La escritora chilena Isabel Allende plasma en su nueva novela, protagonizada por una esclava que nació de su «costilla», la «obsesión de la libertad» que ha marcado su vida, según cuenta en una entrevista que publica el diario colombiano «El Tiempo», en su edición digital.
«Mi vida está marcada por la obsesión de la libertad (...) Toda forma de opresión e injusticia me toca en lo personal y la esclavitud es, por supuesto, la forma más extrema. Tenía que escribir este libro. Creo que Zarité, la protagonista, nació de mi costilla», dice Allende.
Mientras escribía su novela «El Zorro», en 2005, Allende se encontró en la ciudad estadounidense de Nueva Orleans con Zarité (Teté), la esclava protagonista de su nueva obra, «La isla bajo el mar», cuya presentación mundial será el próximo jueves.
La esclavitud, un fenómeno vigente«Nueva Orleans recibió a comienzos del 1800 una fuerte inmigración de franceses que escaparon de la revolución de los esclavos en la colonia de Saint Domingue, que hoy es Haití», explica la escritora.
La esclavitud, un fenómeno vigente«Nueva Orleans recibió a comienzos del 1800 una fuerte inmigración de franceses que escaparon de la revolución de los esclavos en la colonia de Saint Domingue, que hoy es Haití», explica la escritora.
A medida que investigaba, Allende sintió la necesidad de plasmar la crueldad que se vivió en esa isla, adonde llegaban 30.000 esclavos anualmente.
«Ella encarna la libertad del espíritu, una fuerza poderosa como un huracán», comenta la escritora sobre la protagonista de la historia, Teté, a quien Madame Delphine vendió, cuando era muy niña, a Violette para que sirviera en la isla a su amante, el terrateniente francés Toulouse Valmorain.
Según Allende, «la peor forma de esclavitud» en América Latina «se dio en Saint Domingue, donde había 34.000 personas libres y medio millón de esclavos». «La idea de los plantadores era explotar a los esclavos a muerte. Si duraban cuatro o cinco años se daban por satisfechos, porque era más rentable reemplazarlos por carne fresca traída de África», agrega.
«A pesar de todo eso, Haití fue la primera república independiente de América. La gente de Haití es amable, creativa, maravillosa; es una tragedia que ese país esté arruinado», reflexiona la autora, sobrina del fallecido presidente chileno Salvador Allende.
Además, enfatiza que no hay que olvidar que «todavía existe la esclavitud, aunque se procure ocultar. Todavía venden gente, especialmente mujeres y niños. Son seres invisibles».
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