18.1.10

San Martín, San Martín


Portada del libro.

En Colombia tenemos a Santander. También está el mariscal Sucre, protagonista de la última novela de Mauricio Vargas. En Argentina tienen a josé de San Martín. El historiador británico realiza una seria investigación acerca del prócer de la independencia argentina. Dicen la nota en ADN:

En el, John Lynch, uno de los más notables historiadores actuales, estudia la vida de José de San Martín luego de haberse ocupado con gran éxito de la figura de Simón Bolívar. El catedrático emérito de la Universidad de Londres, que desde hace varias décadas ofrece una visión renovadora del mundo hispánico a través de más de tres siglos ( Los Austrias, 1516-1700 ; Carlos V y su tiempo , La España del siglo XVIII , Las revoluciones hispanoamericanas, 1808-1826 ; Caudillos en Hispanoamérica 1800-1850 ), asumió la ardua tarea de escribir las biografías de ambos próceres para los lectores anglosajones. Las obras, sin embargo, no se circunscriben a ese público sino que sirven para cuantos quieran contar con una interpretación seria y honesta acerca de dos hombres en ocasiones distorsionados por las memorias contrapuestas de quienes los conocieron.

Uno de los méritos de San Martín. Soldado argentino, héroe americano es la pericia narrativa. "El historiador -dice Lynch- tiene que alternar el movimiento y la inmovilidad con el fin de ocuparse de las condiciones en las que el Libertador operó; por tanto, el análisis acompaña el relato, lo que permita quizás al lector escapar del laberinto de los acontecimientos secundarios."

El libro deja en evidencia una vez más que la biografía es un género de culminación intelectual al que no todos los que investigan y escriben logran acceder. Para retratar fielmente a determinadas figuras hay que conocer en profundidad su tiempo y sus circunstancias, internalizar las ideas y costumbres de la época; en suma, "ponerse en la piel de su personaje". En el estilo fluido de Lynch, que relaciona exquisitamente lo solemne con lo informal, se advierte una vez más su destreza profesional, su amplitud de criterios y hasta su buen humor para alcanzar el cometido.

El autor se apresura a aclarar su convicción de que la grandeza de San Martín consistió en su habilidad para inspirar a los pueblos de Sudamérica a apoyar sus ejércitos y aceptar sus estrategias, lo que le permitió llevar la independencia más allá de las fronteras y los intereses nacionales y darle una identidad americana. "Hasta donde podemos juzgar, su vocación no respondía a ningún interés particular, social o económico, ni a la preocupación del poder y la gloria. La guerra y la paz fueron sus prioridades [?]. San Martín sostuvo que la gran prueba de América llegaría no en la lucha por la independencia sino en la posterior defensa de la libertad en las sociedades que no estaban preparadas para esa tarea."

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