Caída.
Este desconsuelo de soledades,
esta sequía de amor, marasmo de pavesas,
esta ruina y su silencio entre las cosas
quietud de insomnios macilentos,
sosiego de veranos;
esta duda de no ser lo que somos
y que somos
este ahora sin haber sido nunca.
El ayuno de una aflicción furtiva
por donde la pesadumbre mira
nuestros pálidos despojos.
Estas ganas de ser pájaros o bosques o racimos
esta desidia de todo.
La hora incierta de ser nuestra propia muerte
y que al final de nuestros días
solo será un presagio.
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© Hellman Pardo
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