13.8.09

Los demonios de Berlin


El autor de la novela, Ignacio del Valle.

Las novelas que tratan la decadencia, el esplendor y las causas del demencial régimen nazi se multiplican como setas en época de cosecha. Es sorprendente, por lo tanto, que Ignacio del Valle consiga una nueva mirada sobre un tema tan manido. Lo logra por la perspectiva que adopta: la de los derrotados. Lentamente contemplamos cómo los demonios, concretados en el temido avance del ejército rojo y en los continuos bombardeos ingleses y estadounidenses, arrasan una de las grandes capitales europeas hasta convertirla en lo más parecido a un solar. Vemos cómo sus habitantes se desmoronan al mismo ritmo que sus edificios y pierden toda su antigua y venerable prosperidad. Del Valle no juzga sobre la idoneidad de la destrucción, simplemente la muestra, convirtiendo a las figuras que deambulan entre las ruinas en auténticos seres humanos. Uno de los mayores méritos de esta novela es la progresión de ese caos, culminado en un desenlace de indiscutible belleza, lírico y demencial al mismo tiempo.
No puede negarse que «Los demonios de Berlín» es una novela de conspiraciones, centrada en el hipotético desarrollo de armamento atómico por los nazis. También aparecen sociedades secretas y todo el andamiaje característico del género pero, a diferencia de lo habitual, la obra posee una asombrosa dignidad, que la convierte en una reflexión sobre la naturaleza humana y su capacidad de resistencia, absolutamente alejada de los tópicos popularizados por Dan Brown y compañía. En realidad la trama es un simple pretexto –aunque autónomo y fluido por sí mismo- para mostrar la devastación de la guerra e, incluso, investigar las causas que provocaron la mayor masacre de la historia de la humanidad.

1 comentario:

Samuel dijo...

Magistral novela que trasluce en el infierno y la devastación del final de la guerra la autenticidad del ser humanano y su lucha por la continuidad de la vida. Añadiré un mérito más a esta gran novela que es su magnifica capacidad para transmitir emociones y provocar la reflexión.