Sin funerales, sin elegías por el libro, pero sin guardarse tampoco ni las dudas ni las sonrisas escépticas, Mario Vargas Llosa (Perú, 1936) ha conversado esta mañana en Madrid con un grupo de amigos sobre el Tema ineludible de estos tiempos, aquél que espera a la vuelta de la esquina cuando crees haberle dado esquinazo: el eBook, la digitalización, la hipotética muerte del libro.
La ocasión la ha brindado NH Hoteles en el acto de entrega de los premios de su ya tradicional concurso de relatos, que apadrina el escritor peruano y al que sirven de jurado Gabriele Burgio, presidente de la firma hotelera, Lorenzo Silva, Marta Rivera de la Cruz, Manuel Longares, Santos Sanz Villanueva y José Luís Martín Nogales. Vargas Llosa ha ejercido, inquieto y curioso, de espontáneo moderador, se ha batido en defensa del cuento, “un género heroico”, y ha apostado por la literatura de futuro frente a las urgencias y actualidades a las que parece convidar la lectura digital.
Según afirman los promotores del concurso, el NH de Relatos ha batido este año todos los récords de participación. De las 253 colecciones de cuentos y 1.043 relatos presentados se han alzado como ganadoras las obras de la uruguaya Cristina Peri Rossi -Habitaciones privadas, premio al libro inédito dotado con 20.000 euros- y de los españoles Gustavo Martín Garzo -El país de la cebada, premio de 10.000 euros al mejor relato independiente presentado-, Juan Bonilla y Carlos Castán -ambos galardonados también con 10.000 euros a las mejores antologías de relatos publicadas, Tanta gente sola y Sólo de lo perdido, respectivamente.
Tras la preceptiva entrega de galardones, en la que todos los premiados, salvo la ausente Peri Rossi, han recordado el influjo mágico que las letras de Vargas Llosa ejercieron en sus inicios literarios, resultaba obligada una defensa vehemente del género. “No sé por qué los editores desconfían del cuento -se ha preguntado Vargas Llosa-, tan difícil como perfecto, tanto como un poema, como una buena fotografía, la punta del iceberg de la Literatura... La novela es mucho más imperfecta”.
El sueño del celta, próxima novela
La próxima novela “imperfecta” del escritor peruano ya está escrita, por cierto. Se titulará El sueño del celta y rescatará, como él mismo ha avanzado, la increíble peripecia vital de Roger Casament, el aventurero irlandés amigo de Conrad que fatigó a principios del XX las selvas del Congo y la Amazonía y sacudió las conciencias europeas con una serie de impresionantes informes sobre las terribles condiciones de los indígenas trabajadores del caucho.
No resultaba muy difícil, tras el avance de Vargas Llosa, viajar de la Ceca a la Meca, imaginar su próxima novela en formato digital y urgir su opinión sobre el asunto literario de nuestros días. Pero él, lejos de mostrarse asertivo y categórico se ha arrancado a preguntar a los presentes. Estos, claro está, se han dividido inmediatamente en los dos grupos de rigor, el de los luditas defensores del libro tradicional, comandados por Juan Bonilla -“si los miras juntos, el libro tradicional parece en realidad el futuro del libro digital” - y el de los más abiertos a las posibilidades digitales, entre los que ha destacado, con sus reservas, Lorenzo Silva, defensor de la necesaria pervivencia de los editores “para mantener una oferta de calidad” en el naciente mundo del eBook.
Tras las intervenciones, el autor de Conversación en la catedral ha recogido el guante y ha manifestado sus recelos, por ejemplo, a la pobreza literaria de los blogs. Vargas Llosa teme que la digitalización conlleve tres peligros notables, la simplificación, la banalización y la corta permanencia: “Aunque muchos piensen que esto es una ingenuidad, puede desaparecer la imprescindible noción de obra maestra, las escrituras para el futuro, para las generaciones futuras” ¿Una muestra? “El ejemplo del Arte reciente, tan espectacular como banal y efímero”.
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