Para Marzo será el lanzamiento del libro RENATA Bogotá. Mientras esperamos, les comento que mañana será el lanzamiento de El cuaderno de Renata, sede Cali. Julio César Londoño, el tallerista de la ciudad vallecaucana, y a quien entrevisté el año pasado, fue el encargado de antologar el libro. Aquí la nota:
El Taller de Escritura de la Biblioteca Departamental funciona desde el año 2006. Busca que los talleristas aprovechen todo el potencial de ese antiguo y poderoso instrumento que nos ha tocado en suerte, el idioma español, para elevar su nivel de escritura.Si quieren leer los relatos de la antología en Scribd, pincha aquí.
Está adscrito a Renata, la Red Nacional de Talleres de Escritura Creativa del Ministerio de Cultura, cuyo objetivo es diseñar estrategias para estimular la lectura crítica y la cualificación de la producción literaria en las distintas regiones de Colombia.
Aquí un aparte del prólogo:
“… y empecé a trabajar el 21 de junio de 2008, día del solsticio de verano, con un grupo que resultó extraordinario (¿manes del solsticio?).
Es una feliz combinación de adultos que aportan su experiencia y de jóvenes llenos de talento y entusiasmo. Hay estudiantes de literatura, humanistas, dramaturgos, periodistas, artistas, hombres de ciencia. Por eso las sesiones del taller pueden desembocar en una discusión sobre astrofísica, ética, biología, música, neurología o cualquier otro asunto. Fue un resultado sorpresivo: sólo aspirábamos a ser un taller de escritura y nos encontramos con un centro de pensamiento estimulante y muy divertido (la risa no está excluida) con énfasis en literatura.
Esta heterogeneidad del grupo garantiza que los textos que los estudiantes someten allí al examen de sus condiscípulos resulten analizados desde muchos ángulos y adquieran una consistencia notable. De la severidad de la crítica de este grupo no escapa nada, ni siquiera los escritos del director. ¡Cuánto hemos aprendido todos en los debates del taller!
El volumen que el lector tiene en sus manos es dispar por la misma disparidad del grupo, y no tiene pretensiones antológicas: es más bien una especie de memoria del taller. Cada estudiante eligió de su producción algunos cuentos, ensayos, crónicas o poemas, y con ellos armamos un libro que aspira a enseñar y a divertir, a intrigar y a conmover.
Pido a los dioses del verano que algún vestigio de la felicidad con que fue compuesto alcance al lector.
No hay comentarios:
Publicar un comentario