece que la Academia ha estado con más frecuencia en la esfera pública y en el debate. Incluso político.
Fernando Lázaro Carreter le dio un rigor científico que había venido faltándole; Víctor García de la Concha le ha añadido proyección, y sobre todo un formidable vuelo en Hispanoamérica. Creo que ahora a la Academia le toca volverse de nuevo más hacia adentro, con empresas como el diccionario histórico.

Los chicos no se divierten tanto con el método tradicional de enseñanza de la literatura, el cronológico, de la antigüedad a nuestros días. No crea muchos nuevos lectores.
Todo el modelo de enseñanza debe cambiarse, al menos en lo relativo a las humanidades. No se puede vivir de Cicerón y Virgilio y sin Kafka ni T.S. Eliot. Hay que enseñar el canon moderno, y no perpetuar la forma en que se enseñaban hace cincuenta años las humanidades. También aquí hay que aprender de Google.

¿Google?
Se trata, a partir de una lectura, de establecer links con otras artes, la pintura o la música, o con otros momentos históricos. Ir proponiendo relaciones interesantes y relevantes entre obras y autores. Y en ese nuevo currículum, la poesía puede ser utilísima; y a la gente le gusta si se la presentas bien. Puede dar mucho juego

Sale a la venta el nuevo libro de RENATA, 2009


Giovanni Castaño, uno de los elegidos. Perdóname Giovanni, no encontré una mejor foto tuya...

Realmente no es del 2009, ni del 2010. Me explico. Se escogieron los "mejores" cuentos escritos por los talleristas participantes de los últimos años de RENATA. Siendo así las cosas, el jurado escogió a 18 narradores con igual número de cuentos. Dicen en el artículo de Cambio, que son la representación de la nueva narrativa colombiana. Aquellos que vendrán. Amanecerá y veremos, como siempre:

Todos tenemos una historia que contar. En buena parte de los casos, estas historias envuelven el contexto de donde salen: la cárcel, una soleada mañana de visitas; el silencio de un caserío selvático, un amanecer después de un atentado; la quietud de un pueblo cuyos habitantes han ido perdiendo poco a poco la memoria.

También hay quienes tienen otras historias, más fantásticas, urbanas o intimistas: un hombre que se cree árbol y avanza muy rígido en su moto para no perder sus hojas; una mujer en el consulado de Chile pidiendo un visado que le será negado si no lee a uno de los autores chilenos más destacados; un hombre que al cruzar la calle no sabe si sacar la mano o el revólver para saludar a su compadre.

Es la vida que pasa día a día en las ciudades, los pueblos, las carreteras, los cafés, la selva, el desierto de este país tan diverso. Quienes escriben tienen un rasgo en común: son personas que han hecho parte de alguno de los más de 40 talleres que conforman la Red Nacional de Talleres de Escritura Creativa (Renata), proyecto del Área de Literatura de la Dirección de Artes del Ministerio de Cultura, que busca fomentar la lectura crítica y la escritura creativa en el ámbito nacional.

Renata es un espacio que aglutina talleres ya existentes para ofrecerles visitas de escritores, trabajo de edición en línea, dos antologías anuales con los mejores textos del país, dos encuentros nacionales, entre otras actividades que buscan poner en circulación los escritos de personas con historias tan únicas como la voz propia que las narra, el contexto donde nacen y la pluma que les da vida.

Escribir como una manera de volver la mirada sobre la realidad, escribir como catarsis, escribir para visitar el pasado. Como lo dijo Patricia Miranda, editora de la última antología de la Red: "La mayoría de la escritura que se hace en Colombia es tan desconocida como sus parajes. Los escritores que continuarán con la literatura colombiana están por leerse".

En esta selección encontrarán relatos que bien podrían ser incluidos en una antología de cuento colombiano del siglo XXI. También encontrarán historias de creadores noveles enfrentándose por primera vez a la página en blanco. En algunos casos, las historias plasmadas en el papel han hecho parte de la tradición oral largo tiempo, antes de ser llevadas al papel. Algunos de estos nuevos escritores han sido merecedores de importantes premios y reconocimientos a nivel nacional, otros son amas de casa, estudiantes universitarios, servidores públicos, técnicos en sistemas, desempleados o reclusos en diferentes centros carcelarios del país.

La mil noches y una noche


Por la editorial Alfaguara.

¿Qué decir? ¿Vargas Llosa reinventando a Sherezada? Así parece. Un nuevo libro del peruano salta a las librerías. Lo comentan en ElBoomeran(g):
La figura del contador de historias, el teatro y la lectura se funden en esta versión del gran clásico de la literatura, que fue representada en Madrid, Sevilla y Tenerife. En Las mil noches y una noche Mario Vargas Llosa nos acerca a uno de los personajes literarios más seductores y perennes en todas las lenguas y culturas.

Contar cuentos

Gracias a su inventiva prodigiosa y a sus sutiles artes de contadora de cuentos, Sherezada salva su cabeza de la cimitarra del verdugo. Arreglándoselas cada noche para tener a su esposo y señor, el rey Sahrigar, fascinado por sus historias, e interrumpiendo su relato cada amanecer en un momento particularmente hechicero de la intriga, durante mil noches y una noche consigue aplazar su ejecución hasta que, al cabo de esos casi tres años, el sanguinario monarca sasánida le perdona la vida y comienza para la pareja
su verdadera luna de miel.

Sherezada lleva a cabo una verdadera proeza, sin duda. No puede devolver la vida a las decenas de muchachas sacrificadas a lo largo de un año por el déspota salvaje que vengaba en esas efímeras esposas de una noche la humillación que había sufrido al verse engañado por sus disolutas concubinas de antaño, pero, con sus astucias de gran narradora, desanimaliza al bárbaro que hasta antes de casarse con ella era puro instinto y pulsión y desarrolla en él las escondidas virtudes de lo humano. Haciéndolo vivir y soñar vidas imaginarias, lo enrumba por el camino de la civilización.

¿Qué decir? Leerlo, pero recordemos que suele ser mejor la primeras partes de una película...

Sobre Kawabata


Kawabata.

Alberto Silva, de Radar libros, nos habla sobre ese gran escritor japonés que fue Kawabata. Un bello artículo, donde rescata el novelista nipón. Algo más. Se lee mucho mejor, muchísimo mejor, la historia aquella de mis putas tristes que "triste" y fallidamente narra Gabo.

Tal vez el instinto permite atisbar su misterio a través de la trama y nos deja sumidos en textos que casi ya no prosan, de puro estar al borde del poema. O tal vez su tenaz realismo nos deja tranquilos, a salvo del brillo del falso exotismo, ese que siempre asedia. En medios urbanos cosmopolitas, over-projected como el nuestro, la notoriedad de Yasunari Kawabata se traduce en frecuente publicación y continuado esfuerzo crítico. El hecho es que en el sinuoso sistema de la cultura japonesa este escritor cumple, por partida doble, un rol providencial. Consiguió (sin apenas buscarlo) ser tenido por maestro, gracias a una incansable labor de transmisión del archivo japonés desde su origen chino, revalorizando la tradición vernácula y elevando a una mujer, Murasaki Shikibu, al podio de campeona de todas las artes. En contradicción sólo aparente, fue pionero en romper el serrallo del casticismo nipón auto-referencial. Ambos procedimientos combinados le ayudaron a escribir una serie de novelas imperdibles que plasman (de manera sutil, oblicua) la biografía de su propio personaje: un japonés de los de antes, torturado por vivir tiempos de ahora (que por momentos le fascinan), aunque atento a retornar a lo pasado. Situado en el centro de la escena durante décadas (la compartió con pares como Junichiro Tanizaki y, luego, con su discípulo Yukio Mishima), a ojos de todos Kawabata corporiza el típico drama nipón: ciudadano de un país con fuerte impronta norteamericana, tras breve deriva extranjerizante decidió retornar poco a poco a su raíz tradicional. Con el alma partida, como Mishima, el periplo del viejo maestro parece invertir el del joven discípulo: en vez de buscar respuesta en tiempos venideros (eso haría Mishima), Kawabata reconstruye un espacio ya sido y allí busca nuevo aliento. Tal es el corte característico del escritor de Osaka. Así lo entienden aquellos que lo leen y comprenden su aventura personal.

Buceando en el archivo

No hay conexión posible con el misterio sin intervención de un médium, figura excepcional que nos abre la puerta a mundos intrigantes vedados. Pocas tradiciones culturales nos resultan tan enigmáticas como la japonesa. Pero quizá ningún barquero nos parecerá más diestro que Kawabata para conducirnos, con pulso firme, hasta la orilla nipona. Sin embargo, la de médium es una condición terrible. Tuvo que ser apabullante para Kawabata incorporar (eso hace el médium: albergar en su cuerpo), en sus escritos y en su vida, al entero Japón clásico, el de los siglos X a XX (re-visitado sin cesar y profundizado año tras año). Gente que lo conoció piensa que esta creciente mediumnidad acabó por destruirlo, empujándolo a buscar descanso en el acortamiento voluntario de sus días.

22.12.09

Dos libros de John Lennon


John Lennon.

La editorial catalana Global Rhythm Press acaba de publicar en un solo tomo y en edición bilingüe (inglés y castellano) dos obras surrealistas del célebre Beatle John Lennon: Por su propio cuento y Un españolito en obras.

Se entiende que le interesara a John Lennon el surrealismo, con su búsqueda de las emociones, del inconsciente, a través de imágenes y de asociaciones, lejos de lo racional. Que le interesara, especialmente, entre 1964 y 1965, cuando salieron estas obras. Los Beatles estaban en pleno éxito: 3.000 fans los habían recibido en el aeropuerto de Nueva York en febrero de 1974, 74 millones de personas los vieron por televisión en esos días en The Ed Sullivan Show. El mundo sentía, amaba, protestaba y movía las caderas al ritmo que marcaba el grupo.

John Lennon, por su parte, seguía su búsqueda. Así fue que sacó, en inglés, estas dos obras, que, según señala la editorial en un comunicado, "recogían las manifestaciones más disparatadas de su ingenio verbal y visual". Se trataba de, "dos pequeños desvaríos que serían terminantemente clasificados en la muy socorrida categoría de 'inclasificable'".

"Por su propio cuento" (en inglés "In his own write" es una serie de historias cortas publicadas en marzo de 1964, donde Lennon hace gala de la asociación libre y la improvisación. Por sus propios medios, el lector tiene que encontrar el significado que Lennon propone o crear uno propio.

En 1968, "In his own write" fue convertida en una obra de teatro, que se estrenó en el Teatro Nacional, en Londres. Victor Spinetti, quien trabajó con Lennon transformando el texto en teatro, dijo que la obra se trataba "de la infancia de cualquiera de nosotros; de las cosas que nos ayudaron a ser más conscientes" Como para dejar claro de qué va la cosa, desde el principio, el título "Un españolito en obras" es ya un juego de palabras. En inglés se llama "A spaniard in the works", lo que remite a "spanner in the works". Y tirar un "spanner in the works" es algo así como "echar un jarro de agua fría".

Desde el punto de vista técnico, dice la editorial Global, con estos dos textos Lennon "reinventa (o más bien revienta) la vieja fórmula del non sense llevándola hasta sus límites más insensatos", es decir al borde del absurdo.

Ilustra esa visión del absurdo el inicio de sus cuentos de hadas. Por ejemplo, el tradicional "Érase una vez..." es sustituido en el cuento Quitanieves y unos cuantos enanos por "había una vez hace mucho viento (digamos unos trescientos arios atrás) un estúpido bosque donde vivían unos cuantos enanos o cretinos, todos ellos llamados Moscoso, Muñón, Mulito, Zafio, Sonrisitas, Alice?, Derqui y Wimpi". La traducción, que necesariamente en este tipo de texto es una creación orginal, estuvo a cargo de Andy Ehrenhaus.

Sin entusiasmo


Gutierrez Aragón.

Sin mucho entusiasmo, como había comentado antes, ha sido recibido la ópera prima de Manuel Gutiérrez Aragón, Premio Herralde de novela. Culego aquí el primer capítulo del libro, para que vayan teniendo una idea, muy superficial eso sí, de la obra.

Pincha aquí para leer.

Providence, finalista mayor


Ferré.

En Anagrama pasa algo curioso, a propósito del último Premio Herralde. El ganador ha recibido más críticas no tan entusiastas como el finalista Juan Franciso Ferré. Dicen en el diario ElPaís:
Hace cinco años, en estas mismas páginas, critiqué agriamente una novela de Juan Francisco Ferré. Se trataba de la para mí fallida La fiesta del asno. He vuelto a leerla y me sigue pareciendo fallida. Ahora leo Providence, finalista (¿y por qué no ganadora junto con la de Gutiérrez Aragón?) del Premio Herralde y tengo la sensación de haber leído una novela mayor, independientemente de que se comparta o no su soporte ideológico, una moral o no-ideología en sentido nietzscheano. No creo que se satisfaga la curiosidad de los lectores intentando resumir una trama tan milimétricamente fragmentada, con el espíritu que alienta toda una corriente narrativa actual, entre los cuales no es ajeno Fernández Mallo o los análisis literario-mediáticos de un Eloy Fernández Porta. Puede adelantarse que ésta es la historia de un cineasta español llamado Álex Franco. Es autor de una película que obtuvo alguna que otra crítica benevolente en Cannes, pero no la de un crítico de EL PAÍS. Ahora está en Providence, la ciudad en la que nació el maestro del terror H. P. Lovecraft. Antes ató un fáustico acuerdo con una mujer en Marraquech. En Estados Unidos se disparan todas las tramas posibles e imposibles con tal de que Álex Franco termine sus días como va a terminar. Esto lo sabremos en un genial diálogo entre dos mujeres en un ascensor, una secuencia que es imposible concebirla si no se tiene el talento narrativo que demuestra tener Ferré. Providence es una novela poliédrica. Voces directas e indirectas plasman la locura y la tenebrosidad de un mundo (pos-11-S) irrespirable, paranoico e irrealmente real. Juan Francisco Ferré ha diseñado un artefacto que desmitifica la nueva racionalidad virtual. Con una lengua literaria ágil: a la vez maliciosa, y llena de esa helada ironía que desplegaba el gran Nabokov. Novela de la totalidad en torno a una alienación de nuevo cuño, infinitamente más letal que la que pudo imaginar el mismísimo Marx. Providence tiene ese aire de posmodernidad lúcida que hallamos en V y El arco iris de la gravedad, de Thomas Pynchon. El nihilismo constructivo que ofrece la novela con mayúscula.