En la agencia de noticias Telam aparece una conmovedora nota sobre la despedida de Tomás Eloy Martínez, en Argentina. Dice la nota:
Los restos del escritor y periodista Tomas Eloy Martínez, fallecido el domingo a los 75 años, fueron cremados esta tarde y depositados en una urna que permanecerá en el cementerio bonaerense de Pilar Memorial donde se lo veló desde esta mañana.
De la ceremonia participaron los más allegados al célebre escritor, incluidos sus siete hijos, quienes se pasaron de mano en mano -a modo de despedida- la urna que ahora conserva los restos del autor de Santa Evita y El vuelo de la reina.
Políticos, periodistas, escritores y poetas, despidieron esta tarde, bajo la lluvia y un intenso calor, los restos de Tomás Eloy Martínez en el cementerio bonaerense de Pilar, escuchando a Piazzola y degustando un 'vermut' con papas fritas, tal había sido la voluntad del escritor tucumano.
En una de las salas del Parque Memorial de Pilar, un pequeño grabador reprodujo tangos de Piazzola, el jazz de Keith Jarret y música clásica; y algunos ejemplares de sus libros como Ficciones verdaderas, Purgatorio y La Pasión según Trelew, ocasionalmente levantados por algunos de los presentes.
"Gin tonic con limón y papas fritas", ofrecen un poco más allá. Ese fue el deseo del reconocido periodista para el día de su despedida, explicaron sus allegados.
"Lo difícil fue ayer, ya lloré el mar de lágrimas que tenía que llorar y así es como quiso papá que lo despidamos", resumió con sencillez Ezequiel, uno de sus hijos y bromea: "él tenía una gran curiosidad por saber qué es la muerte, seguramente en la próxima vida podrá escribir sobre esto".
Cerca del féretro cerrado se acumularon las ofrendas florales enviadas por el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli; los directivos de la editorial Alfaguara y diferentes diarios.
Los historiadores Julia Constela y Rogelio García Luppo; los periodistas Carlos Ulanovsky, José Ignacio López, el radical Rodolfo Terragno y el ministro de cultura porteño, Hernán Lombardi, fueron algunos de los que se acercaron al Parque Memorial para dar su último adiós al autor.
"Con su muerte Argentina tuvo una doble perdida, por una lado la de un hombre de la estética literaria, y por otro la de un pensador de la República que soñó con un país diferente en momentos en que se necesitaron pensamientos de acción", sostuvo Lombardi.
"El no era solamente un periodista sino que trató de usar la lengua para transmitir ideas, convicciones y pensamientos, y lo hizo maravillosamente. Fue un orfebre de la palabra", aseguró por su parte Terragno.
Para el ex titular de la UCR (1995-97) y ex jefe de gabinete durante el gobierno de Fernando De la Rúa (1999 y 2000) "hubo un antes y un después en el periodismo venezolano luego de su paso por ese país", donde se exilió entre 1975 y 1983, hasta el retorno de la democracia en Argentina.
"Era muy generoso, te ayudaba a escribir. Eloy no se ha perdido porque ahí están sus libros -dice el periodista Miguel Wiñaski- Se trata del intérprete más lúcido de muchas cosas y del peronismo en particular".
"Definió al país como el cadáver a la deriva de una mujer en manos rapaces y cuadriculadas, delirantes, eso es Santa Evita. Esa es la visión extraordinaria narrada con tanta belleza, es la novela porque lo de Perón era una novela, es sagrado, es Trelew, es la historia puesta en un registro estético que deja un mensaje de esperanza, y no sólo en el mero registro horrible que nos ataca cada día", concluyó.
El poeta Jorge Boccanera, por su parte, recordó desde Bolivia cuando a mediados de los 80 presentaron juntos la novela "Castigo Divino" en una sala del San Martín al nicaragense Sergio Ramírez, entonces vicepresidente del gobierno sandinista.
"Precisamente la última vez que lo vi fue también en Buenos Aires junto a Ramírez -rememora- y hablamos ligeramente del trasiego entre periodismo y ficción, yo pienso que encarna un modelo de intelectual, el de los 60-70 que se desdobla en escritor, periodista, catedrático y biógrafo entre otros asuntos".
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