14.1.10

Pinocho 2.0


¿Es Pinocchio? Sí. Es Pinocchio.

¿Les suena Persépolis? El codirector de la afamada película de cómic, presenta a Pinocchio, sacudiendo de nuevo el mundo con las novelas gráficas. Es el futuro señores, además del Kindle. Lástima que soy pésimo para dibujar. Dicen en la Revista Ñ:
Pinocho ha regresado. Pero esta vez no se trata del dulce niño atolondrado y acaramelado con el que triunfó Walt Disney, aunque no falten ácidos guiños al universo del americano. Ni tampoco es la marioneta que ideó Carlo Collodi en 1880, de vida mucho más cruda, aunque el cómic siga, libremente, casi todas las aventuras de su relato, incluido el ahorcamiento. De hecho, el Pinocchio (Ediciones La Cúpula) dibujado por Winshluss –el apodo artístico de Vincent Paronnaud (La Rochelle, 1970), codirector de Persépolis con Marjane Satrapi– ya no es de madera, sino de metal. Y su creador no es un viejo solitario como Gepetto, sino un frustrado inventor con una mujer egoísta y libidinosa. Un inventor que no pretende que Pinocho sea hijo suyo, sino que, equipándolo con todo tipo de mortíferos artilugios de destrucción, desea venderlo al ejército. Por último, en este caso, su Pepe Grillo particular es un divertido insecto zángano y nihilista, una cucaracha que lee El idiota de Dostoievski y que utiliza su cabeza, en la que apenas hay cables y vacío, como un cómodo apartamento. Un personaje que el autor considera su álter ego.

El resultado es un fascinante cómic repleto de humor negro, a veces macabro, que recorre sin apenas diálogos la sociedad actual y sus azotes, desde la contaminación hasta la explotación del hombre por el hombre - también la del niño-, las guerras o el integrismo religioso, y que mereció el premio al mejor álbum en el pasado festival de Angulema, la meca del género. Winshluss, que asegura que buscará para futuras entrevistas alguna justificación interesante de este apodo que le puso hace años un amigo, ha estado en Barcelona presentando su álbum y sus nuevos proyectos: adaptar a la gran pantalla Pollo con ciruelas,de Marjane Satrapi, con actores; un cómic contra el integrismo religioso y, ya acabada, una enloquecida película de zombis, periodistas, meteoritos y el fin del mundo: Villemolle 81.¿Por qué tantos zombis hoy? "Es simbólico de que la gente está un poco muerta intelectualmente - bromea-,y si el vampiro es el romántico, el zombi, que va en masa, es el proletario del club de los monstruos".

El autor de tebeos como Monsieur Ferraille entra de lleno en Pinocchio: "Adoraba el Pinocho de Walt Disney. Fue el primer filme que vi cuando era niño. Era el símbolo de la inocencia, también la mía. Pero leí más tarde el libro de Collodi, muy diferente, moralmente mucho más ambiguo. En el origen de mi álbum tenía ganas de hablar de la sociedad actual, y la figura de Pinocho era simbólica de lo que he perdido, de la inocencia. Una reacción a las mentiras de Disney, a toda la dimensión social que se elimina en sus historias, y un cierto regreso a la visión de Collodi. Quería partir de algo clásico y lúdico e ir pasando a lo adulto".

"¿Negro? De algún modo en el libro está toda la miseria del mundo, las cosas que me perturban, me desesperan. Y que no están lejanas. Como en el cómic, en Marsella los niños trabajan en las fábricas de juguetes. Pero no me gusta la gente que aburre a los otros y todo está contado con humor. En este caso yo he encontrado una forma de explicar lo que quería a través de la mirada de un androide eléctrico, autista. No es un periodista. De hecho, el dibujo me permite que no haya casi palabras. Para algunas cosas no hacen falta. Pero aunque soy nihilista no es una mirada cínica".
Sí ácida. Como con el pobre pícaro ciego Wonder - sí, por Stevie Wonder-que cree vivir una revelación divina. "Hace años no hubiera atacado la religión. Tras el 11-S, la política de Bush, al que Dios le dictaba hacer la guerra y, en general, la vuelta a valores reaccionarios, sí. Porque la gente no se ríe de todo esto... Y la religión no respeta a los individuos y los que no respetan a los individuos me molestan". ¿Moral? "Soy amoral, pero ético. El individuo es lo más importante. No soy un ideólogo, no hablo en nombre de nadie, Más que a un público me dirijo a una persona. La demagogia me enoja. De hecho, eso es lo que me molesta del mensaje de Disney, de que si uno es gentil, todo irá bien. Es falso, los que triunfan son los cabrones, los cínicos, esa clase de personas que chafan a los otros. Y, sobre todo, el mundo es complejo, lleno de historias cruzadas, no sirve la visión maniquea de o bueno o malo, cada uno tiene sus razones para hacer las cosas". Y curiosamente, Winshluss, que ha hecho cine o música, dice que es en el cómic donde ha encontrado más espacio para contar lo que le interesa: "Ha sido un género infravalorado y no se han hecho aún muchas cosas en él".

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