Ambos autores inauguran la colección de historias infantiles escritas por grandes nombres de la literatura adulta. Lo comentan en el ABC:
«Siempre me han molestado los libros infantiles escritos como si los niños fueran bobos. A los pequeños no se les puede engañar. Son los lectores perfectos, puros, desconocen al autor y sólo se les puede aburrir o divertir». Así de contundente se ha expresado Arturo Pérez-Reverte durante la presentación de una nueva colección de literatura infantil de Alfaguara de la que, además de inaugurar, ha sido el «ideólogo».«La idea surgió de casualidad -continúa el autor-. Se me ocurrió un cuento y pensé que estaría muy bien que los escritores para adultos hicieran una incursión en el cuento infantil». «Mi primer Vargas Llosa» y «Mi primer Arturo Pérez Reverte» son los dos primeros ejemplares de esta colección de historias originales para niños. De este modo, la literatura con mayúsculas se convierte en letra pequeña para entrar en el universo de los niños.«Escribir para un público para el que normalmente no escribo me resultó tentador. Siempre he tenido la frustración de no haber sido capaz de crear un cuento infantil, pero esta idea hizo las veces de semilla y, finalmente, germinó», ha explicado Mario Vargas LLosa.
El desafío de la creaciónAmbos autores han coincidido en señalar que la creación de sus respectivas historias ha resultado un desafío. También los dos han optado por temas «no políticamente correctos», según Perez-Reverte. Su título, «El pequeño hoplita», narra desde la perspectiva de un niño la batalla de las Termópilas, mientras que Vargas Llosa aborda, en «Fonchito y la luna», el primer amor y el despertar de la sensualidad infantil, «El protagonista podría ir a la cárcel en Estados Unidos», ha bromeado Pérez-Reverte. Las coincidencias entre escritores no acaban aquí. Ambos han escogido «Los Tres Mosqueteros» como libro frontera, el que marcó un antes y un después en su camino lector.Para el futuro preparan nuevas entregas de los autores que más influencia tienen en la lectura. Nombres como Muñoz Molina o Eduardo Mendoza continuarán con esta tarea, a razón de dos libros por año cuyo lanzamiento será en abril, cerca del día del libro infantil y juvenil.Todo para conseguir, en palabras de Vargas LLosa, que «los niños no renuncien a la lectura. Es un peligro que en el pasado no existía y ahora es real. Que la literatura sea reducida a una minoría supone un empobrecimiento de la civilización. La literatura enriquece una cultura porque alimenta sus deseos y la dota de espíritu crítico».
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