26.6.09

Un poema en el bolsillo


Héctor Abad Faciolince.


Ayer, después de conocer la muerte trágica de Michael Jackson, recordando sus videos, sus canciones y en fin, toda su música, llegué a pensar que nada más me sorprendería, pero no fue así. Ayer en el marco del festival Malpensante, tuve la verdadera dicha de escuchar a Héctor Abad Faciolince en una placentera charla que trataba de ese ya famoso poema que él mismo encontró en el bolsillo ensangrentado de su padre. No tenía grandes expectativas de aquello, ya que la historia del dichoso poema solo era interesante para Héctor. Vaya sorpresa que me llevé. Resultó, sin decir más allá, una de las mejores intervenciones de autor conocido recientemente en Bogotá, y no lo digo solo yo, sino las casi 700 personas que tuvimos el placer de escucharlo, y que le aplaudimos por un poco más de cinco minutos interrumpidos, junto a un desconocido Julio Correas, que generó gran expectación y tuvo su protagonismo, quien lo creyera, con el poema de Borges. Les dejo el soneto que Héctor llamó equivocadamente “Epitafio”, en su novela “El olvido que seremos”, y que generó todo este dilema. El domingo esperaré con avidez los primeros apartes del relato que está creando con todo el tema.


III
Ya somos el olvido que seremos.
El polvo elemental que nos ignora
y que fue el rojo Adán y que es ahora
todos los hombres y los que seremos.
Ya somos en la tumba las dos fechas
del principio y el fin, la caja,
la obscena corrupción y la mortaja,
los ritos de la muerte y las endechas.
No soy el insensato que se aferra
al mágico sonido de su nombre;
pienso con esperanza en aquel hombre
que no sabrá quien fui sobre la tierra.
Bajo el indiferente azul del cielo,
esta meditación es un consuelo.

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