Este blog nació de la nada, o bueno, casi de la nada. Antes posteaba en alguna página que nadie leía y que llevaba mi nombre. El ego del escritor. Afortunadamente ya no funciona, o eso creo. Una página sin un sentido claro, sin ninguna trascendencia. Hasta hace poco, tengo que confesarlo, no tenía idea cual sería la función de Tierra literaria. ¿Postear noticias? Eso lo hace cualquiera. ¿Generar opinión? Tal vez. ¿Entretener a algunos? Quizá. ¿Que por fin, alguien lea, aunque sea por encima, lo que escribo? Uhmmm, no sé. Lo que si sé ahora, con certeza, es que el jueguito de postear me ha transformado por dentro. Es otra manera de escribir, y de leer. He aprendido a conocer a los autores, a digerirlos, a acercarme a su literatura. Este blog, según las estadísticas que lleva el propio blogger y otros contadores, tiene más de cien visitas diarias, y para mí eso ya es un pequeño logro. Si el 2008 fue para mí el comienzo de todo, de este universo literario, de la poesía, de mi primer libro, el 2009 ha sido el de moverme desde adentro, el de las preguntas. ¿Dejaré la ingeniería por la literatura? ¿Dejaré la literatura por la opinión, por la crítica? ¿La poesía será más fuerte que la narrativa? ¿Estará mi familia dispuesta, Paloma y Laura, como yo, a arriesgarlo todo por dedicarme de lleno a esto? Ha sido el año de la incertidumbre. Comencé a escribir una novela y terminé escribiendo un segundo libro de poesía. En mi vida he escrito cuento, o por lo menos alguno que sea defendible, y terminé ganando un concurso nacional de relatos para la gloria pasajera, muy pasajera. Seguro terminaré la novela, cuyo título aún desconozco, va sola y lleva su camino. Ahí va. No sé por dónde, pero ahí va. No será en el 2010 cuando cuelgue la pluma en la última página de la novela. Quizá el 2011, y eso. No tengo afán con ello. El 2010, según creo yo, será para mí y para este blog el año de la evolución, de la transformación. Ya las dudas han sido despejadas. Y, cómo la novelita que ando custodiando hasta con el troyano que derribó mi portátil - ¡¡Vaya ingeniero!! - , voy destruyendo aquellos escritos que no tienen ninguna relevancia, desgarrando los papeles, y esos primeros poemas adolescentes que conservaba todavía, dejando sólo lo que considero rescatable. Unos cuantos relatos y una serie de poemas, aparte de este segundo libro. 47 poemas, ni uno más, ni uno menos. Un año de trabajo. De este libro, porque no me arriesgo a postear algo más, les dejo dos poemas. Volveré el 4 de enero.
CERTEZA DE UN HOMBRE MAR ADENTRO
Mañana
cuando flaqueé el último árbol
cuando muera
y se extinga con él las raíces del agua
otro viento será
el que venga y venza
nuestros cuerpos callados.
DESOLACION DE LA CASA
Hay una oscura pesadumbre en las paredes,
una amargura de cargar el cielo raso.
La verdad cansa.
Lo sabe esa humedad en las esquinas
que va sudando el moho parecido al hambre
invadiendo la casa.
Dicen por ahí
que los gritos permanecen adheridos a las paredes.
Aún se oyen las lágrimas como un aleteo
de los albatros.
Derechos reservados
© Hellman Pardo
CERTEZA DE UN HOMBRE MAR ADENTRO
Mañana
cuando flaqueé el último árbol
cuando muera
y se extinga con él las raíces del agua
otro viento será
el que venga y venza
nuestros cuerpos callados.
DESOLACION DE LA CASA
Hay una oscura pesadumbre en las paredes,
una amargura de cargar el cielo raso.
La verdad cansa.
Lo sabe esa humedad en las esquinas
que va sudando el moho parecido al hambre
invadiendo la casa.
Dicen por ahí
que los gritos permanecen adheridos a las paredes.
Aún se oyen las lágrimas como un aleteo
de los albatros.
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