El investigador colombiano Guillermo Sánchez Trujillo asegura haber descubierto diversas claves que apuntarían a que Franz Kafka dejó en su obra un vasto y complejo homenaje a Fedor Dostoievski, según se informa este sábado 5 de diciembre en un reportaje del periodista Nelson Fredy Padilla en el diario El Espectador.
Según el investigador, Kafka no sólo escribió su obra, sino que además vivió su vida personal, en función de Crimen y castigo, de Fedor Dostoievski. Sánchez Trujillo ha escrito cuatro libros sobre el tema y, ante la indiferencia de las editoriales, el último de ellos, El enigma de los manuscritos; desciframiento de El proceso de Franz Kafka, que concentra en 33 capítulos y 281 páginas los resultados de sus investigaciones, fue publicado en formato PDF para su descarga gratuita por el diario colombiano.
Sánchez Trujillo considera que Kafka dejó en sus manuscritos diversas pistas sobre los orígenes de su obra, al admitir como grandes influencias a sus “hermanos de sangre” Flaubert, Dostoievski, Kleist, Grillparzer o Dickens. Una de esas pistas, asegura, es la carta de 1903 en la que Kafka le escribe a su amigo Oskar Pollack y termina con la frase: “Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que llevamos dentro”, lo que el investigador relacionó con Raskolnikov, el asesino protagonista de Crimen y castigo, de Dostoievski.
Aislado en una casa en Medellín, Sánchez Trujillo empezó a releer la novela de Dostoievski simultáneamente con El proceso. Encontró coincidencias asombrosas que lo dejaron “en estado de paranoia crítica” al sospechar que tanto los relatos “Descripción de una lucha” y “Preparativos de boda en el campo”, como sus novelas La condena y La metamorfosis, se inspiraban en Crimen y castigo.
El investigador dedicó diez años a comparar El proceso y Crimen y castigo, párrafo por párrafo. Al comienzo lo hizo de manera aleatoria, luego en forma cronológica, y cuando se dio cuenta de que la obra de Kafka se centra en la segunda parte de Crimen y castigo, decidió valerse de métodos matemáticos y estadísticos a partir de los cuales elaboró una serie de gráficos e incluso la representación tridimensional del “genoma dostokafkiano”, que demuestran la metodología de Kafka para construir sus obras apoyado en los hombros de Dostoievski.
Según Sánchez, Kafka no plagió sino que encarnó la literatura de Dostoievski a través de sus vivencias personales, para luego reescribirlas como enigma. El investigador determinó que el tema de ambas novelas es la culpa y su relación con la ley. Kafka construye una nueva obra sobre las bases de su maestro ruso, se redime él mismo y concibe una metáfora premonitoria del mundo absurdo del totalitarismo nazi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario