25.1.10

Cualquier otro día


Portada del libro.

Así se llama el nuevo libro de Lehane, aquel autor que escribiera Río místico. Aqí la nota, en El País de España:
Si hubiese que definir con dos palabras lo que escribe Dennis Lehane, uno elegiría "furia" e "ironía". No necesariamente en este orden. La ironía furiosa, o la furia irónica, le ha servido para convertirse en uno de los maestros del nuevo género negro estadounidense: Mystic River, Shutter Island y las cinco novelas protagonizadas por los detectives Kenzie y Gennaro son ya obras clásicas. Tal vez su última novela, Cualquier otro día, un relato histórico sobre el Boston de los años posteriores a la Primera Guerra Mundial que acaba de editar RBA, no se ajuste a los patrones convencionales del género, pero la turbulencia con que arrastra al lector a lo largo de 728 páginas es propia de los textos más negros y afilados.

Dennis Lehane nació en Dorchester, un barrio obrero de Boston, en 1965. Dorchester es el escenario de la serie Kenzie-Gennaro y su mezcla de irlandeses, negros, alcohol y música ha embriagado a millones de lectores. Este corresponsal visitó Dorchester antes de acudir a su cita con Lehane y descubrió un barrio destartalado y afanoso, esencialmente vietnamita. "Lo siento, mi Dorchester es el de mi infancia, algo que ya no existe", explica Lehane, recién sentado a la mesa. Mira a su alrededor, la cafetería de una librería céntrica a las once de la mañana, y hace una pregunta al periodista: "¿Le importaría que fuéramos a un bar de verdad?".

Ya en un bar de verdad, el escritor se alegra de que la conversación no haya comenzado con la cuestión que más le plantean estos días: ¿cómo es trabajar con Clint Eastwood y Martin Scorsese? En realidad, no ha trabajado con ninguno de los dos. Eastwood adaptó al cine Mystic River y Scorsese ha hecho lo mismo con Shutter Island, cuyo estreno está previsto para el 19 de febrero. La película quedó lista en verano de 2009, pero ha pasado una temporada en el congelador. "Los productores se asustaron por los malos resultados de obras como Enemigo público o La sombra del poder, que tenían presupuestos similares a Shutter Island, en torno a los cien millones de dólares, y eran realmente buenas. Ya ve", suspira, "hay dudas incluso con una película de Scorsese. Parece que ahora Hollywood sólo sirve para filmar historias de androides mutantes en el ciberespacio y cosas así, dirigidas a un público, digamos, intelectualmente elemental".

Pincha aquí para leer el primer capítulo.

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