30.3.10

¿Y Sylvia? ¿Dónde permanece Sylvia, Ted?


Ted Hughes.


A Ted Hughes siempre lo envidiaré por dos motivos: una poesía a la altura de Seamus Heaney, y por haber tenido entre sus brazos a Sylvia Plath. Más por lo segundo, sin duda alguna. Sylvia permanece en la memoria de todos nosotros, en cambio Ted... estará en la abadía londinense de Westminster. ¿Dónde será mejor permanecer? La nota en la Revista Ñ:

El bardo británico Ted Hughes será homenajeado con la colocación de una placa recordatoria en el llamado Rincón de los Poetas de la abadía londinense de Westminster. Hughes estuvo casado con la poetisa estadounidense Sylvia Plath, que se quitó la vida en 1963 tras una turbulenta relación con su esposo, al que dedicó, sin embargo, uno de sus últimos poemas, el titulado Nick and the Candlestick (Nick y el Candelabro).

Muchos admiradores de Plath y sobre todo las feministas culparon a Hughes de la muerte de su esposa y, aunque aquél no quiso debatir tan delicado tema en público, dedicó a Plath su último volumen de poesía, titulado Birthday Letters (Cartas de Cumpleaños), en el que explora su compleja relación. Hughes supervisó además la publicación de los manuscritos de su difunta esposa, entre ellos Ariel, y confesó haber destruido el volumen final del diario de aquélla, en el que se hablaba de sus últimos meses juntos, aunque explicó que lo había hecho por consideración a sus dos hijos pequeños.

Seis años después del suicido de Plath, que se asfixió con el gas de una estufa, su segunda pareja, Assia Wevill, una poetisa de origen judío-alemán, se quitó la vida de igual modo junto a la hija de cuatro años que tenía de Hughes.

En agosto de 1970, Hughes se casó con Carol Orchard, una enfermera de profesión, que siguió a su lado hasta la muerte del poeta, a consecuencia de un cáncer. Su viuda habló hoy por primera vez del tiempo que pasó con él y elogió en declaraciones al vespertino londinense Evening Standard su "extraordinario entusiasmo vital".

"Estuvimos casados 28 años y durante todo ese tiempo -explicó Carol Hughes- fui testigo del extraordinario impacto que Ted tenía no sólo en las personas -ya fuesen colegas escritores y artistas, estudiantes, profesores o niños- sino también en las causas en las que creía, sobre todo la defensa del medio ambiente". El premio Nobel de literatura caribeño Derek Walcott se felicitó también de la decisión de homenajearle en ese lugar de la famosa abadía: "No hay nadie que merezca más que él estar en el Rincón de los Poetas". "Ted Hughes introdujo un nuevo tipo de paisaje en la poesía en lengua inglesa. Lo más atractivo de su obra es su intimidad con la naturaleza", agregó Walcott.

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