La magia de (Gabriel) García Márquez no surge sólo en su interior, también está en su entorno: sus amigos fueron el ejemplo de la magia real que lo rodeaba", dice el periodista y escritor colombiano Heriberto Fiorillo, quien presentará hoy en el MALBA una serie de documentales dirigidos por él sobre el autor de Cien años de soledad y sobre su relación con el Grupo de Barranquilla, integrado por los escritores Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas y Alfonso Fuenmayor, entre otros artistas.
El mundo de Gabo, producido para la televisión colombiana, recorre la vida del escritor: sus primeros años en Aracataca, su paso por Barranquilla, su vida en el exterior y la llegada del Premio Nobel de Literatura en 1982. Músicos, políticos, lingüistas y escritores de todo el mundo dejan su testimonio sobre la importancia de García Márquez en la literatura latinoamericana del siglo XX. La Cueva es un video sobre el bar que fue epicentro del Grupo de Barranquilla. Reinaugurado en 2004 y declarado patrimonio nacional del país caribeño, hoy es un restaurant y centro cultural de parada casi obligatoria para quienes visitan Barranquilla. "Gabo no estuvo más de 4 ó 5 veces allí, porque durante la época dorada, entre 1954 y 1968, él ya había adquirido movilidad internacional, pero ahí estaban sus amigos, a quienes admiró mucho y con quienes se mantuvo en contacto", cuenta Fiorillo, director de la Fundación La Cueva, y agrega: "Él se convirtió en el vocero del Grupo de Barranquilla en el mundo y hasta celebró su casamiento en el bar".
Adagio en Sol mayor, de 11 minutos, testimonia, mediante fotos tomadas por amigos y parientes del escritor, su vuelta a La Cueva, en mayo de 2007, junto a su compañera de siempre, Mercedes Barcha. "Ahí estamos", dijo García Márquez al reconocerse en una foto, con el pelo negrísimo, junto a sus amigos. Se animó a cantar 'O sole mio y se divirtió con la reproducción del arcón de hielo que recuerda, frente al pabellón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía, y que se ha instalado en el centro cultural. "El hecho de ser el único que aún vive de su grupo de amigos, lo angustió mucho", recuerda Fiorillo.
El ahogado, un corto mudo situado en 1955, es la reconstrucción de la anécdota que dio lugar al cuento El ahogado más hermoso del mundo (de García Márquez), a un relato de Cepeda Samudio, y a una película que guionó pero nunca realizó el pintor Alejandro Obregón, también miembro del Grupo de Barranquilla. La pieza más descabellada y experimental de la presentación es La langosta azul, la única totalmente ficticia y tal vez la de mayor valor documental. Filmada en 1955 en Ciénaga, un pueblo cercano a Barranquilla, la película fue dirigida por García Márquez, Cepeda Samudio, Enrique Grau Araujo y Luis Vicens. Narra la historia de una peligrosa langosta nuclear, que es atrapada por un gato, luego encontrada por un grupo de chicos y finalmente vuela atada a la cola de un barrilete.
No sólo el argumento es surreal: también los recursos artísticos, que incluyeron pegar la langosta a la boca del gato, que no quería morderla. "La película tiene una importancia radical porque es una de las producciones conjuntas del Grupo de Barranquilla, es testimonio de una creación colectiva, que incluyó no sólo a los directores sino a varios de los intérpretes", subraya Fiorillo. El film, cuyo guión fue escrito en La Cueva, dura 29 mudos minutos y es parte de la exposición permanente del MoMA de Nueva York. El material, fue expuesto en forma completa en Cartagena de Indias y Santo Domingo y en forma parcial en París y en Madrid.
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