30.7.10

Poema del Viernes # 29


Fernando Herrera Gómez ( Medellín, Colombia, 1958)


POEMA DE ANIVERSARIO

Y si aquella noche
yo no te hubiera visto
en medio del tumulto
en la galería de arte donde se exhibían
viejas fotografías del cine mexicano

Y si no hubiera estallado
las trompetas del mariachi
en la primera planta
Y si no te hubieras puesto con tanta gracia
el sombrero de charro
que le arrebataste al que tocaba el guitarrón
Y si no me hubieras pedido
el emblemático cigarrillo aquel
qué hubiera sido de nosotros
en todos estos años
Qué hubiera sido de nuestros cuerpos
que ahora se buscan con urgencia
A dónde hubiera ido este amor
que hoy ríe y riñe en la cocina.

Ah¡ Fragilidad de la vida
apoyada en la levedad de lo fortuito

28.7.10

La oscuridad de Volpi


Publicado por Salto de página.


Dicen que Oscuro bosque oscuro es una de aquellas novelas extrañas. Entre prosa poética, ensayo, no ficción...en fin. De Volpi, se puede esperar cualquier cosa. Lo mejor es que lo que escriba, siempre será brillante, sin duda. Lo comentan así en El Boomeran(g):


Reunir a todos los insectos en el atrio de la iglesia. Escoltarlos hasta el corazón del oscuro bosque oscuro y, una vez allí, uno tras otro, disparar con pulso firme entre las costillas y el omóplato. Éstas serán las terribles instrucciones que en la Alemania de 1945 habrán de cumplir los quinientos civiles reclutados para integrar el batallón 303 de la policía de reserva.

Y tú, lector, eres uno de ellos.
En esta historia el recuerdo del horror atraviesa incluso las narraciones infantiles, convocando sus versiones más cruentas. Con su última y más poderosa novela, Jorge Volpi aborda de nuevo los temas centrales de su obra -el mal, la culpa, la memoria- con una fuerza expresiva arrolladora, donde el lenguaje recupera su antiguo poder fabulador.


«El subtítulo de la última novela del escritor mexicano Jorge Volpi resume bien su contenido: "Una historia de terror". Conviene aclarar inmediatamente que no se trata de aquel terror sobrenatural al estilo de Horace Walpole, ni del terror mórbido de las sepulturas como lo cultivó Cadalso, ni, en fin, del terror de ciencia-ficción de Mary Wollstonecraft en Frankenstein. El terror aquí aparece representado por la guerra y por el embrutecimiento que sufren quienes se ven sometidos a la obediencia jerárquica.

»Oscuro bosque oscuro cuenta la historia de un batallón formado por hombres maduros que en algún puerto de Europa oriental -allí se bebe vodka- reciben órdenes de "limpiar" de "insectos" algunas poblaciones del interior. Antes de emprender esta tarea el capitán les da la opción de abandonar, pero de los 500 soldados sólo 13 se vuelven a sus casas, porque casi más aterradora que la obediencia jerárquica es esa presión del grupo que obliga a casi todos a seguir adelante. De ahí que también nosotros los lectores, como recuerda constantemente el narrador, vayamos con los soldados a participar del crimen que ellos han de instaurar y de sufrir. Como en otras ocasiones, la inteligencia literaria de Volpi le lleva a emplear varios cuentos populares para narrar alegóricamente los sucesos. Y si con estas variaciones incorpora a la novela tradición literaria, con sus anáforas y versículos da una levedad contundente a la estructura y redondea este libro hermoso e inquietante.» Fernando Castanedo, Babelia, 10 de julio de 2010


Primera tarea (Fragmento)
A las 14:00 en punto,
así quedará asentado en los informes,
el sargento Amat y el subteniente Drajurian se encuentran ya
en el oscuro bosque oscuro,
rodeados por sus hombres,
listos para acometer su drástica tarea.


Los hombres de la primera y la segunda unidad del batallón
303 de la policía de reserva se dividen en pelotones,
cada uno con cinco miembros que habrán de sucederse,
uno tras otro, uno tras otro,
en su drástica tarea.


Tú formas parte del segundo pelotón, lector,
junto a otros cuatro ancianos,
un sastre, un carnicero, un vendedor de enciclopedias y un
sordo policía retirado.


Tiritas bajo el sol del verano, lector.


A todos,
repite el capitán como una máquina.


Han de ayudarse con la bayoneta, caballeros,
explica el médico militar,
un viejo de dedos ganchudos y rostro cetrino,
sostengan el arma con firmeza, sin temblar, y coloquen la
bayoneta aquí,
justo aquí,
el médico señala un punto entre el omóplato y las costillas
del voluntario,
la bala atravesará la epidermis y el delgado tejido muscular,
esquivará los huesos y se alojará directamente en el músculo
cardíaco,
pero han de ser muy cuidadosos, caballeros,
matiza el médico,
si el ángulo se desvía un poco hacia arriba o un poco hacia
la izquierda, un poco hacia abajo o un poco a la derecha,
desgarrarán el cuerpo inútilmente, causarán dolores
insufribles y prolongarán la agonía de modo interminable,
caballeros,
mantengan firme el pulso
utilicen la bayoneta como guía y, sólo cuando estén seguros
de no errar,
aprieten el gatillo,
la bala viajará directo al músculo cardíaco, caballeros,
así evitarán dolores innecesarios, una agonía prolongada y, lo más importante, caballeros,
lo más importante en estos días,
así no desperdiciarán una bala.

La elegancia del erizo


La portada.


Con millones de copias vendidas en 30 idiomas, la novela La elegancia del erizo, de la francesa Muriel Barbery será la sensación en la FIL Bogotá. Semana publica una entrevista a esta prometedora escritora:

SEMANA: ¿Conoce algo de la literatura hispanoamericana?
Muriel Barbery: El mejor libro que he leído en los últimos dos años, Las vidas perpendiculares, es obra del mexicano Álvaro Enrigue. Incluya esto por favor, porque se trata de un libro magnífico.

SEMANA: ¿Le ha sorprendido el éxito de ‘La elegancia del erizo’?
M.B: Para serle sincera, yo misma estoy extremadamente sorprendida por el hecho de que mi novela tenga algún éxito. Yo pensé que era imposible. Cuando el libro fue publicado en Francia estaba convencida de que nadie lo leería. No estoy convencida de que se trate de una novela tan buena como la acogida que ha tenido.

SEMANA: A pesar del gran éxito recogido en Francia, ¿su libro también recibió fuertes críticas?
M.B: No tanto al comienzo, éstas llegaron después. Si eres escritor y no quieres tener ninguna crítica negativa hay que escribir una obra maestra. Si no la escribes, lo normal es que te critiquen. Eso está bien, me parece muy sano. Lo sorprendente es que las críticas aparecieran diez meses después de su publicación, cuando el libro comenzó a tener éxito. Jamás he tomado las críticas como algo negativo, aunque a veces las encuentro estùpidas. Es muy simple lo que ocurre con un libro: la magia funciona o no. Por una razón inexplicable el texto seduce al lector y todo lo que es débil en él no es tan importante o no seduce, y en ese caso la crítica es normal.

SEMANA: Del libro dijeron, por ejemplo, que era maniqueísta…
M.B: No estoy de acuerdo. Yo podría escribir una excelente crítica de mi propio libro sobre puntos que son verdaderamente pertinentes.

SEMANA: Ha escrito solamente dos novelas en un país como Francia donde se valora mucho la fecundidad literaria, al estilo de Víctor Hugo o Balzac.
M.B: Escribo muy lentamente. Seguramente no está dentro del espíritu francés, pero yo no puedo hacer nada porque para escribir necesito un largo periodo de ‘digestión’. Todos los escritores son muy diferentes, creo que todas las formas de escribir son específicas. Amélie Nothomb escribe tres novelas cada año. Admiro eso, pero no puedo hacerlo.

SEMANA: ¿Cómo ha vivido todo este éxito planetario?
M.B: El éxito es una palabra que no tiene ningún sentido para mí. La cosa verdaderamente importante es que ahora soy libre, tengo suficientemente dinero para consagrarme a la escritura, puedo viajar. Mis amigos no han cambiado. Tengo los mismos amigos que antes. No he cambiado de opinión sobre mis textos ni antes ni después del éxito. El hecho de que las ventas hayan sido enormes, para mí no quiere decir nada.

SEMANA: Uno de los personajes que más cautiva de su novela es el de Paloma. ¿Cómo se engendró ese personaje? Al parecer al principio no tenía tanto peso en la historia…
M.B: He aprendido tantas cosas desde la publicación del libro sobre el personaje de Paloma! Siempre ocurre de la misma manera: un día, por una razón que ignoro, escribo algo y un personaje surge. En aquella época mi marido me dijo a propósito de ese personaje: qué buena idea! es algo muy tuyo, por qué no le das una voz. Todo esto es imprevisible. La escritura es, para mí, como un encuentro amoroso. Conoces a alguien que te seduce y a veces funciona y otras no.

SEMANA: En "La elegancia del erizo" parece circular la idea de que la cultura no es un derecho exclusivo de una clase social.
M.B: Si, esto es muy importante. Creo que Francia es una sociedad de clases muy importante. Hay una apropiación de la cultura por una clase acomodada, muy arrogante, que me disgusta mucho. Soy hija de profesores de francés, fui criada en una casa donde había muchos libros. Y cuando comíamos juntos me hablaban de libros, fue una gran suerte. No todo el mundo la tiene. Cuando veo personas extremadamente talentosas y sensibles, pero absolutamente incapaces de acceder al arte y la literatura, que no han tenido esa experiencia, y que en consecuencia se sienten deficientes, me parece injusto. Cuando voy a una cena en la que hay muchos literatos me siento incómoda. Por el contrario, he llegado a subir a un taxi y hablado de arte o literatura con el conductor de una manera inesperada, con frescura y autenticidad. Soy feliz cuando en una cena hay alguien a mi lado que me pregunta si me gusta Rembrandt, pero en general ocurre que todo es estereotipado.

SEMANA: ¿Tiene problemas para establecer relaciones?
M.B: Es complicado vivir en París porque soy una persona muy discreta. Es muy difícil para mí entender que la gente no me vea como soy ‘yo’, sino como la escritora del exitoso libro ‘La elegancia del erizo’. Me da miedo todo eso, lo detesto.

SEMANA: Rapsodia Gourmet, su primer libro, también ha tenido mucho éxito.
M.B: ¿Qué más puedo pedir? La gente ha leído mi segundo libro, me envían cartas y gracias a este libro puedo escribir sin necesidad de trabajar. El resto es indiferente. De un lado hay personas que escriben textos más o menos buenos con cierto éxito y del otro lado hay toda una industria que pasa por la prensa, los editores, etc. La única cosa importante es porqué en un momento dado un texto borra todo esto y llega a tantos lectores. Ignoro la respuesta.

SEMANA: Se le ve muy poco en la televisión.
M.B: Eso es porque la mayor parte del tiempo me piden hablar de cosas que no tienen nada que ver con mis textos, cuando para mí lo importante es hablar de sus debilidades y sus puntos fuertes, de su capacidad de rendir cuentas con la vida, etc. Todo este desvío hace que no vaya a la televisión. Además, no me gusta ser filmada. La pregunta principal es si lo más importante es hablar de mi imagen o de mi texto. Hablamos de los autores o de lo que ellos escriben. En general, en 99 por ciento de los casos se habla de los autores. Los textos pueden defenderse ellos mismos, sin que el autor deba participar en un show televisivo.

Las memorias de RENATA


La red.


Bien podría ser el título de una novela, pero no. Mincultura lanza en formato pdf, y tengo entendido que próximamente en papel, las memorias de los encuentros de escrituras creativas que nacieron de la mano de Nahum Montt, en el CCGGM del Fondo de Cultura Económica. Los encuentros han sido interesantes, aunque otros....Pueden encontrar parte de las memorias en el siguiente enlace:

Pincha aquí.

26.7.10

Iván Thays en Colombia


El escritor peruano.


El bloggero literario más reconocido en América Latina, el peruano Iván Thays, dictará un taller sobre creación literaria el día Viernes 13 de Agosto, en el marco de la FIL Bogotá. Lo hará en el Salón José María Vargas Vila. Ya veré cómo le hago para escaparme aquel día del trabajo. (Jefe, si estás leyendo esto, ese viernes será otro día que te debo). Aquí la programación del taller-charla:

La estructura narrativa como método de enseñanza, Iván Thays
9-10:30 am ¿Qué es el orden de un relato? (Iván Thays)
10:30-11 am Café
11-12:30 am ¿Cómo escribimos un relato? (Iván Thays)
12:30-2:30 pm Almuerzo
2:30-4 pm ¿Cómo se estructura un relato? (Iván Thays)
4-4:30 pm Café
4:30-5:30 pm Conclusiones (Iván Thays)
6:30 pm Coctel de presentación de las publicaciones de RENATA
8:30 pm Cena RENATA

Poesía al ataque


El post.


Algo está sucediendo con la publicaciones de poesía en nuestro país. Algo se está agitando en las universidades, en las editoriales. Algo pasa. Y que siga pasando. Lo digo por la colección Un libro por centavos, de la U Externado. Lo digo por la Colección Viernes de Poesía de la U Nacional. Lo digo porque Norma está madurando la idea de volver a publicar una Colección de Poesía. Lo digo por REIC. Lo digo por la reciente Colección de la U Javeriana. Y, hablando de ésta última, la presentación oficial será este miércoles en el Gimnasio Moderno. Los dos primeros poetas: Juan Felipe Robledo y Jorge Cadavid. Por Facebook lo presentan así:

LA AGENDA CULTURAL DEL GIMNASIO MODERNO INVITA AL LANZAMIENTO DE LOS DOS PRIMEROS TÍTULOS DE LA COLECCIÓN DE POESÍA DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA:

EL DON DE LA RENUNCIA DE JUAN FELIPE ROBLEDO
HERÁCLITO INASIBLE DE JORGE CADAVID

...PRESENTACIÓN A CARGO DE CRISTO RAFALE FIGUEROA Y FEDERICO DÍAZ-GRANADOS Y LECTURA DE POEMAS.

ENTRADA LIBRE

COPA DE VINO

Sobre Isaías Peña


Isaías Peña.


En Colombia, especialmente en Bogotá, ¿Quién no conoce a Isaías Peña? El hombre bonachón, el fundador del mejor taller de narrativa en nuestro país, el escritor, el editor, el corrector, el lector, el profesor, el maestro...en fin. Es un hombre con demasiadas facetas. Hablamos de él por dos motivos: felicitarlo porque el semillero que ha creado, el taller de la Universidad Central, ahora es una carrera universitaria. Segundo, porque El espectador rinde un pequeño homenaje en sus páginas a este gran maestro de todos. Dice El espectador sobre Isaías:

Hace 29 años se comenzó a gestar el sueño. En el aula máxima de la Universidad Central, con presentación del novelista Pedro Gómez Valderrama, nació el Taller de Escritores que creó Isaías Peña Gutiérrez. En esos días proliferaban las tertulias literarias y, a imagen y semejanza de México, el narrador Manuel Mejía Vallejo regentaba su taller en la biblioteca Piloto de Medellín. El nuevo aporte, apoyado por el rector Jorge Enrique Molina, llenó un vacío y fue pionero en Bogotá.

Con el curso de los años, este escenario de discusión sobre la escritura creativa se convirtió en un anhelado destino para las nuevas generaciones de cuentistas y poetas. Por él fueron pasando, entre otros, los escritores Jorge Franco, Gloria Inés Peláez, Nahum Montt, Óscar Bustos, Óscar Godoy, Juan Álvarez o Miguel Manrique. Una vez a la semana, Isaías y los suyos se reunían a compartir secretos de su brega contra la hoja en blanco. Y no demoraron los premios.

Y con el mismo ritmo, grupos de amigos y egresados imitaron la dinámica del taller y fueron naciendo encuentros paralelos de escritores que empezaron a delinear sus propios rumbos. El centro de estudios Alejo Carpentier, con concurso de cuento propio; el grupo Tinta Fresca, que a finales de los años 80 y principios de los 90 tuvo hasta su propio impreso; o el grupo Maracuyá Azul, de las últimas generaciones de talleristas, que le agregó la innovación de las nuevas tecnologías.

Detrás de esa multiplicación de narradores y poetas, siempre motivador encantado, estuvo Isaías Peña, un aplicado intelectual nacido en Salado Blanco (Huila), que un día viajó a Bogotá en busca de conocimiento y en 1968 se graduó de abogado en la Universidad Externado de Colombia. Pero lo suyo siempre fue la literatura y antes de recibir su título ya escribía en las páginas de El Siglo una columna titulada “A ver qué pasa”, con entrevistas, reseñas, comentarios, la lucha de los escritores buscando ser leídos.

Su paso por el derecho fue efímero. Apenas unas clases como profesor de historia del arte en su alma máter. La literatura copó sus días. Primero en el Magazín Dominical de El Espectador con su columna semanal ‘El correo de los chasquis’, que firmó con el seudónimo de “Gustavo Budiño”, un personaje extraído de la novela Gracias por el fuego, de Mario Benedetti. Y luego en Lecturas Dominicales, de El Tiempo, donde rebautizó su columna como “Arca de papel”, con el seudónimo de “Esteban de la Cruz”.

Más de 20 años registrando el trabajo de los nuevos narradores. Su última columna la publicó en 2003, pero al momento de firmarla, ya con su nombre y apellido, había escrito ocho libros. Entre ellos, Manual de literatura latinoamericana, una guía fundamental en su momento, o La generación del bloqueo y el Estado de sitio, necesario para entender el desarrollo de la literatura colombiana. Y como buen huilense, la biografía del autor de La vorágine, José Eustasio Rivera, que considera su obra predilecta.


23.7.10

Tierraliteraria: VIII Premio Nacional de Poesía Eduardo Carranza


El poeta llanero Eduardo Carranza


Este blogger ha sido galardonado con el VIII Concurso Nacional de Poesía Eduardo Carranza. Es quizá el mejor instante de mi vida, literariamente hablando. Un Premio de poesía siempre será un acontecimiento, y, para ser sincero, no lo esperaba. Los jurados Federico Cóndor y Celedonio Orjuela escogieron la serie de poemas "Elementos del desterrado", sobre 216 propuestas de todo el país, como el ganador del concurso. ¿Qué puedo decir? Estoy más que feliz. Les dejo, entonces, el primer poema de la serie.


ELEMENTOS DEL DESTERRADO

I.


Para qué darte el agua
si desboca su barbarie entre los árboles
y sobre las casas sostenidas de guaduales.
Llueve una lluvia y dos lluvias y todo es una desmedida llaga
desastre y bruma, congoja y páramo.
Todo está quieto. El lodo
pesa como un cansancio de lo ya vivido
mientras los hombres escalan los tejados.

Del álamo caen las cepas más bajas
y son los brazos empotrados sobre el pueblo.

Calle abajo fluye un río.

Poema del Viernes # 28


Ko Un (Gunsán, Corea del Norte, 1933)


EL VIENTO

Nunca le pidas clemencia al viento
altas lilas silvestres y otras
blancas lilas aromáticas y otras
flores sin nombre y otras
una vez que se hayan marchitado sus hojas
brotarán nuevos tallos

No es demasiado tarde

22.7.10

De publicaciones


El logo de la serie de Caza de libros.


En la ya cercana FIL Bogotá 2010, aparecerá la revista La Perra # 0, editada por el grupo del taller de cuento de este año. El lanzamiento será el mismo día de la inauguración de la feria, es decir, el 11 de Agosto, a las 11 a.m. Allí se publicarán una serie de poemas de este blogger. Así que, !!!!ha adquirir la revista¡¡¡¡¡¡

Por otra parte, la editorial Caza de libros, de Pablo Pardo (Hermano de Jorge Eliécer Pardo y Carlos Orlando Pardo. Nada que ver con Hellman Pardo, aclaro. O quizá sí, en una LVII generación antepasada), publicará toda una hazaña: 50 poetas colombianos y una antología. Los poetas seleccionados para las obras personales son de gran repercusión a nivel nacional, tales como Jotamario Arbeláez y Jaime García Maffla, mi maestro. Yo tendré una pequeña parte de aquella selección. Estaré en la antología. "No clasifiqué" en la obra personal de los 50 poetas, ya que, como requisito, se deben tener, como mínimo, tres libros publicados de poesía. Para sorpresa de todos, el tiraje es nada más y nada menos que 50.000 copias. Así que, de nuevo les comento, ¡¡¡¡¡¡¡ ha adquirir la antología!!!!!!

21.7.10

El primer millón


El estadounidense Patterson.


¿Recuerdan aquella canción del grupo Bacilos, Mi primer millón? Eso es lo que ha obtenido James Patterson, después de vender más de un millón de libros electrónicos. Se puede, sí se puede señores. La nota en el ABC de España:

El novelista estadounidense James Patterson se ha convertido en el primer escritor que vende un millón de libros elctrónicos, según ha hecho público su editorial, Hachette Book Group, filial de la francesa Hachette Livres. El creador del detective Alex Cross, popularizado en el cine por Morgan Freeman, ha logrado vender la nada desdeñable cifra de 1,14 millones de e-books.

«Con cada vez más personas que leen en sus iPad crear ediciones digitales que sean interesantes, agradables para el lector y con características adicionales se vuelve cada vez más importante», subrayó Patterson en un comunicado. «Y si los libros electrónicos hacen leer a los que no tomarían un libro, entonces me alegro», agregó.
Amazon, considerado el mayor distribuidor de libros digitales en el mundo, no se ha manifestado al respecto, pero las obras de Patterson suelen ubicarse en sus listas de best sellers. Según Hachette, Patterson vendió más de 205 millones de copias en papel en el mundo.

Verano


Coetzee.


En un post anterior, comentaba sobre la nueva novela de Coetzee, la cual esperaba con ansias. Por fin la he leido. Le devoraba, le consumía. La trilogía del sudafricano terminó con esta obra. Definitivamente, uno de los tres genios que se idolatran en esta Tierraliteraria. Al leer Juventud e Infancia, te quedas perplejo ante la franqueza y el ritmo de su prosa poética. En el ADN cultura comentan el libro:

Engañosa y fascinante como un laberinto de espejos que esconde la figura verdadera entre la multiplicidad de imágenes que la reflejan desde distintos ángulos y bajo distinta luz, Verano es el resultado de una nueva búsqueda de caminos literarios que el sudafricano J. M. Coetzee emprende con la osadía que su imaginación le permite y la libertad que le concede su formidable arsenal lingüístico. Más que un libro de memorias en forma de novela, es una novela en cuya elaborada construcción se cuelan, entre pistas falsas y personajes reales o inventados, fragmentos de un retrato -el suyo- y datos de una biografía que no siempre resultan verificables. El juego entre ficción y realidad ha llegado aquí a su extremo. A pesar de que el nombre, muchos datos de su currículum y los títulos de sus obras coinciden con los del Nobel que desde 2002 reside en Australia, todo podría entenderse como pura ficción. Basta tomar en cuenta que Coetzee altera de entrada un hecho básico: el escritor, o más exactamente el personaje que en la novela se llama John Coetzee, ha muerto hace algún tiempo. Son otros los que deberán completar sus memorias, que han quedado truncas después de Infancia (2001) y Juventud (2002).

En aquellas dos primeras entregas de las Escenas de la vida de provincias que concluyen aquí, Coetzee se distanciaba de sí mismo mediante el empleo de la tercera persona y el tiempo presente. También Verano comienza así, con la lectura de una noticia que informa de otro episodio de violencia registrado en la Sudáfrica de los tiempos de la activa resistencia al apartheid. Hasta que repentinamente un párrafo en bastardilla (un mensaje del autor para sí mismo, algo así como "Profundizar aquí" o "Desarrollar tal tema") avisa que lo que estamos leyendo es apenas un puñado de apuntes para un futuro libro, presuntamente Verano, que alguien ha rescatado de unos cuadernos del autor.

Quien recopiló esas páginas, las ordenó y las usa como referencia o guía es Vincent, académico inglés que prepara un trabajo sobre el escritor -al que nunca conoció y cuya obra ha estudiado-, sobre la base de testimonios de personas que sí tuvieron alguna relación con él en los años setenta, el período correspondiente a sus treinta años y el mismo que el autor fallecido debía abordar en el libro del que han quedado esos pocos apuntes. Pero Vincent es, por supuesto, otro personaje de ficción imaginado por Coetzee, como lo son también los cinco testigos consultados y aun el joven Coetzee, cuya voz el investigador intenta distinguir en los relatos de sus entrevistados.

Ellos se avienen a confiar sus puntos de vista sobre el que en sus tiempos era un hombre común, bastante gris, distante, falto de carácter, escasamente atractivo y casi impenetrable, pero al hacerlo también evocan otras experiencias personales. Los testimonios, recogidos entre 2007 y 2008, constituyen la parte central del libro, que se abre y concluye con fragmentos del borrador encontrado. Pertenecen a cuatro mujeres, dos de las cuales han mantenido alguna relación íntima con el escritor, y un hombre que fue su amigo, o al menos todo lo amigo que se podía ser de una persona tan elusiva.

La construcción es menos complicada de lo que parece: los apuntes del comienzo siembran la suficiente incertidumbre como para alentar la curiosidad del lector. Vamos en busca del personaje cuya biografía se intenta componer, y las cinco entrevistas que se suceden suministran otros tantos retratos parciales, siempre subjetivos y, en cierta medida coincidentes, pero al mismo tiempo nos proponen otras historias que enriquecen el relato: las propias, las que han vivido cuando se relacionaron con Coetzee (y antes, o después), y las que permiten al autor extender su mirada hasta abarcar una llamativa variedad de cuestiones, desde el desarraigo, la culpa y la precariedad de los afectos hasta el aislamiento sudafricano, la complejidad de su realidad social o la naturaleza de la novela. En ese sentido, gracias a la agudeza y la sabiduría del autor, el libro es de una riqueza poco común. Como lo son sus personajes, en cuya interioridad se sumerge para revelarlos sin retórica, sólo y nítidamente a través de sus acciones o sus palabras.

En cierto momento, se pregunta si no es inmoral que por causa de la fama exista más interés en su vida personal que, por ejemplo, en la de un refugiado brasileño (el marido de una de las entrevistadas) que trabajaba en un depósito de Ciudad del Cabo como guardia de seguridad y terminó muerto de un hachazo por una banda de asaltantes. Historias como ésa, la del padre enfermo con el que convive, la de la prima que fue su noviecita de infancia y aún guarda cierta ternura hacia su memoria, la de la mujer casada que fue su amante y lo define como un hombre frío, reprimido en el sentido más amplio, ajeno a la realidad e incapaz de conectarse de verdad con otro ser, o las de los restantes personajes que entran en escena confieren al relato vitalidad y vibración humana y revelan en todo su esplendor la maestría narrativa de Coetzee (no hay que olvidar que es él quien habla por boca de todos los personajes), así como la implacable honestidad con que ha emprendido su ejercicio de introspección. Con este artificio del desdoblamiento, que ya ha empleado en otras oportunidades (piénsese en Elizabeth Costello), puede ser a la vez el autor y el personaje, dialogar y discutir, depositar en uno las confesiones que el otro necesita descargar. Sólo que aquí Coetzee es el doble de Coetzee. Si el ejercicio de la confesión persigue, antes que nada decirse la verdad a uno mismo, se puede imaginar que Verano es otro tramo del diálogo que el autor sudafricano ha venido sosteniendo con sus dobles. Pero también puede ser que ni el autor ni su criatura estén demasiado seguros de esa verdad y apuesten a que ella se revele , o al menos se deje percibir, en el transcurso del diálogo, es decir, como fruto de la ficción misma.




Entrevista a Rivera Letelier


Hernán minero, Hernán escritor.


El reciente Premio Alfaguara de Novela, como recordarán, se lo llevó el chileno Hernán Rivera Letelier. Una gran obra, según los críticos. En La nación de Argentina entrevistan al escritor:

-¿Por qué eligió narrar su vida?

-Es un personaje que predicó mucho en el desierto, que es mi hábitat. Tenemos cosas en común. Él se fue de su casa a trabajar a las minas de salitre a los quince años, la misma edad que tenía yo cuando comencé a trabajar allí. Anduvo predicando como un Cristo trashumante durante veintidós años, durmiendo a la intemperie. Yo estuve cinco años de caminante, con una mochila al hombro, durmiendo en lugares inverosímiles.

-¿Cómo fue ese viaje?

-Tenía dieciocho años en 1968, cuando escuché hablar de la revuelta de Mayo en París y de los hippies en Norteamérica. Vi en los noticiarios del cine que se estaba produciendo una revolución joven en el mundo. Los jóvenes abandonaban la escuela, el trabajo y el hogar con una mochila al hombro y una guitarra, practicaban el amor libre en las plazas, ¡y yo me lo estaba perdiendo! No podía ser. Me decidí, renuncié a la empresa minera, me fabriqué una mochila y me fui a hacer la revolución de las flores, pensando sobre todo en el amor libre. Creo que lo que me decidió a contar la historia del Cristo de Elqui es que intuí que era necesario tener ciertos elementos que no cualquier escritor tendría. Conozco ese desierto como la palma de mi mano y conozco los avatares del caminante. El lenguaje que se necesitaba para contar la vida de un Cristo me era familiar: me crié en una casa de evangelistas.

-Su padre era predicador.

-Del púlpito y de la calle. La gente se quedaba oyéndolo a pesar de que, al igual que el Cristo, era analfabeto. Ambos aprendieron a leer de adultos. El tono de predicador y profeta que se necesitaba para contar esta historia estaba en mis genes. Tenía ese lenguaje bíblico porque me crié leyendo la Biblia, el único libro que había en casa, porque éramos muy pobres y, como éramos evangelistas, no se compraban libros ni revistas, ni había radio, porque eran cosas mundanales. El tono, el paisaje y la experiencia de andar de un lado a otro los tenía. Era cuestión de sentarme a escribir.

-El personaje apareció en sus textos anteriores.

-El Cristo colgó la sotana después de veintidós años de prédica en el año 1953, cuando yo tenía dos o tres años. Pasó como cuarenta veces por el desierto en el que me crié, por lo que escuché muchísimas historias sobre él. Cuando me hice escritor, el personaje apareció en mi primera novela, luego en la cuarta y después en la novena. A la tercera vez ya no le pude hacer el quite y me senté a escribir sobre él. No me había dado cuenta de que yo era el indicado para contar su historia, y tenía cierto temor.

-¿Por qué?

-Porque escribir la historia de un Cristo como éste después de los Evangelios es complicado. Quise hacer uno como a mí me hubiese gustado leerlo. Más asequible, más humano, con sentido del humor, con mujeres, que no eligiera el voto de castidad. Que se guiara por el versículo bíblico que dice "id y multiplicaos sobre la faz de la tierra". Y este Cristo multiplica mucho.

-Aunque la novela retrata la vida de un Cristo pordiosero y la supervivencia en un lugar desértico, lejos de la idea de una América latina exuberante, es una novela llena de humor.

-Estamos hablando del desierto más inhóspito del planeta. Para sobrevivir necesitás sentido del humor. Si no, estás frito. Toda mi obra está permeada por la ironía e incluso por el sarcasmo. Los pampinos son gente heroica que se ríen de su tragedia, del paisaje cruel y el clima terrible, de la explotación que sufren. Incluso afloró el humor cuando escribí Santa María de las flores negras, sobre la matanza de obreros en una huelga de 1907 en Santa María de Iquique.

-A pesar de que el tema era propicio para una salida literaria fantástica, evitó las resoluciones mágicas.

-Aprendí a escribir leyendo a los escritores iberoamericanos de los años sesenta y setenta. Rulfo es mi dios. La influencia de ellos está presente, pero de ahí a que esté haciendo realismo mágico, como dicen algunos, es otra cosa. Trato de volver mágica una escena cotidiana a través del lenguaje. El Cristo promete milagros y sin embargo fracasa. Dice que va a volar, salta y se da la crisma contra el suelo. Soy una persona poéticamente realista. Un poeta con los pies en la tierra. Cuando escribí poemas, también eran poemas terrestres, no celestes. No me ha gustado nunca la fantasía, que es diferente de la imaginación.

-¿Cómo influyó su experiencia con la poesía en sus narraciones?

-Abandoné mi casa paterna, a los quince años, con un premio de un concurso de poemas. Soy un poeta que escribe novelas. Me considero un amante del lenguaje. Quiero que el lector goce con cada página y no quiera llegar al final. Si el lenguaje es un vehículo de la expresión, hay escritores que lo transforman en un avión y llegan pronto a destino. Yo quiero que ese vehículo sea uno de esos trenes antiguos que paraban en cada pueblo, al que subían las viejitas con canastos de gallinas o pan amasado, y se metía la lluvia, había olores, y subía uno con un acordeón. Que gocen del viaje sin pensar en el final; lo importante es la lectura. Cuando mis lectores me paran en la calle y me dicen que leyeron uno de mis libros tres o cuatro veces, o que no querían terminarlo mientras lo leían, siento que logré lo que buscaba. Lo mismo me ocurre cuando escribo. He llegado a la conclusión de que el escritor es un médium. Hay un instante en que no eres tú el que escribe. No siempre se produce, pero cuando ocurre es impagable. Te compenetras tanto que el tiempo desaparece. Me ha pasado de sentarme a escribir a las cinco de la tarde, perderme en la escritura, y cuando siento que me vuelve el alma al cuerpo noto que está toda la casa a oscuras, en silencio, están todos durmiendo y son las dos de la mañana. Cuando ocurre eso, no hay nada mejor en el mundo que escribir.

19.7.10

El arte de pagar sus deudas sin gastar un céntimo


Balzac de joven.



Y de eso sí que sabía Balzac. Aparece un manual inédito del francés, oculto en algún anaquel desvencijado, sobre el arte de pagar las deudas sin gastar un centavo. ElCultural de España publica una primera parte del manual:


Muchas veces escuché decir a mi tío que hay que cuidarse de gastar todo el dinero que se posee en la noche, aunque se esté seguro de recibir más al día siguiente. Porque por razones imprevisibles y ajenas al hombre de consumo, estas entradas de dinero casi siempre se retrasan o no llegan nunca. Y, Dios mediante, nadie sabe mejor que yo cuanta razón tenía mi tío.

De manera que podemos asumir de entrada que esta situación ocurre, y debemos identificar las soluciones que se pueden aplicar. Todas están basadas en un principio que no se puede ignorar bajo ningún pretexto. A continuación ofrezco este gran axioma:

Siempre se debe comprar en los proveedores más ricos. Primeramente, porque todo lo que tienen es de primera calidad. Segundo, porque tiene que darle vuelta al principio que tantas veces invoqué, es decir, que estos individuos tienen demasiado y usted no suficiente, y que usted verdaderamente les hace un servicio -y a usted por supuesto también-, si de esta manera intenta reestablecer el equilibrio. (De hecho, nadie está más que usted interesado en la creación de este equilibrio). Tercero, porque el vacío que resulta en sus tiendas casi siempre pasa inapercibido, y que este vacío es rápidamente colmado por la clientela de pago que su fidelidad le trae a este proveedor.

Consecuencias: Usted debe escoger un propietario que vive en la abundancia y que no está esperando ansiosamente sus cien ecus para pagar sus deudas fiscales. Todo inquilino sabe que en todas las zonas de París existen ricos propietarios, de manera que esto le será fácil.

De la misma manera almorzará en el Palais Royal y cenará en el Boulevard des Italiens. Puede que usted piense que en estos locales es necesario pagar en efectivo. ¡No, de ninguna manera! La prosperidad de estos lugares se debe principalmente a la masa de clientes que no pagan. Pues estos conocen el arte de escoger los platos. Estos saben como abrirle el apetito a aquellos que no saben ordenar una cena, pero saben pagarla. Entre dueños de restaurantes, a veintiún o treinta y dos sous el cubierto no se da crédito, esto lo sabe todo el mundo. Pero en los grandes establecimientos de los cuales les estoy hablando, ya se ha descubierto lo que hace ganar un hombre de consumo que no puede pagar una cena de veinte francos. Fácilmente treinta francos para cada diez francos que él no paga, esto es lo que aporta gracias al cierto desvío por medio del hombre “productivo”.

Conozco grandes dueños de restaurantes, que estarían dispuestos a pagarle algo a usted, para que se quede sentado todo un día en una mesa, llamando a los mesoneros -por supuesto por su nombre, para que se vea que es un acostumbrado-, reclamando Champagne, dejando que espumee a su vino y también su reputación. Su silueta alienta al pasivo o reducido apetito de los paseantes que lo ven por la vitrina, y estos se sienten invadidos por un hambre incontrolable.

En cuanto a usted, después de haber consumido todo lo que es humanamente posible, se levanta y lleva indolentemente su mano al botón de oro de su traje, como para buscar su billetera en el bolsillo de su chaqueta. Saca un mondadiente, e inmediatamente el mesonero le hace una señal con la cabeza, que está llena de respeto y al mismo tiempo de agradecimiento, para evitarle la molestia de pagar, lo cual seria casi un insulto para él. Luego, al salir, le dirige un saludo y un guiño a la dama que está sentada en la caja. La gracia con la cual le devuelve el saludo demuestra con amplitud que tiene el entendimiento: La casa es pagada de sobra con el excelente apetito que usted acaba de ejemplarizar, el cual ahora tiene que ser imitado de igual manera. Sin broma, es un hecho que los primeros restaurantes de la capital tienen día tras día una media docena de clientes de esta calidad como reserva permanente.

Usted tampoco pedirá su vestimenta en otro lugar que en casa Bardes, pues este buen hombre, que con una sola palabra del ministerio de Guerra, podría vestir a todo el Ejército francés en veinticuatro horas, le despachará un traje completo, cuatro chaquetas y dos pantalones, sin que usted tenga que abandonar otras prendas como forma de pago. Acuérdese también de esto: Si por casualidad él viniera hasta su casa, sería simplemente para preguntarle si debe prepararle también una peregrina o un abrigo, contra el mismo pago, por supuesto.

Usted se hará hacer sus zapatos con Sakoski. Él calza a todo lo fashionable y al ministro de finanzas. De manera que puede estar seguro de que tomará sus medidas y le abrirá una cuenta en su notable libro principal.

Los toros de Marzal


Editado por Tusquets.


Carlos Marzal fue uno de los primeros poetas que recomendé a los transeúntes de Tierraliteraria. Aquel poema llamado La lluvia en Regent's Park es uno de los mejores que he leído de los últimos 30 años, escritos, de poesía española. Ahora el español se embarcas en recopilar en senda antología textos y poemas escritos sobre los toros. Nombres como Francisco Brines, J. Caballero Bonald e Ignacio Sánchez Mejías aparecen en la obra. Un hermoso libro, sin duda. Les dejo el prólogo de Carlos Marzal:

La expresión sentimiento del toreo podría parecer redundante, si bien se mira, a algún espectador meticuloso. Porque, siendo el toreo una manifestación artística, ¿cómo habría de ejecutarse, de entenderse, si no es desde la expresión del sentimiento, desde la conmoción personal, desde la intimidad emocionada?

El arte ha constituido siempre una manera de sentir el universo mediante un lenguaje determinado, y cualquier lenguaje representa, a su vez, una manera de sentir el universo. Es decir: el arte es siempre un sentimiento dentro de otro. Un sentimiento que siente a través de otro: el sentimiento personal de quien escribe, pinta, torea o canta, con la ayuda de un lenguaje que ya se ha encargado de experimentar el mundo a través de su tradición. (De ahí que quien cante, toree, pinte o escriba, lo haga con todo lo que se ha llevado a cabo antes en su ámbito, con toda su tradición a cuestas, lo sepa o no. Se escribe con el cúmulo de lo que han escrito los demás antes, y se torea con la Historia del Toreo, cargada a la espalda, para bien y para mal, para orgullo de quien lo hace y para su responsabilidad propia.)

El toreo, pues, por arte, es sentimiento; pero el sentimiento, por sí mismo, no es nada. O incluso menos que nada: puede llegar a convertirse en demasiado. En simple efusión, en énfasis. El sentimiento, para ser algo, para ser su manifestación mejor, necesita estar dirigido por la inteligencia, que lo templa y lo enfría, que le quita las décimas de fiebre que requiere el caso para infundir su auténtica temperatura. Porque el sentimiento, en el arte, si no es sentimiento clarividente, no se deja sentir por el espectador, que disiente de los patetismos, que no quiere sentirlos como propios. Hasta para sentir -o precisamente para ello- hay que tener arte, hay que darse arte: un arte de sentir que todos puedan considerar suyo, hecho a la medida del sentimiento de cada cual.

El sentimiento, en el toreo, en el arte, ha de ser discernimiento, en la misma medida en que el discernimiento ha de manifestarse como sentido, como perteneciente a la emotividad y a la emoción del artista. Digamos que discierne más quien más ama un fenómeno, siempre y cuando lo ame más porque lo discierne por entero. Se trata de dos movimientos complementarios en una acción única.

De ahí que hablar, escribir, fabular, reflexionar sobre el toreo no sólo constituyan actividades que el toreo soporte, sino que son ejercicios que soportan el toreo mismo, que lo sostienen, que lo engrandecen, que lo convierten en sentimiento meditativo, en meditación sensitiva y sensual. El toreo no sólo es un rito que proviene del pasado mitológico, sino que se ha hecho presente por constituir en sí mismo una entera mitología, que, como todas las mitologías, se sustenta sobre la imaginación de los hombres, sobre su voluntad de sueño, sobre su afán de transformar la realidad en ficción. Allí donde haya un hombre, hay un relato sobre lo que los hombres hacen, sobre lo que querrían hacer.

La literatura representa una necesidad biológica del ser humano, que es una criatura lírica, y por eso no hay ni tribu, ni pueblo, ni civilización que no posean sus cuentos de nunca acabar, sus leyendas primigenias, sus parábolas fundacionales.

16.7.10

Poema del Viernes # 27


Rómulo Bustos Aguirre ( Santa Catalina de Alejandría, Colombia, 1954)


MONÓLOGO DEL VERDUGO


Cuando el rey baja la mano
debo entender que hay que aniquilar a la víctima
Si la deja a media asta
se trata entonces de una mutilación simple
Si un poco más abajo de una mutilación doble
Ignoro si alguna vez ha levantado la mano
absolutorio
Diarias son las inmolaciones. Los días
no son menos violentos que las noches
¿Llegará el descanso para mi fatigado brazo?

En verdad no soy mejor ni peor
que el resto de los mortales

Dos dedicatorias, un rencor...y un blog


El libro que escribiera Vargas Llosa.


Fernando Araújo Vélez, bloggero del diario El espectador, comenta una nota divertida sobre la persecución de dos dedicatorias para el ejemplar del libro Historias de un deicidio, cuyo dueño es un periodista peruano. Todos conocemos el acontecimiento nada claro del golpe que le propinó Vargas Llosa a Gabo, y del cual nadie conoce la verdad absoluta. Sólo leánlo, y sabrán de que hablo:

Tenía que ser, como fue, uno de esos periodistas curiosos, coleccionista de objetos fútiles, firmas, palabras y fotografías, quien hubiera abierto la puerta de un antiquísimo, profundo e irremediable conflicto entre dos inmortales por una simple y sencilla dedicatoria. El tipo, peruano, casi 30 años por aquellos tiempos, acucioso y nervioso, se matriculó en los cursos de Nuevo Periodismo de Cartagena porque le habían informado que uno de los días de talleres, en algún momento, aparecería Gabriel García Márquez para hablar con los alumnos. Ahorró. Llenó miles de formularios. Se leyó de arriba abajo una de sus ediciones de Historia de un Deicidio, de Mario Vargas Llosa, y anotó en sus cuadernos hasta la más mínima de sus observaciones.El día antes de su viaje empacó ropa, unos cuantos libros, una grabadora y varias cajitas de pilas. Dejó a un lado “su” original de García Márquez Historia de un Deicidio para guardarlo y resguardarlo a la mañana siguiente y repasó su dedicatoria. Se la había pedido a Mario Varas Llosa casi con piedad, temeroso de que los viejos recuerdos atacaran al escritor y el rencor lo llevara a algún gesto desmedido. Sabía, como casi todos los habitantes del mundo literario, como Carmen Balcells y Tomás Eloy Martínez, por ejemplo, que el autor de El deicidio no quería saber nada más en su vida de Gabriel García Márquez. Frunciría el ceño ante su petición. Miraría lejos, muy atrás.

Todo eso ocurrió, pero al final, entre displicente y vengativo, Vargas Llosa le firmó el libro. Escribió algo así como Por una mistad que nunca más será, y puso su nombre. El Periodista fue feliz por un día o algo más. Luego, dijo, diría en una noche de tragos en Cartagena, sus amigos lo convencieron de que consiguiera la dedicatoria-respuesta de García Márquez y el libro pasó de ser un tesoro a una obsesión. De sonrisa a pesadilla. En mil noches de insomnio leyó la historia del distanciamiento, con sus infinitas versiones.

Que Vargas Llosa se había ido con una amante azafata a Suecia y su esposa, Patricia, se había quedado en Barcelona con García Márquez, quien le sugirió que se divorciara. Que no había sido a Suecia sino a Perú. Que García Márquez la había intentado seducir. Que después, muchos años después, Vargas Llosa le dio un puñetazo en el aeropuerto de Ciudad de México. Que no, que el golpe había sido en un cine mientras veían un filme sobre los sobrevivientes de Los Andes, y que fue Elena Poniatowska quien curó a la víctima con un pedazo de carne cruda.

Pasado el tiempo, Vargas Llosa mandó a recoger todas las ediciones que había regadas por ahí de su Deicidio, una tesis doctoral en la que analizó Cien años de soledad con sus estructuras, demonios y dioses. Denominó entonces a su autor como “El Amadís de América”. García Márquez, por su parte, dijo de Vargas Llosa que era “el último caballero andante de la literatura”. Se habían conocido en Caracas a mediados del año de 1967, cuando uno fue a presentar su obra más célebre, y el otro, a recibir el premio Rómulo Gallegos . En el 71, Vargas Llosa lanzó su libro. En el 76 se hablaron por última vez.

Por ello, cuando García Márquez leyó la dedicatoria que Vargas Llosa le escribió al periodista peruano, tomó una pluma y anotó debajo algo así como “totalmente de acuerdo”.


Dos grandes escritores hasta en las dedicatorias, ¿no?:
Vargas Llosa: "Por una amistad que nunca será".
Gabo: "Totalmente de acuerdo".

Libranda


E-book...


1.200 títulos de los más diversos autores, emtre ellos Saramago y Follet, pueden desde ya descargarse para España, mediante la librería virtual Libranda. Antes de finalizar este año estará en América latina. Señores, es la hora del e-book. La nota en la Revista Ñ:

"Queremos encontrar la fórmula más adecuada que haga frente a una realidad formada por muchos países y legislaciones muy diferentes", señaló la directora general de Libranda Arantza Larrauri sobre el desembarco de la plataforma en el mercado latinoamericano.

En una entrevista concedida a la agencia Efe, Larrauri dijo que la nueva plataforma ha comenzado con nueve puntos de venta en España, entre grandes superficies -El Corte Inglés, FNAC, la Casa del Libro y Abacus-, librerías -Cervantes, Santos Ochoa y Laie-, además de dos tiendas virtuales (todoebook.com y Leqtor.com).

Si bien, aclaró que la intención de Libranda es "abarcar todos los ámbitos y, por esa razón, está previsto que se incorporen más librerías clásicas".

Para Larrauri, que las grandes editoriales se hayan puesto de acuerdo para crear una gran plataforma editorial española del libro electrónico es un modelo interesante que no se ha producido en otros países como Francia, "donde las tiendas han tenido más problemas tecnológicos para poderse conectar a todas las plataformas".

Como distribuidora de contenido digital, Libranda no vende directamente al público, aclaró Larrauri, sino que pone a disposición de las tiendas en línea el contenido digital de las editoriales con las que trabaja.

"Somos distribuidores de contenidos y estamos entre los editores y los puntos de venta y cada uno debe mantener su papel y su identidad", señaló.

Para comprar cualquiera de los títulos disponibles, los lectores deben entrar en la página web de las tiendas y librerías virtuales donde pueden ver el catálogo y adquirir los libros electrónicos siguiendo el proceso de compra del establecimiento.

Evitar la piratería es "el gran reto", como en todos los productos digitales, subrayó Larrauri, para quien la estrategia debe moverse en varios frentes: "endurecimiento de la legislación, sensibilización de los usuarios y seguridad informática", y cree que "los editores ya han dado un primer paso al facilitar los contenidos a precios más asequibles que el libro en papel".

De hecho, los precios, que son una decisión final de los editores, estarán en Libranda "en torno al 30% más bajos respecto al precio del libro en su formato en bolsillo, por lo que hay libros muy asequibles, si bien, como estamos en una fase de experimentación, la demanda irá ajustando los precios".

En el arranque de Libranda , diez editoriales tienen disponibles sus títulos electrónicos: Grupo Planeta, Random House Mondadori, Grupo Santillana, Grupo Wolters Kluwer, Grupo SM, Grup 62, Roca Editorial, Anagrama, Maeva y Siruela.

A éstas se sumarán en septiembre Acantilado-Quaderns Crema y Salamandra, "y hablamos con otras diez más, alguna de ellas muy importante, que esperamos que a final de año estén también", anunció Larrauri.

Aunque Libranda se inicia con el modelo de descarga, la plataforma, explicó a Efe su responsable de tecnología, Alfredo Iglesias, "ya está preparada para el modelo de suscripción y el modelo de préstamo, que tiene el mismo contenido pero con una fecha de caducidad, similar al modelo de las bibliotecas.

De igual manera se está estudiando un modelo para el futuro que permitirá la descarga y la impresión del contenido digital.

14.7.10

De qué habla Murakami cuando corre


Murakami en alguna maratón...


Tusquets lanza un nuevo libro, en español por lo menos, del incanzable e inalcansable Murakami. Uno de los tres autores favoritos en Tierraliteraria. (Ya saben cuáles son los otros dos, ¿no?). A conseguir otro libro del japonés, cueste lo que cueste. Aquí la nota en ADN cultura:

En el prefacio, Haruki Murakami define De qué hablo cuando hablo de correr , título inspirado en su venerado Raymond Carver, "como una especie de ´memorias´ que giran en torno al hecho de correr".

El escritor japonés deja bien en claro que se toma este deporte en serio. Comenzó veintiocho años atrás y tiene un promedio de diez kilómetros diarios seis días a la semana. Es un habitual participante de maratones, se atreve al triatlón y en una ocasión probó el desafío de una ultramaratón (cien kilómetros en un día).

Murakami dedica algunos pasajes a la música que escucha mientras corre. Por lo general elige rock y uno de sus discos predilectos es Reptile . Al son de ese CD de Eric Clapton -comenta- sus piernas "se ven impulsadas rítmica y regularmente hacia delante". Otros temas van surgiendo de modo natural: el tipo de zapatillas que usa, el clima, el paisaje, su tendencia a engordar, su alimentación, el factor de la edad en el rendimiento o los corredores que se cruza en el camino.

El ensayo incluye un repaso sobre distintas etapas de su vida y un análisis de diferentes aspectos de su personalidad, como su inclinación a la soledad o su inadecuación a los deportes de equipo. Desde el punto de vista narrativo, el tramo más atrayente del volumen se ocupa de los agobiantes kilómetros que recorrió de Atenas a Maratón, en pleno verano.

Además, hay numerosas reflexiones sobre el hecho de escribir. "El novelista (al menos el que aspire a escribir una obra larga) -afirma- debe ser capaz de mantener una concentración diaria durante un largo lapso de tiempo, sea medio año, uno, o dos."

Los apuntes del libro, que trae una serie de fotos del autor de Crónica del pájaro que da cuerda al mundo en acción, conforman el autorretrato disperso de una persona voluntariosa y disciplinada, en competencia consigo misma.

"Ir consumiéndose a uno mismo -concluye Murakami-, con cierta eficiencia y dentro de las limitaciones que nos han sido impuestas a cada uno, es la esencia del correr y, al mismo tiempo, una metáfora del vivir (y, para mí, también del escribir)."

Los pálidos señores con la taza de moca


La hermosa portada del libro.


Herta Müller. Premio Nóbel de Literatura 2009. ¿Qué más conocemos de ella? Acaso su descendencia rumana. Quizá que escribe en alemán, y hasta ahí. Traduje un cuento corto para Con-fabulación semanas atrás e internándome en su literatura, descubrí una voz pura e inconfundible en las letras europeas. Es curioso lo que voy a afirmar, pero cierto, según mi apreciación: lo que Müller manifiesta en su obra, es lo que ningún colombiano a logrado expresar verdaderamente bien, y es el desposeído, el desplazado. El que lea atentamente El hombre es un gran faisán en el mundo o En tierras bajas, lo entenderá. Aparece publicado Los pálidos señores con la taza de moca. Dicen algunos que es una obra desgarradora. La nota en El cultural:

Müller es una mujer con un secreto. Tiene aspecto de gato misterioso: discreta, inquisitiva, enormes ojos verdes. Rumana de 56 años, su presencia es imponente y elusiva. Parece saber muchas cosas importantes: las que enseña la libertad restringida. Müller conoce la censura intelectual, la persecución política, pero también la voluntad de resistencia que ha hecho su obra merecedora del Nobel de Literatura 2009. Como miembro del Aktionsgruppe Banat, Müller le dijo a Ceaucescu aquello de por encima de mi cadáver. Como miembro de la civilización contra la barbarie, ha escrito en prosa y en verso la historia de Europa en el siglo XX: nunca antes la humanidad había producido tantos héroes, porque nunca antes había producido tantos tiranos. Müller inmortaliza a las víctimas como guerreros sin armas, con coraje, siempre dignos en medio de un horror que nos queda demasiado cerca para parecernos real. En 2010, los europeos compramos, hacemos turismo, somos felices. No recordamos que hace cien años aún existía inocencia en este continente. Antes de Hitler, antes de Stalin, antes de [inserte nombre: hay donde elegir]. Para eso necesitamos a Herta Müller: para no olvidar.

Con el alemán como lengua materna, Müller hace de la alienación un arte. Kafkiano hasta la médula, Los pálidos señores con las tazas de moca no es un libro: es una experiencia. En la página de la derecha, encontrará usted los collages originales: palabras curiosamente tímidas, recortadas de aquí y de allá, variopintas en color, tamaño y fuente. Cada una está aislada de la anterior y la siguiente por una distancia insalvable: su origen, su tipografía, su significado. Acostumbrados a la linealidad homogénea de la letra impresa, nos duelen los ojos, no logramos enfocar ni comprender a la primera la visión poética que forman las piezas del puzzle. Más aún, las palabras vienen acompañadas de ilustraciones entre la tira cómica y los delirios de Magritte, como fragmentos de una realidad inconexa e incoherente. Se transgreden los derechos de copyright incorporando al poema artículos de enciclopedia sobre los albaricoques. Todo en la poesía de Müller está roto. Peor todavía: es irreparable. A la izquierda, puede usted leer cómodamente la versión española de esta locura. Pero no nos engañemos: la literatura está en las páginas impares.

Uno de los beneficios colaterales de los poemas-collage de Müller es la desautomatización de sus versos. Más que convivir, palabras e imágenes se invaden, se roban el aire. A pesar de la aparente arbitrariedad, la poeta manipula con precisión este complejo sistema semiótico, generando significados superpuestos. A la rumana no se la lee: se la reconstruye. Y ese proceso comienza en la página, pero se desarrolla y culmina en nuestra cabeza: “En ningún sitio una rama de albaricoque/ la noche alimenta al perro / de alquitrán casi como si mi/ falta fuera” requiere ser comprendido más allá de la duda razonable. Esto es especialmente cierto en el tratamiento de las metáforas: lejos de usarlas como recurso retórico, Müller las integra de manera consustancial en la materia de su poesía, hasta el punto de hacernos vacilar sobre su naturaleza. Todas las leyes de la similitud son violadas en los versos “en la cabeza hay un miedo como/ una borla de lilas en caso de que ella/ no se mantenga desde una perspectiva neutral/ me caiga aquí en la calle alquitranada seré/ como ella dice/ la teoría del dominó”. El sentido, sin embargo, permanece intacto. Lo que nos hace preguntarnos por la necesidad de que existan leyes de similitud en absoluto.

Müller exige de nosotros un compromiso incondicional con la causa de la imaginación. Ante su poesía, suspendemos nuestra incredulidad y admitimos que no existen las casualidades, que esa palabra anómala es la que Müller buscó, aunque parezca que la palabra la encontró a ella: “Todas las tardes llamo a su puerta mi vestido/ puedo dejármelo puesto así no puede tocarme/ donde yo no quiero él se pone desnudo/ y me mira como cal y alquitrán”. Se trata de un discurso torrencial que evoca la corriente de conciencia del modernismo de Joyce o Wolf, con callejones sin salida, razonamientos laberínticos y senderos que se bifurcan: una alegoría de las circunvoluciones de nuestro cerebro y de los a-ninguna-parte de nuestros pensamientos. Son poemas in medias res, cuyo principio y fin debemos deducir a partir de nuestra propia realidad. Al no ser más que papelitos pegados unos detrás de otros, las palabras de la rumana se permiten licencias como la supresión de la puntuación, potenciando huecos textuales que cada lector rellenará a voluntad para crear su propio poema Müller. Y cuando la puntuación sale por puerta, otros síntomas de cobardía (como las pausas o las mayúsculas) saltan por la ventana, dejando un inmenso espacio vacío en el que unos se aburrirán, otros se perderán y muchos se quedarán a vivir para siempre. Frente a la poesía estática y unidimensional, Müller concibe estructuras universales, de interpretación plural, donde todos somos bienvenidos.

Etimológicamente, la palabra texto quiere decir tejido. El de Müller es poroso, evasivo, lúdico. El mundo que en él se nos narra está limitado por fronteras difuminadas, participa del sueño y de la consciencia, está habitado por perros, sombreros y gente sencilla pero no por ello menos fascinante. Es un mundo que respira, agoniza, protagoniza la historia de occidente. Si tiene usted la generosa paciencia de releer las citas de nuestra reseña, comprobará que un elemento recurrente en Müller es el alquitrán. Esta reiteración tiene algo de simbólico: la poesía de la rumana también es densa, oscura, pegajosa, sin una fórmula magistral que explique todos sus compuestos. Los pálidos señores con las tazas de moca es poesía de denuncia social como nunca la habíamos conocido: en medio de la mediocridad cultural decretada por el poder político, en el corazón mismo del miedo al Estado, hierve una comunidad que se resiste a ser deshumanizada por hambre, amenaza o silencio. Testigos de lo que significó ser europeo en el siglo XX, Klaus, Lili, el relojero Andrei o el enigmático señor Humo son hombres y mujeres que no se conforman con el destino que otros les imponen y viven vidas únicas, fieras: “Nieva los/ zapatos van dos a dos la/ plaza está muerta muerdo con/ el ojo en el pan blanco”. Hace menos de dos siglos, John Keats enunció que la belleza es la verdad. Hace menos de 40 años, Yuri Lotman reescribió ese verso proclamando que la belleza es información. Herta Müller les da la razón a ambos. Europa es pura tragedia: conocer su historia, una catarsis. Ésta es poesía de una belleza insoportable. Ésta es la verdad de lo que somos.

Homenaje a Monsiváis


Monsiváis en el D.F.


A Monsiváis siempre le recordaremos. En Madrid le rinden homenaje al mexicano cuyo ojo crítico estimuló la crónica desde su esencia:

Un homenaje a Carlos Monsiváis, prolífico pensador mexicano fallecido el pasado 19 de junio, se celebrará mañana en Casa de América. Recordarán la figura y obra del autor los escritores Jorge Volpi, Jordi Soler y Elena Poniatowska; el periodista Jenaro Villamil; el embajador mexicano en España, Jorge Fermeño; y el director de la Fundación Santillana, Basilio Baltasar.

La voz de Monsiváis, periodista, intelectual y ensayista, acompañó durante décadas el devenir cultural de su patria. Durante su vida fue constante su presencia en los foros culturales, sociales y medios de comunicación hispanos, en los que fue patente su apoyo a diversas causas como los derechos de las minorías. También denostó otras, tales como la tauromaquia. Sin embargo, su extensa obra no es demasiado conocida en España, situación que la institución Casa de América procura solventar con esta convocatoria. Su trayectoria ha sido galardonada con la concesión del Premio FIL de Literatura, el Premio Nacional de Periodismo de México o el Principe Claus para la Cultura y el Desarrollo.
Lugar: Casa de América
Dirección: Paseo de Recoletos, 2, 28001
Localidad: Madrid

12.7.10

Gioconda Belli, Premio La otra orilla 2010


La nicaragüense.


Al que no quiere caldo, se le dan dos tasas. En este caso, tres. 1. Me acerqué a la literatura de Gioconda Belli por su poesía, y me decepcionó al instante, tanto como Pery Rossi. 2. Leí hasta la página 60, aproximadamente, su Premio Biblioteca Breve El Infinito en la palma de la mano. Ya no quiero saber de Adán o Eva. No más. Quedas hastiado de aquellos dos personajes. 3. Crónicas de la izquierda erótica, Premio La otra orilla 2010, no deja de ser un buen título. ¿Será una gran novela? Al contrario que sucede con Peri Rossi, cuya poesía siempre dejo de recomendar, la narrativa de la uruguaya sorprende. Es una excelente cuentista. No es el caso de Belli, cuyo "acento narrativo" es mero artificio. Otro Premio que no leeré. Ya dirán aquellos que la lean si estoy equivocado, o no. Mientras aquello ocurre inevitablemente, les dejo la noticia tomada de El nuevo diario:

La escritora nicaragüense Gioconda Belli se convirtió hoy en la primera mujer galardonada con el premio La Otra Orilla, por su libro "Crónicas de la izquierda erótica", informó el grupo editorial Norma en Buenos Aires.

El premio, dotado con 100.000 dólares y la publicación de su novela en toda América y España, fue decidido por un jurado integrado por los escritores Santiago Roncagliolo (Perú), Mario Mendoza (Colombia) y Pere Sureda (España).

El jurado, que eligió el texto de Belli entre 615 manuscritos recibidos, valoró el "humorismo de su sátira política, la notable inventiva de la trama y la destreza de la autora para mantener la tensión narrativa". "En el panorama de la novela política latinoamericana, ampliamente dominado por figuras masculinas, esta novela es una divertida e inesperada provocación", agregó.

Gioconda Belli combatió contra la dictadura de Anastasio Somoza y tuvo que exiliarse en México y Costa Rica. Tras la caída de la dictadura y el triunfo de la revolución sandinista, ocupó varios cargos partidarios e institucionales, pero terminó por abandonar su actividad política y actualmente vive entre California y Managua.

Entre sus libros figuran "Línea de Fuego" (Premio Casa de las Américas, 1978), "La Mujer Habitada" (Premio de la Fundación de Libreros, Bibliotecarios y Editores Alemanes, 1989), y "El Infinito en la Palma de la Mano" (Premio Biblioteca Breve de Seix Barral 2008).

La Otra Orilla fue creado en 2005 por el Grupo Editorial Norma de América Latina y la Asociación para la Promoción de las Artes con el objetivo de promover a los escritores de habla hispana y contribuir al enriquecimiento de la literatura española e hispanoamericana.

En anteriores ediciones, los premiados fueron el colombiano Marco Schwartz por "El salmo de Kaplan" (2005), los argentinos Horacio Vázquez Rial por "El camino del Norte" (2006); Ariel Magnus por "Un chino en bicicleta" (2007) y Carlos Chernov por "El amante imperfecto" (2008) y el colombiano Santiago Gamboa, por "Necrópolis" (2009).

El crecimiento del e-book


Todos e.


Mientras decrece la venta de libros en papel, sniff, sniff, el de los e-book aumenta a pasos agigantados. Así lo interpreta la Revista Ñ:

Buenas noticias para los malos escritores. O, mejor dicho, para los presuntos malos escritores; para aquellos que han paseado sus originales por varias editoriales, siempre sin éxito. El año pasado, mientras las ventas de libros convencionales caían en los Estados Unidos un 1,8%, hasta los 23.900 millones de dólares, las de libros electrónicos se triplicaban . Por ahora, la distancia entre la edición en papel y la electrónica es grande. Pero podría menguar rápidamente y, a finales del 2012, quizá el 20% de los ingresos por títulos vendidos procedan del soporte electrónico.
¿Qué tienen que ver los presuntos malos escritores con la deriva digital del libro? Pues tiene que ver mucho, puesto que en los últimos meses los autores condenados a la autoedición, ya fuera por la baja calidad de sus textos o la miopía de los editores, han hallado en los Estados Unidos a incontables almas caritativas; a empresas dispuestas a facilitarles, en soporte electrónico, la edición que sobre papel les era negada. Y no son empresas del montón, sino los adelantados digitales. Amazon ha creado la Kindle Digital Text Platform , donde los noveles pueden colgar y vender sus obras. Apple hace lo propio desde iBookstore . La cadena de librerías Barnes & Noble los imitará este verano. Y otros emprendedores sueñan ya con conquistar su parcela del Oeste digital, como en su día hicieron Google o Facebook.
Este progreso tiene sus damnificados. En primera instancia son los editores tradicionales, que ven debilitarse su poder sobre la selección, la producción y la distribución del libro. La marabunta digital, que ha tenido efectos letales para la industria discográfica, y que tiene a la prensa tumbada en el lecho del dolor apunta ahora hacia el sector editorial. La idea de que el libre acceso a las redes sociales electrónicas nos convierte a todos en músicos, en periodistas o escritores sigue ganando peso. Y, en paralelo, el papel de aquellos que no hace tantos años parecían llamados, merced a su formación, a canalizar el desarrollo del entretenimiento, la información o la cultura, sigue reduciéndose. Quizá la progresiva delgadez no sea, a la postre, sinónimo de desaparición. Pero bien podría ser que la capacidad de los editores cultivados para definir y elevar el gusto de una época esté agotándose.
Nada hay que objetar al hecho de que un policía, un ama de casa o una profesora satisfagan su vanidad literaria accediendo a la publicación digital de su novela. Pero quizá los impulsores de la autoedición electrónica no serán mejores que los editores de papel. Porque son proveedores de contenedores, antes que de contenidos, y su interés se centra más en la optimización de su container que en la calidad de lo transportado.
Dicho de otro modo: si en el fútbol mandaran los transportistas, el Mundial de Sudáfrica que ayer acabó quizá se hubiera jugado con balones cúbicos, que son más baratos y apilables.

9.7.10

Poema del Viernes # 26


Czeslaw Milosz (Szetejnie, Lituania, 1911 - Cracovia 2004)

EL PAISAJE

El paisaje no necesitaba nada excepto glorificación.
Excepto mensajeros reales que trajeran sus dones:
Un nombre con un atributo y un verbo inflexivo.
Si solamente preciosos robles copiosamente brillaran
Cuando nuestros bravos estudiantes, en un camino sobre el valle,
Pasean y cantan "La Oda a la Alegría ".
Si al menos un solitario pastor grabara cartas en una corteza.

El paisaje no necesitaba nada excepto glorificación.
Pero no existían mensajeros. Matorrales, oscuras gargantas,
Bosque colgando del bosque, pájaro de largo gemido.
Y quién aquí podría iniciar una frase?
El paisaje era, quien conoce, probablemente hermoso.
Allá abajo, todo estaba derrumbándose: las salas del castillo,
Las callejuelas detrás de la catedral, los bordellos, las tiendas.
Y ni un alma. Por tanto, de dónde podrían venir mensajeros?
Después de olvidados desastres, yo estaba heredado a la tierra,
Abajo, a la playa del mar y, arriba, a la tierra, al sol.

Santiago Cepeda, Premio Nacional de Poesía Inédita 2010


Tomado de su facebook...


El buen Santiago ha sido galardonado con el Premio Nacional de Poesía Inédita 2010. Un joven talentoso, sin duda. Estudió literatura en la Universidad javeriana y hoy día se desempeña como profesor titular del Colegio Los Nogales, en Bogotá. Aquí les dejo un artículo que publiqué exclusivamente para el Periódico Con-fabulación en su último número, y que ahora comparto con ustedes en Tierraliteraria:


Con el libro “Arder no ha sido luz”, el joven bogotano Santiago Cepeda se ha adjudicado el Premio Nacional de Poesía Inédita 2010. Los jurados del concurso, Gonzalo Mallarino, Maruja Vieira, Giovanni Quessep y el mexicano Ernesto Lumbreras, calificaron la obra como “un libro de honda sensibilidad lírica”. El poemario está armado a manera de una obra dramática, constituido por un coro, tres actos y siete escenas, abordando en él siete temas, y que son: el lenguaje, el dolor, la identidad, el amor, el desengaño, la maravilla y la muerte.
En la poesía de Cepeda se entreteje un lenguaje acompasado, dinámico, con un anuncio en la palabra próximo al estremecimiento. Aun así, puede percibirse un tono sutil de comicidad en no pocos poemas, alcanzando un acento infrecuente en la reciente poesía colombiana. Un tono que me recuerda al extraordinario Rafael Cadenas, con versos vigorosos, entusiastas. Tal el caso del poema “Paraíso II”, donde Eva y Adán. / Dos palabras sobre un papel / no se tocan nunca. / Adán, Eva / Eva es Ave, / Adán es Nada. / Anda Ave / Vea Adán / Hágase lo que se haga / en la página / los dos desgraciados no se tocan. O en este otro que titula “Edicto de Tesalónica”, que reza: Tras padecer una enfermedad / comúnmente conocida como Tiempo, / ha muerto sobre un trampolín / el último atleta de la fe. / No alcanzó siquiera a romperse el cráneo / contra la alberca vacía. Pero si en los anteriores pasajes la ironía es tratada de manera lúcida, en uno de sus mejores poemas, “Nudo en la garganta tras leer a Walt Whitman”, Cepeda convoca a la confidencia humana, en un cuidado notable de las imágenes empleadas, y con una fuerza en la versificación que no disminuye nunca. Revela el poeta a lo largo y ancho del libro su preferencia por los poemas breves, donde el laconismo es, más que un recurso poemático, una experiencia autoplanteada para encontrar una voz vívida. Existe, sin embargo, un largo poema al que llama “Una mirada en otra”, donde se distancia un tanto de aquella poesía perspicaz y fecunda, y se interna en territorios desconocidos. La apuesta es válida, y es de anotar que el poema tiene una musicalidad sugestiva, aunque, como me comentó García Maffla en algún instante, y cuya sentencia es de por más erudita, el poema extenso es como un río que fluye, y fluye, y fluye, pero el cual se desperdiga tanto que deja de ser río para volverse un mar. Treinta y cinco versos son suficientes como treinta y cinco segundos lo son para atravesarlo.
El lector de poesía, sin duda, tendrá en sus manos, con “Arder no ha sido luz”, un maravilloso abanico lírico digno al Premio que le ha sido otorgado. Ya veremos cómo Santiago Cepeda afronta la palabra esencial en la historia literaria de nuestro país. Seguramente con más poemarios de alta factura como aquel que ha conseguido el Premio Nacional de Poesía Inédita 2010, “Arder no ha sido luz”.


(CADENA TRÓFICA)
La malicia del sol consiste
en agonizar tan lento
y obligar a unos tantos
yo
mis zapatos
mis botones
y mis libros
a esperar esperar esperar
la noche infinita.